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TIPNIS: Pecados originales

El pecado original N° 1 está en que la dirigencia del TIPNIS entregó en bandeja de plata la Consulta (como un derecho de los pueblos indígenas) a la derecha boliviana (Costas, Del Granado y Doria Medina) y pusieron en lugar de la consulta, el NO a la carretera. Ello favorece ampliamente a la continuidad colonial del espacio y el mercado en manos de la economía oligárquica de Santa Cruz en su relación con Beni y Pando, departamentos convertidos en un patio trasero sui géneris…

El pecado original N° 2 es haber rifado la consulta para ganancia de las ONG ambientalistas, tal como un bloguero lo remarcó en una carta al profesor B. Clavero: “La marcha, (…) logró lo que ni con la mejor consulta del mundo les podría haberles dado: una Ley del Estado (Nº 180) que establece directamente la no construcción de la carretera”. Estos dos errores nos muestran los horizontes políticos e ideológicos de la actual dirigencia en la Cidob. En el horizonte político, la actual dirigencia de la Cidob ha vendido su alma a la derecha de la nación camba, se han convertido en los portavoces de un autonomismo indígena de soporte oligárquico, por ello la paradoja es posible. Los escupidos de manos de los escupidores.

En el horizonte ideológico, la dirigencia de la Cidob ha sido copada cupularmente por las ONG ambientalistas, no han logrado cimentar un pensamiento propio. Más allá del discurso ambientalista no tienen nada, no hay idea de país. Estos horizontes explican la relación quebradiza entre base y dirigencia.

Alianza con la derecha reaccionaria, alianza con las organizaciones no gubernamentales por encima de sus bases, explican por sí solas la debacle de un modelo de dirigencia: una acomodada a los intereses imperialistas. Pero también anuncian el ascenso de otro modelo de dirigencia: una comprensiva de las necesidades nacionales y el propio desarrollo de los pueblos indígenas. En fin de cuentas, está en juego la materialidad de la autonomía indígena y el derecho de consulta como derecho de pueblos indígenas y no muñeca de trapo para las derechas territoriales, mediáticas, religiosas y oenegeras. Está en juego la afirmación autonómica de los pueblos indígenas y no el manoseo de dirigentes corrompidos y representantes del viejo orden neoliberal.

Por otro lado, estamos en puertas de un nuevo escenario dirigencial, donde una juventud altamente politizada ha decidido romper el sistema de vigilancia y castigo, disciplinamiento y control ejercido impunemente por una vieja dirigencia acostumbrada a los hoteles de cinco estrellas y viajes en primera clase. Los dos pecados originales marcan a su vez las dos salidas posibles: continuidad colonial o descolonización. La continuidad colonial es la alianza entre derecha y dirigencia caduca.

La descolonización es la consolidación de una nueva dirigencia, una emancipatoria y liberadora del neoliberalismo y el oenegismo. Por ello, la consulta es vital, es el camino de la autonomía, de la presencia política de mujeres y jóvenes indígenas en la consulta como sujetos de derechos y no como base manipulable para objeto de dirigencias innobles. Los pecados originales son, en realidad, el principio del fin… Bolivia está viendo nacer el futuro, está siendo testigo de cómo los pecados originales están llevando a la Cidob por el único camino que le queda: su refundación.