Cajetillas uniformes
En Australia regirá el empaquetado genérico de tabaco, sin marcas ni textos de promoción
Días atrás, el Tribunal de Justicia de Australia desestimó un recurso presentado por las tabacaleras contra una ley que ordena que los paquetes de cigarrillo sean homogéneos y sin publicidad. Esto significa que, a partir del 1 de diciembre de 2012, regirá en ese país el empaquetado genérico de tabaco, en cajetillas color verde oliva, sin marcas ni textos de promoción.
La norma establece, además, que la marca sea escrita en letra pequeña con una tipografía homogénea, que el logotipo sea excluido, y que las advertencias sanitarias ocupen el 75% de la parte frontal de los envoltorios y el 90% de la posterior, con imágenes de tumores cancerígenos o de bebés enfermos por causa del tabaco. Otros países que estudian la posibilidad de aplicar medidas similares, como EEUU, Gran Bretaña, Canadá y Nueva Zelanda, han seguido muy de cerca este proceso.
Habida cuenta de que las compañías tabaqueras se han opuesto al empaquetado homogéneo con más ahínco que contra cualquier otra medida, tanto la norma como el respaldo judicial que recibió han sido calificados, por propios y extraños, como un hito en la lucha contra el tabaco; y por tanto, como una importante victoria para la salud pública. Pues, se sabe, las empresas de cigarrillos emplean colores intensos y diseños seductores para atraer nuevos clientes, especialmente entre las nuevas generaciones.
Las fábricas tabacaleras objetaron esta ley con el argumento de que prohibirles el empleo de logotipos y el poder diferenciarse de otras marcas viola su derecho de propiedad intelectual. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, el Tribunal de Justicia australiano rechazó esta tesis, señalando que las leyes de propiedad intelectual buscan sobre todo evitar que una marca comercial sea utilizada por terceros; y en este sentido, el empleo de envases genéricos no estaría vulnerando el derecho cuestionado.
Si bien estas empresas tendrán que acatar el fallo, han anunciado su intención de continuar el proceso en tribunales internacionales. No obstante, existe un antecedente en Bruselas que permite suponer un nuevo fracaso para la industria del cigarro. En 2001, el Tribunal Europeo de Justicia rechazó un recurso para anular una norma que prohibía el uso del término light, y obligaba a advertir en grandes caracteres del peligro de fumar, presentado con argumentos similares respecto a la propiedad intelectual. Entonces, la Corte europea sostuvo que “el derecho a la propiedad no constituye una prerrogativa absoluta, sino que debe tomarse en consideración en relación con su función en la sociedad”.
Cabe ahora esperar que esta nueva medida contrarreste las implacables estrategias de marketing de la industria tabacalera, y sobre todo que se reproduzca en otros países como Bolivia.