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Terrible desempleo

Resulta evidente que, en la Eurozona en crisis, la política de austeridad a ultranza impuesta en los últimos años no se lleva bien con el crecimiento ni, menos, con el empleo. Al contrario: dichas políticas, con el sello del Fondo Monetario Internacional (FMI), siguen generando altas tasas de desempleo. Así, mientras los capitales e intereses de la banca están seguros, las personas no tienen trabajo.

Veamos algunos datos para España, el país europeo más golpeado por la falta de trabajo: en sólo un mes, el pasado octubre, más de 128 mil personas, nada menos, engrosaron las filas oficiales del desempleo. ¿Se imaginan? En el último año, cerca de medio millón de personas han perdido su empleo. Y a la fecha, el desempleo supera el dramático y simbólico 25%, con casi 5,8 millones de personas sin trabajo.

Hablando de su novela La Caverna, el escritor portugués José Saramago decía que uno de los miedos modernos más terribles es el miedo a perder el empleo: hoy lo tienes, mañana no. Es el miedo a que te conviertan, de pronto, por obra del mercado laboral y sus flexibilidades, en un ser desechable. Ningún modelo de desarrollo puede asentarse ni sostenerse en injusticias tales. Empleo estable y digno, se llama el desafío.