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Elegir bien

Se cuenta que en cierta oportunidad la bella bailarina Isadora Duncan le habría propuesto a George Bernard Shaw: —Creo que tú y yo deberíamos casarnos y tener hijos, ellos tendrían tu inteligencia y mi belleza”, a lo que el Premio Nobel de Literatura habría respondido: —Creo que es mejor que no hagamos el intento, porque es probable que nuestros hijos salgan con mi belleza y con tu inteligencia.

Evidentemente todos aceptan que muchas de nuestras características tienen carácter hereditario, el color de nuestra piel, el color de los ojos, nuestra talla o la forma de nuestra nariz, incluso se acepta que el carácter de las personas viene condicionado por la herencia de sus progenitores. Sin embargo, no siempre es aceptado el carácter hereditario de la inteligencia. Contrariamente a ello, varios estudios de genética señalan que la inteligencia es susceptible de ser transmitida de forma hereditaria, existiendo la posibilidad de que ésta venga determinada por los genes de los progenitores.

De acuerdo con el trabajo de Judith Rich Harris, corroborado por el destacado psicólogo Steven Pinker, el coeficiente intelectual estaría determinado, fundamentalmente, por factores genéticos. En la misma línea, el economista Steven D. Levit, con base en el procesamiento de una amplia base de datos sobre el rendimiento escolar de los niños y el apoyo de varias investigaciones sobre el tema, llega a la conclusión de que los genes serían responsables de aproximadamente un 50% de la personalidad y las capacidades de un niño, es decir, que el coeficiente intelectual sería hereditario.

Si estaríamos de acuerdo con estos estudios, aunque muy probablemente muchos no estén dispuestos a aceptar sus conclusiones, deberíamos ser muy cuidadosos al momento de llamar la atención a nuestros hijos por su bajo rendimiento en el colegio, ya que al menos un 50% de su fracaso podría ser culpa nuestra. Esto también sería una mala noticia para los ricos, quienes piensan, probablemente de manera errónea, que por poner a sus hijos en los colegios más caros y darles todos sus gustos sus niños se volverán más inteligentes.

Por último, estas investigaciones respaldarían la preocupación de George Bernard Shaw ante el ofrecimiento de Isadora Duncan, y proporcionarían una señal a los muchachos y las chicas que están por ingresar en la aventura del matrimonio y la gran responsabilidad de tener hijos: Tengan mucho cuidado al elegir, si quieren tener hijos inteligentes y exitosos, busquen su pareja entre los nerds.