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La medicina del futuro

Con demasiada frecuencia se suscitan accidentes de tránsito con saldos trágicos en las carreteras del país. ¿Cuántas personas habrán muerto o quedado gravemente lisiadas por la falta de ayuda oportuna por parte de un médico? No obstante, esta situación podría cambiar en el futuro cercano. En efecto, la robótica y la telecomunicación están salvando esas dificultades en Canadá, donde un boliviano, el neurocirujano Ívar Méndez, es la cabeza de un proyecto de investigación que da frutos sorprendentes. “Presencia remota” es el concepto con el que un médico, un especialista, llega hasta donde se le necesita, sin moverse de su consultorio. Ese doctor guía al paramédico o el bombero y entonces el herido puede ser atendido sin los riesgos a los que hoy se expone a un accidentado. Asimismo, esa tecnología facilita la visita médica a los pacientes, aun en sus casas. Es  el profesional el que se multiplica.

Méndez, oriundo de La Paz, es profesor de Neurocirugía en la Universidad Dalhousie en Halifax (Canadá) y director del Centro Canadiense de Reparación Cerebral. Él es quien escribe, en la revista Escape, sobre estos adelantos que  —es su aspiración— podrían llegar a Bolivia para salvar vidas. La voluntad del científico es enorme. Falta ver qué contraparte está dispuesta a poner el país.