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Desarrollo de aplicaciones

Entre otros beneficios, la tecnología está abriendo oportunidades de empleo en ámbitos virtuales que no conocen de fronteras, términos de edad o antecedentes laborales. Claro ejemplo de ello es el desarrollo de aplicaciones para teléfonos móviles, mejor conocidas como apps. Los únicos límites que conocen estos servicios son la creatividad y la pericia humanas.

En efecto, por un módico precio —$us 99 para iphones y $us 25 para teléfonos Android (los estudiantes no pagan nada)—, las personas pueden desarrollar servicios de cualquier tipo (entretenimiento, música, videos, información sobre viajes, salud, educación, deportes, negocios, etc.) que son ofertados en plataformas como Windows Marketplace. Desde esos sitios web, los usuarios pueden bajar las aplicaciones, que generalmente son gratuitas pero también pueden tener un costo en beneficio del autor.

Gracias a una campaña promovida por Microsoft Bolivia, diez estudiantes bolivianos desarrollaron aplicaciones que hoy están en internet. Incluso uno de ellos, de José Miguel Álvarez, estudiante de la Universidad Nur, obtuvo 1.500 descargas en un mes, lo que la convierte en la tercera de mayor éxito de América Latina. Sin duda una importante ventana hacia la tecnología y el mundo laboral para las nuevas generaciones.