Encuestas y democracia
Es notoria la desconfianza de los encuestados en los partidos y en los ministerios
Es bien sabido que la principal crítica a las encuestas radica en que los resultados que se obtienen dependen de la forma de preguntar y el orden de las preguntas. Esta afirmación vuelve a demostrarse con una encuesta que se realiza en todo el continente y que en el caso boliviano contradice en algunos aspectos los resultados que obtienen las encuestadoras nacionales.
En efecto, el estudio sobre Cultura Política y Democracia en Bolivia, Barómetro de las Américas 2012, de LAPOP (Proyecto de Opinión Pública de América Latina, por sus siglas en inglés), concluyó, a contrapelo de las encuestas nacionales, que el 64,2% de la población califica como “muy bueno” el desempeño del presidente Evo Morales en 2012, frente al 30,3% que considera que es “muy malo”.
Sin embargo, la encuesta de LAPOP coincide con las nacionales en muchos otros aspectos, si no en los números al menos en las tendencias. El principal dato aquí es la desaprobación al sistema político boliviano en general, así como la falta de confianza en las instituciones de la democracia formal. Según la investigación, en 2010, el 54% de la población aprobó al sistema político boliviano, y dos años después este respaldo bajó a 48,1%. El informe boliviano para el estudio que se realiza en 26 países de América resalta que es notoria la desconfianza de la gente en los partidos y en los ministerios.
Por otra parte, la investigación, que fue coordinada por la Universidad Vanderbilt, en Nashville, Tennessee (EEUU), encuentra que el 52,4% de la población cree que el gobierno de Evo Morales protege y promueve los derechos de los pueblos indígenas, el 47,8% dice que acertó en la política de la Madre Tierra y el 44,9% opina que el Ejecutivo desarrolla un buen manejo de la economía.
Otros aspectos del estudio también son reveladores del estado de la opinión en Bolivia respecto de las instituciones y del debate sobre raza y cultura. En lo referido al primer aspecto, se observa que incluso las instituciones más confiables, la Asamblea Legislativa y el Órgano Electoral, han disminuido su índice de credibilidad en los últimos dos años, y la Policía se encuentra en uno de los puestos más bajos. Sobre el debate en torno a la identidad cultural, vuelve a demostrarse que la identificación racial y étnica no son mutuamente excluyentes, pues si bien el 76,6% de la población encuestada se considera mestiza, al mismo tiempo el 72% se considera miembro de algún pueblo indígena originario.
Hay, pues, nueva evidencia de la solidez del liderazgo del Mandatario boliviano, al mismo tiempo que de la debilidad de las instituciones que comanda en su calidad de Presidente, pese a que el apoyo a Morales es fuente de legitimidad de ellas. Queda, así, la certeza de que hay todavía mucho por hacer en materia de construcción institucional en el país.