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Wednesday 1 May 2024 | Actualizado a 11:58 AM

Al margen de Faulkner

Faulkner escribe de tal manera que siempre parece estar a punto de contar  algo muy grave

/ 14 de julio de 2012 / 04:01

Quería escribir un par de cosas sobre Faulkner con motivo de los 50 años de su muerte, pero no me tocaba mi columna quincenal. Hete aquí, sin embargo, que se presenta otra gran oportunidad: este sábado se cumplen 50 años y siete días de su deceso. Oportunidad entonces para comentar algo a propósito.

Parece que en España se ha editado El ruido y la furia como realmente a Faulkner le hubiera gustado. Es decir, y es algo que yo no sabía, señalando con diferentes colores los varios y harto entremezclados tiempos y planos de esa complicada novela. ¿Cómo será leer El ruido y la furia en colores? No me tomen en cuenta para tan prometedora experiencia, me abstengo, pues considero que bastante esmero ya he puesto al      leerla en blanco y negro. Pero lo que me llama la atención en realidad es el motivo que aducía el escritor norteamericano: el noble ideal de no dar demasiado trabajo a sus lectores.

Esto por lo menos es lo que dice la crónica periodística. Yo digo en cambio: si tanto le preocupaba el sudor de sus lectores, ¿por qué no procuró meramente ser menos enrevesado? Vieja discusión de los lectores de Faulkner: es un narrador tan arduo que hace pensar a uno si no será que no se está a la altura de tan magnífico artista. Aunque algunos piensan que lo que pasa es que la idea del genio literario ha pasado insensiblemente, en el siglo XX, de la riqueza de ideas y la inteligencia a la disposición a barbotar indefinidamente.

Que no se me malentienda. Admiro sin límites la capacidad (también sin límites) de Faulkner para escribir. He disfrutado por años la vorágine de su escritura y me he quedado estupefacto ante sus mejores logros, como la tercera parte de El ruido y la furia, o ¡Absalón, Absalón!, o varios de sus cuentos. Pero llegada cierta edad, cuando consideré que finalmente sabía leer mejor la literatura, me di cuenta que tanta verborrea me impedía entender de qué estaba hablando. Esto es algo que observó el inteligente crítico norteamericano Norman Podhoretz. Reflexionando sobre las novelas que produjo después de la Segunda Guerra Mundial, comienza a sospechar que en realidad no está diciendo algo muy importante. “Tal vez el estilo prosístico de Faulkner nos ha engañado y ha hecho que le atribuyamos una mentalidad compleja”, dice en buena cuenta Podhoretz. En efecto, he comprobado más de una vez que Faulkner escribe de tal manera que siempre parece estar a punto de contar la ocurrencia de algo muy grave; y, por lo menos a veces, el desenlace es inane o irrelevante, lo que se dice un verdadero coitus interruptus literario.

Otra cosa: sólo ahora veo que el temprano reconocimiento como genio mundial y su culto creciente llevaron a Faulkner a caminar por el peligroso desfiladero del efecticismo y la pose. “Quiere la leyenda cursi de la literatura que Faulkner escribió Mientras agonizo en el plazo de seis semanas y en la más precaria de las situaciones”, escribe Javier Marías en un opúsculo biográfico, y trata de desmentirla. Pero él mismo se pone cursi cuando usa las frases preparadas o las anécdotas famosas que el propio Faulkner supo cultivar, para condimentar su artículo. Arrojaba al basurero las cartas el tiempo que trabajó en correos, para no dejar de leer o escribir (motivo por el cual lo despidieron); escribió tal novela mientras administraba un lupanar (porque era el mejor lugar para escribir, según él), y otras parecidas y bien conocidas.

Luego cuenta Marías que una vez un visitante del escritor observó admirado cómo su pequeña hija montaba a caballo. Faulkner le habría dicho entonces: “hay tres cosas que una mujer debe saber hacer: decir la verdad, montar a caballo y firmar cheques”. Se supone que hay que meditar en semejantes palabras, puesto que vienen de un genio, pero, dicho modestamente y en voz baja, ¿no es ésta una opinión sin ton ni son, y en todo caso intercambiable? ¿Y si hubiera dicho, como mi madre, que una mujer debe ser ordenada, debe tratar de ser puntual (no serlo, porque eso es quimérico, sino sólo tratar), debe mentir menos? No, eso no es posible, por la simple y sencilla razón de que mi madre no es Faulkner.

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Aterrizaje suave pese a todo

/ 1 de mayo de 2024 / 07:43

Es interesante hacer un seguimiento de los informes del FMI sobre las Perspectivas de la Economía Mundial (WEO por sus siglas en inglés) que emite con una periodicidad de dos veces al año (abril y octubre), con actualizaciones en enero y julio. El último informe de abril hace una revisión de los pronósticos de crecimiento al alza y una revisión a la baja de las previsiones de inflación, y reiterando su tendencia a la baja, concluyendo que la economía mundial va hacia un aterrizaje suave.

El excesivo énfasis en la inflación del FMI es en las normas o recetas en materia de política monetaria, que, aunque no es un Banco Central, trató de imitar mandando subir las tasas de interés cuando la inflación era alta, junto con reducir el gasto público para contraer el exceso de demanda que identificaba como causa principal de las presiones inflacionarias, cuando la mayoría de los análisis de los propios bancos y analistas mostraban la incidencia de los shocks de oferta y el riesgo geopolítico.

El problema de fondo es la utilidad de los informes y las proyecciones sobre la economía global. Desde que me inicié en el seguimiento del entorno mundial a principios de los años 90, no encontré un informe oficial público que alertara anticipadamente sobre el efecto Tequila y la crisis de México, en pleno triunfalismo del FMI por la liberación total de la cuenta de capitales, aunque sí algunos papers, como el de Guillermo Calvo sobre el frenazo súbito, ignorados por los altos ejecutivos del FMI. Pasó lo mismo con la crisis asiática, en Tailandia y Corea, y después con las crisis del real en Brasil, en pleno auge de la liberación global. Tuvieron que irrumpir esas crisis para que se moderara la recomendación de la apertura de capitales por parte del FMI, una institución supuestamente encargada de prevenir y enfrentar los desequilibrios externos, pero que más bien los acentuaba. El caso más patético fue con la crisis financiera mundial de 2007 y 2008, que no fue solo una crisis de las hipotecas, sino de un sistema financiero con supervisión laxa y centrada en los derivados financieros. Se dice que un economista como Nouriel Roubini previno la crisis, lo que es preocupante, ya que las tres instituciones internacionales más grandes (FMI, BM, OECD) solo se limitaban a repetir los mismos datos y mantras, y ni siquiera tocan madera para prevenir las crisis.

Ahora, mientras los informes de la troika tenían consenso del aterrizaje suave, un solo dato como la tasa de crecimiento del PIB de los EEUU cambió el entorno optimista a uno pesimista donde se duda del aterrizaje suave. Así, el crecimiento del 1,6% anualizado en el primer trimestre de 2024, frente al 3,4% del trimestre anterior fue por debajo de las previsiones triunfalistas del 2,5%, afectó a los mercados y analistas. Fue el crecimiento más bajo desde las contracciones de la economía en el primer semestre de 2022, que mostraron una recesión técnica no aceptada oficialmente, puesto que hasta ahora se espera el pronunciamiento oficial del NBER, institución oficial sobre el tema de recesiones.

La cereza que cuestionó el aterrizaje suave del dato a marzo de 2024 del Índice de Precios de los Gastos de Consumo Personal (PCE Price index), que muestra un aumento de su tasa anualizada de 2,5% en febrero a un 2,7% en marzo, y que, si se excluyen combustibles y alimentos, lo que se denomina la tasa subyacente, se mantiene en un 2,8%. Es decir, la inflación no está queriendo aterrizar al 2% que espera la Fed, sino se mantiene terca, cercana al 3%, mostrando que los datos no siguen a las autoridades monetarias ni al FMI, por supuesto.

Lo que más me preocupa es que en medio de los informes sobre el aterrizaje suave, el 8 de abril, sea el CEO de JP Morgan Chase, el banco más grande de los EEUU, Jamie Dimon, quien alerte a sus accionistas, según recoge The New York Times, de que la inflación y las tasas serán más firmes de lo que esperan los mercados y se mostró más escéptico sobre las probabilidades de un aterrizaje suave. Advirtió que las preocupaciones geopolíticas deberían estar por encima de cualquier preocupación económica.

Pareciera que Dimon estaba mejor informado que el FMI sobre los datos de inflación subyacente y del PIB.

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Indagación de un padre

Ricardo Bajo

/ 1 de mayo de 2024 / 07:38

Ser (un buen) hijo no es fácil. Ser (un buen) padre, tampoco. Uno se castiga en favor del otro. Esta columna podría haberse titulado: Carta a un mal padre. Un hijo, escritor, publica un libro sobre su padre muerto, filósofo. El escritor es Juan Villoro y el padre, don Luis Villoro Toranzo, filósofo zapatista/epicúreo. El libro se llama La figura del mundo: el orden secreto de las cosas (Random House, 2023). El cronista dedica la obra a su madre. En la página siguiente coloca un poema de Jaime Sabines titulado: Yo no lo sé de cierto. Lo supongo. El poema habla de dos personas que se quieren, de soledades y de silencios.

Villoro, hijo, escribe una (larga) carta a su padre. Es un padre singular y contradictorio. Es una carta llena de preguntas: ¿deben tener hijos los intelectuales? El hijo piensa que no, pues son —la gran mayoría— egoístas y tóxicos. Los hijos, para muchos intelectuales, son un estorbo. Nota mental: levanto la mirada del libro (la mejor señal) y pienso en el destino de los hijos de muchos intelectuales/artistas bolivianos: suicidio, infelicidad, trastornos mentales, drogas y engreimiento. No voy a citar nombres. Villoro también tiene respuestas: “no reproché a mi padre lo que no pudo ser y encontré una vía para quererlo a mi manera”.

La figura del mundo es un libro sobre la memoria (ajena). Sobre el pasado que siempre retorna de forma diferente. Sobre el distanciamiento (técnica de Bertolt Brecht) y los olvidos. En el teatro de la memoria, ésta tiene doble vida: bucea en lo olvidado y una vez allí, revive de otra manera. Son memorias familiares y memorias de México. A ratos, parecen cuentos inventados con personajes secundarios de lujo: hombres y mujeres que se perdieron en el olvido de la Revolución Mexicana, la Guerra Civil española, la hermosa insurgencia del e-zeta-ele-ene. “No escapa al pasado quien lo olvida”, dispara el hijo, citando a un personaje “brechtiano”.

Villoro recuerda gestos de su padre, recuerda que solo una vez le dio un beso. Recuerda su hábito de leer periódicos (el Excélsior —donde nuestro querido Coco Manto fuera jefe de redacción— y La Jornada). Recuerda sus guantes de piloto y sus anteojos de economista soviético; su costumbre de ir al mismo cine de manera religiosa; su amor (enfermizo) por los libros. “Si un padre no llora, el hijo llorará por todo”. 

Villoro, el hijo, habla de paternidad, la de ayer y la de hoy. La paternidad, como enigma insoluble. “¿Cuándo perdió la brújula la paternidad?” No lo sé, el que esto escribe no es padre. Bastante tengo con ser hijo, trabajo complicado donde los haya. “¿Cuándo perdonamos a nuestros padres por sus ausencias? ¿Es posible entender lo que un padre ha sido sin nosotros? ¿Se puede enseñar a querer?” Son las preguntas de Villoro.

Hay muchos padres e hijos que solo hablan de fútbol, “sitio ideal de la convivencia”. Algunos que no comparten esa pasión, ni siquiera de eso hablan. Los Villoro hincharon por equipos diferentes. Eso siempre calienta/alarga la charla. “Elegir un equipo significa elegir un futuro”, dice el hijo que le va al Necaxa. El padre le iba (por razones académicas) al equipo de la universidad, los Pumas de la UNAM. Ambos compartían, sin embargo, el sentimiento liberador del fútbol, la expresión de libertad, gozo y fascinación colectiva que despierta la pelota sobre la cancha. “Mi padre no me habló del fatalismo ni de la condición trágica del ser pero me llevó a los principales escenarios de la derrota: los estadios de fútbol”. Los dos eran/son de un país —como Bolivia— “donde los hinchas siempre hacen más esfuerzos que los jugadores”.

Los Villoro, padre e hijo, también hablaban de libros. Y de cómo deshacerse de ellos tras una larga vida. He visto con mis propios ojos hermosos ejemplares de tapa dura botados en la basura, abandonados con nocturnidad y alevosía. Nadie los quiere. Luis Villoro los donó a la Universidad de San Nicolás de Hidalgo en Morelia. La biblioteca de un padre a veces habla más que el propio padre.

Villoro, el hijo, se da cuenta al final de la crónica paterna que en realidad está escribiendo sobre su madre. “Mi padre es buen tema para un escritor que prefiere escribir de lo que ignora”. La dedicatoria inicial era una pista para lectores/detectives. Advierte que no es discípulo del filósofo, sino de su madre, Estela. De ella conoce casi todo (la infelicidad de los 10 años de matrimonio, el deseo de querer sinónimo de amor, la posibilidad de aquel idilio en la India con Octavio Paz). Ambos, madre e hijo, hijo y madre, decidieron amar por su cuenta a su “figura del mundo”. Todos deberíamos encontrar esa vía para querer a nuestros viejos. No es fácil ser padre. No es fácil ser hijo.

Ricardo Bajo es hijo

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¿Crisis o resiliencia económica en Bolivia?

Ariana Quiroz

/ 1 de mayo de 2024 / 07:31

Recientemente, Moody’s ha presentado su evaluación centrada en las presiones de liquidez en moneda extranjera y el riesgo de impago de las obligaciones financieras del país. Aunque estos aspectos son mencionados en su evaluación, es fundamental resaltar que el Gobierno ha implementado una serie de medidas para enfrentar dichas presiones, como la estrategia de sustitución de importaciones y el fortalecimiento productivo.

Moody’s ha mencionado el riesgo de que Bolivia no disponga de suficiente moneda extranjera para asegurar el repago de sus obligaciones externas e importaciones. Sin embargo, el Gobierno ha cumplido con todas sus obligaciones financieras, y las importaciones continúan sin problemas, lo que cuestiona la validez de este riesgo planteado.

Por otro lado, la calificadora menciona la ingobernabilidad y la división política como factores que justifican la revisión a la baja de la calificación. Si bien es cierto que estos son desafíos externos, el Gobierno está comprometido con la aplicación de políticas económicas que protejan la recuperación de la economía y aborden los desafíos actuales.

La discrepancia entre la evaluación de Moody’s y la realidad económica de Bolivia merece una atención cuidadosa. A pesar de los desafíos económicos, el Gobierno está tomando medidas concretas para abordarlos y ha demostrado su compromiso con el cumplimiento de sus obligaciones financieras. Es importante que las agencias de calificación consideren estos factores en sus evaluaciones para proporcionar una imagen más precisa de la situación económica de un país.

La revisión de la calificación de Moody’s ha generado un debate sobre la idoneidad de las métricas utilizadas para evaluar la salud económica de los países. Algunos críticos argumentan que estas métricas pueden reflejar un sesgo hacia una visión convencional de la estabilidad económica, que podría no ser adecuada para entender la realidad compleja de estas economías.

Además, es crucial reconocer que el país ha enfrentado desafíos significativos en los últimos años. En este sentido, las métricas convencionales de estabilidad económica pueden no capturar completamente la complejidad de la situación. Por ejemplo, la política de sustitución de importaciones y el impulso hacia la producción interna pueden no reflejarse adecuadamente en los indicadores tradicionales, pero son medidas estratégicas para fortalecer la economía del país y mitigar vulnerabilidades externas.

Por lo tanto, la evaluación de Moody’s debería considerar no solo los riesgos y desafíos presentes, sino también los esfuerzos y progresos realizados por el Gobierno en la gestión económica y política.

En última instancia, la revisión de la calificación crediticia de Bolivia por parte de Moody’s subraya la importancia de considerar una gama más amplia de indicadores al evaluar la salud económica de un país. Esto no solo proporcionaría una imagen más precisa de la situación económica, sino que también ayudaría a mitigar la posibilidad de que las evaluaciones de las agencias de calificación influyan indebidamente en la percepción de la estabilidad económica de un país.

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Transparencia y regulación financiera

Raúl González Salazar

/ 1 de mayo de 2024 / 07:24

La Ley 341 de Participación y Control Social establece la Rendición Pública de Cuentas como una herramienta que transparenta la gestión de las entidades públicas, permitiendo a la población conocer cómo se utilizan o utilizarán los recursos, ejercer el control social y fortalecer la democracia. Cada entidad tiene la responsabilidad de organizar y ejecutar la rendición al menos dos veces al año, en un acto público y de libre acceso, siendo que uno de estos eventos se orienta en presentar información institucional, el presupuesto a ser ejecutado y las actividades programadas en la gestión en curso.

En ese marco, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi) organizó su Audiencia de Rendición Pública de Cuentas Inicial 2024, celebrada a mediados de marzo en Sucre, en la que no solo se expusieron las acciones que la Asfi tiene previsto realizar en esta gestión, en virtud de las competencias y funciones relativas a ejecutar la regulación y supervisión financiera, sino también su compromiso con la transparencia que se refleja en su trabajo diario.

Es importante aclarar que tanto la regulación como la supervisión financiera son tareas constantes y permanentes que realiza la Asfi, con la finalidad de velar por el sano funcionamiento y desarrollo de las entidades bajo su control, y de preservar la estabilidad del sistema financiero y del mercado de valores, más allá de suponer acciones circunstanciales que responden a una coyuntura o situación específica.

A objeto de entender mejor el rol de la Asfi en cuanto a sus funciones principales, tal como se explicó en la rendición inicial de esta gestión, cabe precisar que la regulación consiste en la emisión y/o la modificación de normativa que es de aplicación obligatoria por parte de las entidades financieras y los participantes del mercado de valores, que establece, entre otros aspectos, los requisitos que dichas instituciones deben cumplir para operar y prestar servicios con el objetivo de proteger a los usuarios, garantizar su solvencia, así como para preservar la estabilidad del sistema financiero y del citado mercado de valores.

Para este año, la Asfi indicó que tiene previsto emitir regulación referida a las entidades financieras y el mercado de valores, con el propósito de preservar la estabilidad, la solvencia, la eficiencia, la confiabilidad y la transparencia del sistema financiero; mantener un mercado de valores sano, seguro, transparente y competitivo, promoviendo su desarrollo; fortalecer la protección y defensa del consumidor financiero, promoviendo la inclusión financiera y controlando la otorgación de créditos a sectores priorizados de la economía.

A su vez, la supervisión se refiere a que la Asfi vela constantemente por el cumplimiento de la mencionada normativa e instructivos, a través de diferentes mecanismos recurrentes, como la revisión de información periódica, la realización de visitas de inspección y la aplicación de sanciones, en caso de identificar incumplimientos, siendo que para esta gestión se precisó que para cumplir las tareas planificadas se tiene previsto realizar 238 inspecciones dirigidas a empresas de servicios financieros complementarios, entidades de intermediación financiera, participantes del mercado de valores, sociedades controladoras de grupos financieros, así como a entidades en liquidación o intervención.

La transparencia en las tareas de regulación y supervisión financiera, a través de la Rendición Pública de Cuentas, fortalece la confianza del público en el trabajo que realizan instituciones, en este caso la Asfi, contribuyendo a la construcción de un entorno más sólido, con consumidores financieros mejor informados que accedan y usen los servicios financieros que satisfagan sus necesidades.

Raúl González Salazar es ingeniero comercial

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China sigue en constante ascenso

Las estructuras económicas y comerciales de China y Bolivia se complementan en gran medida

Wang Liang

/ 30 de abril de 2024 / 11:26

Recientemente, la comunidad académica estadounidense lanzó teorías absurdas como: «la economía china ha tocado techo», «el exceso de capacidad productiva de China» y «la retirada de inversión extranjera directa de China», argumentando que en los últimos años el ritmo de crecimiento económico de China ha disminuido rápidamente y que podría haber alcanzado su pico. Estas afirmaciones subestiman la resistencia de la economía china. En comparación con los desafíos económicos actuales, China ha superado dificultades mucho más graves en su historia.

Consulte: Shanghái, la superciudad china

La economía china no está sujeta a ruidos externos. Al difundir que «la economía china ha tocado techo», los expertos intentan avivar las tensiones en otros países, hacer tambalear la confianza mundial en China y crear obstáculos a su desarrollo. Desde la década de 1990, ha sido constante la retórica occidental que menosprecia a China, pero más allá de lo negativo que se perciba a China en el exterior, el país ha respondido con acciones concretas. En los últimos 12 años, la proporción del PIB de China en el mundo viene en aumento, acortando la brecha con el PIB de Estados Unidos. Incluso, durante la pandemia del COVID-19, la economía china continuó creciendo en relación a la economía estadounidense. En 2023, el PIB de China alcanzó los $us 17,89 billones, con un crecimiento de 5,2%, contribuyendo con más del 30% al crecimiento económico mundial. Al primer trimestre de 2024, el PIB de China cuenta con un crecimiento de 5,3% interanual, siendo una fuerza importante y el motor principal para el crecimiento económico mundial.

La economía de China es saludable y sostenible. La economía china, la segunda en el mundo, tiene cimientos sólidos, resistencia y potencial enorme. Las clases medias de China superan los 400 millones de personas y seguirá creciendo, mientras el proceso de urbanización de población agrícola se acelera, lo que traerá un enorme impulso para la mejora del consumo en áreas como vivienda, educación, sanidad y pensiones. Además, el gobierno chino acelera el desarrollo de las nuevas fuerzas productivas de calidad, promoviendo y fomentando la nueva industrialización, a través de la amplia aplicación de tecnologías digitales, inteligentes y verdes, para revitalizar todas las industrias.

La economía china ha contribuido al impulso de la globalización económica. La globalización, promovida por China es abierta, inclusiva, equitativa, equilibrada y mutuamente beneficiosa, en la que todos los países participan, construyen y comparten, la cual ha sido ampliamente acogida por la comunidad internacional. Las estructuras económicas y comerciales de China y Bolivia se complementan en gran medida. La cooperación amistosa y mutuamente beneficiosa entre ambos países se encuentra en su mejor momento histórico. Según las estadísticas bolivianas, en 2023, el comercio bilateral alcanzó los $us 3.590 millones, convirtiendo a China en el principal socio comercial de Bolivia. Y el volumen comercial continúa creciendo. Hoy en día, es común ver automóviles de marcas chinas como Changan y BYD en Bolivia, mientras que la carne de res y la quinua producidas en Bolivia enriquecen los alimentos chinos. China sigue en constante ascenso, no solo proporcionando un fuerte impulso al crecimiento económico mundial, sino también brindando nuevas oportunidades para China y Bolivia. China está dispuesta a unirse a Bolivia y a todos los demás países del mundo para desarrollarse juntos, avanzar juntos y esforzarse por promover la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad.

(*) Wang Liang es embajador extraordinario y plenipotenciario de la República Popular China en el Estado Plurinacional de Bolivia

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