Falta de precaución
La seguridad y el compromiso de usar la tecnología adecuadamente deben ir juntos.
De acuerdo con el Organismo Operativo de Tránsito, en la ciudad el 75% de los hechos de tránsito (entre atropellos, despeñamientos, vuelcos, choques, colisiones, encunetamientos y otros) se producen por falta de precaución del conductor, tanto de vehículos particulares como públicos. Este porcentaje equivale a 2.325 hechos de 3.101 registrados hasta agosto de este año.
¿Y a qué se debe esto? Ellos hablan por celular, conversan, cambian un CD, comen o fuman. La Policía indica que en cinco segundos de distracción puede ocurrir un accidente, y éste es el tiempo que también se necesita para marcar un número o buscarlo en la memoria del teléfono móvil.
El artículo 96 del Código de Tránsito establece que uno de los deberes del chofer es “conducir con atención y los cuidados que requiera la seguridad del tránsito”; sin embargo, no impone sanciones a estas conductas, pese a que la Policía sugirió que se incorporen en el reglamento de la Ley de Seguridad Ciudadana, recientemente promulgado.
Parece que se debe llegar a sanciones para que los ciudadanos reflexionen sobre la importancia de cuidar su seguridad y la de los transeúntes. ¿Por qué asumen esos comportamientos? ¿No les interesa su vida ni la de su familia? ¿Están esperando que les ocurra un accidente para reaccionar de una vez?
A diario y en todo momento el panorama es el mismo. Por ejemplo, en la mañana, los apurados por llegar a tiempo al trabajo comienzan a comunicarse, y los que no desayunaron se sirven algo. Por la tarde y la noche, llaman y contestan a sus parientes o amigos. Mientras una de sus manos dirige el volante, la otra está ocupada, pero eso no les importa. Sólo unos cuántos indican “por favor llámame luego, estoy conduciendo”.
La Policía recomienda que para evitar los hechos de tránsito, los choferes deben estacionar su coche unos minutos, los cuales seguramente no alterarán sus planes. ¿Cuesta mucho hacer esto?
Con relación a las conversaciones que mantengan con algún compañero, el riesgo aumenta en función a la importancia de la charla, ya que a mayor emoción, mayor es la atención que ellos pierden.
La sociedad se ha digitalizado, hemos avanzado tecnológicamente, tanto que podemos darnos algunos lujos que hace diez años no podíamos; sin embargo, debemos tomar en cuenta que la seguridad y el compromiso para usar estos productos adecuadamente deben ir siempre juntos.
Si no se hace aquello, entonces se tendrán que establecer las sanciones y aprender a la mala.