El 10 de septiembre del año en curso, el Gobierno japonés declaró la compra de las islas Diaoyu, junto con sus islotes adyacentes, para realizar la llamada nacionalización. China ha manifestado su firme oposición respecto a esta determinación con medidas efectivas. Sin embargo, Japón se niega a corregir y sigue invadiendo la soberanía territorial de China y desafiando el orden internacional posguerra.

Las islas Diaoyu son territorio inherente de China. Vamos a utilizar hechos históricos y normas de los Derechos Internacionales para demostrarlo y exponer lo absurdo de “los nuevos puntos” en la reciente propaganda japonesa.

Las islas Diaoyu fueron incorporadas al territorio chino durante la Dinastía Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911). A finales del siglo XIX, Japón robó dichas islas aprovechándose de la guerra sino-japonesa, y obligó al Gobierno de la dinastía Qing a firmar el Tratado de Shimonoseki y ceder a Japón “la Isla de Formosa (Taiwán), junto con todas las islas afiliadas”, incluyendo las islas Diaoyu. En 1941, el Gobierno chino declaró oficialmente la guerra contra la invasión japonesa y la derogación de todos los tratados entre ambos países. En 1943, la Declaración de Cairo afirmó que “todos los territorios ilegalmente ocupados por Japón deben ser devueltos a China, tales como Manchuria,

Taiwán y Pescadores”. En julio de 1945, la Proclamación de Potsdam indicó que “Los mandatos establecidos en la Declaración de Cairo deben ser cumplidos y la soberanía de Japón debe limitarse a las Islas Honshu, Hokkaido, Kyushu, Shikoku y otras islas menores a ser determinadas por nosotros”.

El 2 de septiembre de 1945, el Gobierno japonés aceptó la Proclamación de Potsdam en términos explícitos, y se comprometió a cumplir fielmente los artículos establecidos.  En 1951, Estados Unidos y varios países firmaron el Tratado de Paz con el Japón, pero China fue excluida. Diez días después, el Gobierno de China hizo una declaración, exponiendo que China nunca ha reconocido ninguna disposición de dicho Tratado en cuanto a territorio chino, incluyendo las islas Diaoyu.

Últimamente, Japón hace referencia a algunos mapas particulares en su favor. Sin embargo, según los Derechos Internacionales, una edición particular de un mapa no constituye la base para reivindicar derechos propios ni negar los de otras partes. De hecho, tampoco se marcaban las islas Diaoyu como parte del territorio de Japón en muchos mapas japoneses publicados antes de la década de los 70 del siglo pasado.

Japón declara que los dirigentes de los dos países no llegaron al consenso de dejar de lado las disputas de las islas Diaoyu. Sin embargo, la Declaración Conjunta sino-japonesa de 1972, y del Tratado de Paz y Amistad sino-japonés de 1978 constituyen la base legal bilateral para solucionar problemas de pertenencia de territorios en la era posguerra. En ambos documentos Japón se compromete a cumplir con la Declaración de Cairo y la Proclamación de Potsdam.

Las evidencias históricas y legales testimonian plenamente que la soberanía de las islas Diaoyu pertenece a China. Están de nuestro lado, tanto el axioma como el principio jurídico.