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Problemas de lectura

En promedio, 56 de cada 100 estudiantes de sexto de primaria no son capaces de comprender lo que leen. El dato es alarmante porque, por un lado, quiérase o no las habilidades de lectura crítica son imprescindibles para el aprendizaje y, por el otro, revela un fracaso del sistema educativo en el país. Se espera que el nuevo currículo educativo resuelva ese problema.

Semanas atrás, con el propósito de identificar las dificultades en el aprendizaje dentro del aula, el Centro Boliviano de Investigación y Acción Educativa (Cebiae) realizó lo que llama “una pequeña línea base” sobre la lectura comprensiva en estudiantes de sexto de primaria, en la que participaron 193 alumnos (96 mujeres y 97 varones) de siete colegios paceños y dos de El Alto. La prueba consistió en que las y los alumnos lean una breve historia y después respondan a diversas preguntas.

Los resultados revelan que de los 193 estudiantes evaluados, 56% presentó ciertas dificultades en el tema, leen pero realmente no entienden a cabalidad el texto; 46% tiene problemas con la lectura inferencial; es decir, que no comprenden ni interpretan con profundidad las ideas planteadas.

Finalmente, el mejor nivel está en la lectura literal, pues sólo un 34% tiene dificultades; sin embargo, es un nivel de lectura elemental porque se trata de recordar y reconocer el texto leído; es decir, un hecho memorístico o, como señala un técnico del Cebiae, “leer como robot”.

Al respecto, en el Ministerio de Educación reconocen que hay dificultades en este ámbito, razón por la que el tema ha sido incluido en la propuesta del nuevo currículo educativo. El objetivo es mejorar la comprensión y la capacidad de análisis de los estudiantes para que emitan criterios, dijo el Viceministro de Educación Especial.

Entre las posibles explicaciones a esta dramática situación, el técnico del Cebiae señala que se debe, en parte, a que vivimos en “una cultura muy visual, pues la mayoría de la gente se informa por la televisión, los jóvenes están interactuando mucho más con internet, entonces el consumo de información y datos ya es más visual”. También señala que otros dos factores, menos tecnológicos, están en la base del problema: el método escolar, que consiste en enseñar a reconocer palabras, pero no el significado de éstas ni el de su contexto, y la falta de estímulo a la lectura en la mayoría de los hogares.

La investigación deja, pues, un reto múltiple: para el Estado la obligación de acelerar la implementación de un nuevo currículo con la competencia de la lecto-escritura mejor desarrollada; para las y los maestros, el deber de esmerarse más en la enseñanza de esta competencia fundamental para la vida escolar y académica; pero sobre todo para las familias, pues el hogar es el mejor lugar para estimular la pasión por la lectura.