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Al TIPNIS, por la Academia

He tenido la suerte de participar en un seminario-coloquio sobre el TIPNIS organizado por Derecho y Comunicación Social de la Universidad San Francisco Xavier. Suerte porque no era cualquier seminario, era uno vivaz; aprovechando tanta raíz, muy vivo, al punto de que su afiche contenía una carretera con una serie de carteles señalizadores, entre los cuales uno sugestivamente invitaba: “motel”. ¿Habrá alguna carretera sin motel? Ya les he dicho que la humorada hubiera sido completa con unos esbeltos puentes trillizos y, mejor todavía, con un teleférico que nos ofreciera una vista panorámica de la carretera de la discordia.

Entre los expositores estaban el exviceministro ahora disidente Alejandro Almaraz y el senador todavía oficialista Adolfo Mendoza. Tema obligado de análisis fue la consulta que en estos momentos se desarrolla —no sin problemas— en el territorio en cuestión. Y también la sentencia constitucional que la condicionó a una concertación nunca lograda y por eso, para no perder el tiempo en realidad, las brigadas barren con lo que les permiten del TIPNIS mientras los dueños del motel del afiche se frotan las manos imaginando las ansias de sus potenciales nuevos clientes.

En lo que al debate (no menos febril) corresponde, Almaraz ha sido picante como es su costumbre. Comentó por ejemplo que “el drama de los indígenas”, para el Gobierno “había sido” que ellos anduvieran “200 años sin zapatos”; de acuerdo con su perspectiva, si alguien se dispusiera a instalarse en el TIPNIS, “lo mejor que puede hacer es vivir en esas viviendas”. Hizo alusión a la supuesta intención de extender a esa zona las superficies cultivables de coca, dijo que el MAS no está dispuesto a sacrificar su proyecto por la vigencia de los derechos de los indígenas, y se preguntó por qué no puede haber desarrollo sin carretera. A su juicio, quien considere que para desarrollarse debe estar asistido por una carretera no puede descolonizar a nadie.

Mendoza por su parte defendió el discurso del Estado plurinacional, abordado antes por la coordinadora del evento, la politóloga Kathia Zamora, quien al referirse al proceso de transformación del Estado señaló que la representación indígena en la nueva institucionalidad está disminuida y que esto redunda en la disminución del sujeto político indígena como pilar fundamental del proceso de cambio. Según el senador, pese a ser el sujeto indígena el sujeto de la construcción del Estado plurinacional, el centro de esa construcción está en la variable plural; es decir, en la construcción de un Estado que exprese lo nacional-plural. “Y lo nacional-plural no se restringe a lo indígena…”.

Zamora, en otro orden, habló de la rara (“paradoja” es la palabra que utilizó) habilidad (“capacidad”, debe haber dicho ella) del Gobierno de hacer gestión política y a la vez pública a partir de una estrategia de la conflictividad. No está lejos, según su mirada, la posibilidad de que una victoria de la carretera pueda llegar aparejada de una victoria del MAS. El TIPNIS, para la chuquisaqueña, es el debate de la izquierda latinoamericana y de la democracia participativa y directa; en particular, de la democracia comunitaria.

Como se ve en este rápido e incompleto pantallazo, han sido enriquecedores el debate, el intercambio de ideas con el público joven; en suma, la comprensión de la intrincada temática del TIPNIS por el aporte de intelectuales que llevaron a la sala el pensamiento de otros más: Sarela Paz, Bartolomé Clavero, Helena Argirakis, Zovatto, Calderón, Mayorga, Boaventura de Souza, Zizek Slavoj… hasta Maquiavelo.