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Peligrosa burocracia

Desde julio de 2011 el Hospital de Clínicas alberga a un huésped tan peligroso como indeseado: una pequeña pastilla de cobalto en desuso, otrora utilizada para el tratamiento de enfermos con cáncer, y que actualmente se encuentra en la Unidad de Radioterapia dentro de un contenedor de plomo, cuyo alquiler cuesta $us 100 por día. Los galenos aseguran que, pese a estar aislado, ese material radiactivo aún constituye un peligro para la salud de los pacientes así como para el personal de esa unidad.

Es decir que, además de la pérdida de recursos que podrían destinarse al cuidado de la población (hasta la fecha se debe $us 36 mil), se está poniendo en riesgo sin sentido la salud de las personas; todo ello por la incapacidad de sortear un tema burocrático. Pues, para trasladar la pastilla a su lugar de origen (Argentina) se necesitan los documentos de importación, pero éstos no aparecen. Según el Director de ese nosocomio, deberían estar en el Ministerio de Salud; sin embargo, esa entidad asegura que el manejo de material radiactivo no es de su competencia. Y así, mientras ambos se lanzan la pelotita y la Aduana se muestra inexorable con los papeles (¿qué acaso no se pueden sacar otros?), la deuda aumenta y algunos compatriotas se siguen chupando radiactividad de manera gratuita. Para no creer.