Poética de las ciudades
Composiciones escritas en siglos pasados hoy revelan peculiares visiones sobre las ciudades
Las ciudades han sido pensadas y escritas desde hace siglos, hasta el punto que ciertos textos fueron acompañados por versos que aún permiten observar sus realidades urbanas de forma distinta. Esto sin olvidar que desde siempre han acercado al lector a su propia vida, que se repite con otros personajes, signos y alegorías.
De igual manera, el tema de la ciudad desde el siglo XVIII fue otro pretexto de inspiración, por ejemplo en la literatura urbana, cuyas historias —aun siendo difusas a visiones objetivas— proyectan a la investigación (a otros nuevos escritos) en su encuentro con los valores originales y singulares de aquellas urbes. Resulta de gran atracción que tales composiciones hoy sean reveladoras de peculiares visiones sobre las ciudades, pero esencialmente de sus entornos urbanos.
Según escritos, la filosofía fue la que rescató esas coordenadas espacio-temporales, como un lugar de constitución de la subjetividad y como espacio de configuración de la realidad. Pero, independientemente de su valor como textos estéticos, cabe preguntarse, ¿cuál es su utilidad dentro de la temática de las ciudades? Esencialmente, el reencuentro con ciertas “sensibilidades urbanas”, que colaboren no sólo con una mayor comprensión de una ciudad en particular, sino que además “las exprese” y sea otro punto para proyectarlas al futuro.
Siguiendo con los escritos sobre las ciudades, éstos han inspirado a autores en una construcción poética urbana, que si bien no encajan dentro del grupo de la poesía oficial de las ciudades, se presentan como hermosas inspiraciones. Un ejemplo es Úrsula ciudad, poema que, además de acercarnos a la Edad Media, resulta ciertamente bello dentro de su temática:
La belleza plural de mis ciudades / En una se resume triunfadora. / Penúltima ciudad, acento esdrújulo / Que alza la voz y luego la desploma / Estás como te había presentido / Sobre el énfasis leve de una loma. / No tan alta que el sol te destituya, / no demasiado al ras donde las otras. / Ciudad mía, que sólo yo conozco / En fuentes de gracia surtidoras / ¡oh, jardines secretos donde entro / y levanto un revuelo de palomas! / Eres ciudad de estar. Si se pudiera…
En La Paz, en los últimos diez años (y como resultado de investigaciones), se han escrito textos en los que los artículos desarrollan varias temáticas de la ciudad, su nacimiento, historia y cultura. Dentro de ellos existen versos como por ejemplo Refulgencias altas, que, según su autor, es el resultado (aparentemente) de una conversación en las calles:
“Un poco de abandono de ciudad llovida/ Levantando paredes abiertas por el frío/ Inviernos que se sublevan colgando. / Al silencio omniforme que atraviesa. / Mi ojo noctámbulo innegable que vacía. / Las palabras subposibles del asedio. / Mientras evocamos argumentos y meridianos. / Juicios insalvables absolutos de paja. / Y en aquel montículo esperar un prodigio. / Donde los primeros bordes de la luz y la idea. / Mas acabada de los límites de lo eterno. / Cobran vida en esta montaña que refulge…”.
No cabe duda que el tema de la ciudad es por demás amplio, visionario, rico e inspirador. Y su poética forma parte de un encuentro con las subjetividades profundas de una ciudad, que motivan al pensamiento y su permanente reflexión.