Hoy, a las 21.00, hora británica (4 de la tarde en Bolivia), una campana nueva, más grande que la del Big Ben, sonará desde el Estadio Olímpico de Londres y mil millones de personas estarán mirándonos. ¿Qué es lo que van a ver? ¿Verán a un Reino Unido moderno? Bueno, se trata de una mezcla de varias cosas, muchas de ellas características que compartimos con otros países, pero que juntas conforman un extraordinario todo. El desafío para Danny Boyle, director artístico del espectáculo de hoy, fue capturar todo esto para retratar a la gente y la sociedad británicas y mostrarlas al mundo en sólo tres horas. Ustedes juzgarán si lo logró o no, aunque espero que cada persona pueda quedarse con una parte de esta celebración y pensar en el Reino Unido desde una nueva perspectiva.

La visión de Boyle para la ceremonia de apertura se basa en el pueblo británico: quiénes éramos, de dónde venimos, cuál es nuestra historia y herencia cultural, y después, quiénes somos ahora y hacia dónde nos dirigimos. No es secreto que el concepto de Danny está inspirado en un discurso de la obra La tempestad, de William Shakespeare, ni que los primeros números que veremos en la ceremonia se basan en el idilio rural descrito de la obra de William Blake England’s green and pleasant land.

Es ésta la rica y vibrante historia con la que muchos identifican al Reino Unido: desde la pompa y ceremonia de nuestras grandes celebraciones reales,  hasta los juegos de cricket de domingo por la tarde en todo el país. Ciertamente que muchas de nuestras costumbres, valores, leyes e ideales parecen haber cambiado poco a lo largo de los años, pero en realidad nos reinventamos constantemente. Nuestras profundas raíces nos dan una enorme energía, y nuestros orígenes como nación de migrantes se expresan en una tradición continua de exploración, descubrimiento y creatividad.

Entonces, la ceremonia de esta noche  también será impredecible y creativa. Mostrará la creciente población urbana y la vida en las ciudades de Reino Unido, así como nuestros paisajes tradicionales. Un lado del estadio evocará la celebración de música clásica  de Last Night of the Proms, y el otro recreará el espíritu del festival musical de Glastonbury. Ambos son momentos muy especiales en los que el pueblo británico aprovecha para soltarse el pelo y muestran distintos aspectos de una sociedad que es dinámica, apasionada y llena de energía. Nada refleja mejor esto que la sorprendente dedicación de los 10 mil voluntarios que han destinado muchas horas de su tiempo libre para ensayar para esta ocasión especial. Ellos representan lo mejor de lo que somos como nación.

Espero que cuando vean el espectáculo de hoy recuerden todas esas imágenes de la herencia, diversidad, energía y creatividad que definen al Reino Unido moderno y que celebran quiénes somos como pueblo. Y cuando escuchen los sonidos de la ceremonia, se lleven un gran recuerdo musical, desde el tañido de la campana más grande de Europa hasta la banda sonora creada por el dúo de música electrónica Underworld. Pero, sobre todo, espero que vean a un pueblo británico que está increíblemente orgulloso de darle la bienvenida al mundo, tanto en este verano como en el futuro. Como dice Caliban en uno de los actos de La tempestad de Shakespeare: “No tengáis miedo. La isla está repleta de ruidos”.