Muchos estudiantes de áreas rurales e incluso urbanas no tienen la costumbre de la lectura y tampoco entienden bien lo que leen. ¿Cuál será la causa para ello? Una primera razón podría ser la falta de costumbre de lectura y escritura en muchos hogares. Otra, la tipología lingüística y cultural que son opuestas entre la castellana y la andina. Y quizá haya hasta una tercera causa.

Si es la primera, entonces se debe trabajar por lograr una tradición de lecto-escritura en las poblaciones andinas. Y si es la segunda, entonces no bastará descubrir sólo la tipología lingüística y cultural andina, sino que además habrá que investigar su pensamiento, sus paradigmas. Si bien estos términos no son precisamente sus nombres genuinos, debe existir algo equivalente. Hay que descubrir los puntos de partida andinos para entender y descubrir el suma qamaña.

Generalmente en las escuelas y colegios existen falencias especialmente en Matemáticas y Lenguaje. Por tanto, se deberían examinar las causas que subyacen detrás de esas fallas. Aunque hay excepciones, un buen aprendizaje también depende de un buen profesor, que sepa enseñar; pero hasta él puede fracasar cuando el estudiante no tiene la decisión de aprender y el bloqueo cultural del alumno es evidente. Para los indígenas que han recibido una educación básica, e incluso para aquellos que son bachilleres, los libros escritos en castellano muchas veces son infranqueables. Debido a los puntos de partida culturales que aquellas materias tienen en las distintas culturas. ¿Qué sucedería si los libros estuviesen escritos desde su propia visión cultural? Probablemente los escollos serían allanados.

¡Con seguridad que Tiwanaku fue construido con bases científicas! No fue levantado al azar ni por arte de magia. No cabe duda que, para crear su cultura y sus construcciones, los pueblos andinos tuvieron que desarrollar su propia teoría de la ciencia. La descolonización depende también de este componente. ¡Ah, no, la metodología de la ciencia es universal!, dirán algunos. Sí, pero eso no nos priva de buscar caminos alternativos en materia de ciencia. Entonces, ¿cómo encararán la descolonización?

En los últimos tiempos, todos están afanados por adquirir la formación académica que proporcionan las universidades, hasta ahora, con teorías de las ciencias occidentales. Y naturalmente en esas casas de estudio se investiga y aprende a partir de herramientas y metodologías propias de ese sistema, aunque tampoco es delito socavar ese paradigma. Sin embargo, todo es un proceso, nada es definitivo a la luz del sol. De lo contrario, estaríamos encadenados desde los instrumentos.

Es sencillo acudir a las metodologías y herramientas de investigación ajenas para explicar la sabiduría indígena. Con lo que se posterga por tiempo indefinido la investigación genuina de los conocimientos andinos; desde esa posición no hay capacidad para pensar ni para despojarse de verdad; ni siquiera se puede apostar por una visión sincrética, sino que de manera directa se asume la neocolonización como algo propio. Una acción de este tipo es algo así como ataviar a una abuelita aymara con vestiduras de Blanca Nieves para decirnos que ella es jovencita. Uno ve que el neocolonialismo está tan vigente que sus ataduras son indestructibles.

Si en verdad se busca una universidad indígena, se debe ir investigando las propias herramientas: la filosofía, los paradigmas, la lógica y la epistemología indígenas, y sobre todo poner en práctica y trabajar desde esa visión las indagaciones de temas indígenas; lo otro es caricatura. Sin estos cuatro componentes propios, en los hechos, no veo nada de descolonización en las políticas asumidas.