Niñas: desarrollo con igualdad
Hoy, 11 de octubre 2012, se celebra por primera vez en todo el mundo el Día In-ternacional de la Niña
El 11 de octubre de 2012 se celebra por primera vez el Día International de la Niña. Ésta es una buena oportunidad para reconocer los progresos alcanzados en el mundo en el cumplimiento de sus derechos, pero también para recordar que muchas de las 600 millones de niñas que viven en los países en desarrollo son invisibles en la sociedad, viven en la pobreza, son víctimas de la discriminación de género, de la desigualdad social y están sometidas a numerosas formas de violencia, abuso y explotación. Naciones Unidas ha querido destacar en este día una de estas formas de violencia: el matrimonio infantil. Ejemplo infame de violación de los derechos hacia la niña que afecta todos los aspectos de su vida: niega su infancia, interrumpe su educación, limita sus oportunidades, aumenta su riesgo de violencia y abuso y pone en peligro su salud.
En Bolivia, la población adolescente representa el 23% del total. La mayor cantidad de adolescentes y jóvenes (68% de personas de 10 a 19 años) se encuentran en las ciudades de Santa Cruz, El Alto, La Paz y Cochabamba. De éste porcentaje, el 50% son mujeres. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud 2008, la niñez (comprendida entre 10 y 12 años) es el sector social más pobre del país, y las niñas las más afectadas por esta condición social.
Según datos del INE (2008), 364 mil niñas pobres entre cinco a 17 años trabajan, principalmente realizando labores peligrosas, y más de un millón de ellas efectúan tareas domésticas, exponiéndolas a riesgos similares. Asimismo, la violencia continúa siendo uno de los flagelos a los que esta sometida la niñez. Los juzgados en materia penal y el Ministerio Público indican que, entre 2007 y 2008, los casos de violencia sexual aumentaron levemente, lo preocupante es que se elevaron en el caso de las niñas. La violencia y la discriminación contra las niñas y las mujeres subyacen en la cultura bajo un manto de igualdad y respeto que se desdibuja, con mucha facilidad, para evidenciar la persistencia de la desigualdad entre los géneros como base de la violencia. Queda mucho por hacer para promover transformaciones estructurales que garanticen a las niñas una vida sin violencia. Reconocemos un paso adelante en la lucha contra esta violación flagrante con la promulgación de la Ley 214 por parte del señor presidente Evo Morales Ayma, el 31 de diciembre 2011, la cual declara 2012 como el Año de la no violencia contra la niñez y la adolescencia.
Invertir en las niñas para que estén sanas, instruidas y empoderadas es un desafío que repercutirá en la inclusión cultural y no discriminación, justicia social y desarrollo económico. Garantizar su permanencia con calidad en la escuela contribuirá a que ellas amplíen sus horizontes de vida, retrasen o reconsideren sus opciones de vivir en pareja y de planificar su vida reproductiva; aspectos que repercutirán en ampliar sus proyecciones de vida, sus sueños, aspiraciones y libertad para tomar sus propias decisiones.
Unicef junto, con el resto del sistema de las Naciones Unidas, ha propuesto cinco áreas prioritarias: educación, centrándose en la transición hacia secundaria; salud, vinculada a habilidades para la vida, prevención de VIH y salud sexual y reproductiva; erradicación de la violencia, centrada en prevenir toda forma de violencia basada en género con servicios y acceso a la justicia; promoción, liderazgo, participación, y generación de información.
Hago un llamado para que juntos podamos visibilizar a las niñas y otorguemos el valor que se merecen en nuestras familias y comunidades. Debemos erradicar cualquier forma de violencia y discriminación, activar y fortalecer los mecanismos institucionales existentes, y asignar e invertir los recursos humanos y financieros necesarios para garantizar el cumplimiento de sus derechos. Ese afán que dirige hoy la voluntad del Estado y de la sociedad por construir la igualdad tiene que incorporar a las niñas. Ellas pueden fortalecer la democracia y los ideales de una sociedad mejor postulados en la Bolivia de hoy.