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Nicaragua vs. Colombia en La Haya

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) con sede en La Haya hará conocer el 19 de noviembre la sentencia de fondo en el litigio sobre límites marítimos que han sostenido durante años Colombia y Nicaragua.

Nicaragua es el Estado demandante, país que solicita a la CIJ fijar como límite marítimo una línea media entre sus costas continentales y las de Colombia. Pide también que se le reconozca derechos sobre una plataforma continental extendida, y que las islas y cayos queden con un mar territorial de 12 y 3 millas, respectivamente. Colombia, por su parte, ha solicitado que la delimitación marítima sea entre el archipiélago de San Andrés y la costa e islas de Nicaragua. De todos los puntos en litigio, el que más preocupa a Colombia es el de la plataforma continental que Nicaragua exige, pues cerca de 90 mil kilómetros cuadrados de dominio marítimo están en juego. Las disputas entre ambos Estados vienen de muchos años atrás.

En 2007, la CIJ emitió una sentencia internacional declarando plenamente válido y vigente el Tratado denominado “Esguerra-Bárcenas” de 1928, y reconoció la soberanía de Colombia sobre un conjunto de islas y cayos (archipiélagos San Andrés, Providencia y Santa Catalina). Sin embargo, cuando los dos Estados suscribieron el Acta de Canje del Tratado de 1928 mencionaron al meridiano 82 como línea de referencia territorial para aclarar qué islas eran colombianas y cuáles eran nicaragüenses. La propia Corte señaló en su sentencia de 2007 que efectivamente dicho meridiano no era la frontera marítima y que tenía competencia para trazarla.

La canciller colombiana, María Ángela Holguín, declaró hace unos días que su gobierno espera el fallo confiando en que la CIJ reconocerá la soberanía de Colombia sobre los cayos, y que se trazará la línea de delimitación marítima al occidente del archipiélago, entre las islas colombianas y las islas nicaragüenses.

La decisión de la CIJ en este caso tendrá gran importancia internacional, ya que los criterios que adopte para la delimitación marítima en medio de tantas islas y cayos servirán de referente jurisprudencial para casos futuros. No olvidemos que inmediatamente después de esta sentencia, la CIJ se abocará al litigio marítimo entre Perú y Chile (la primera quincena de diciembre tendrán lugar las sustentaciones orales y hasta junio del próximo año se emitiría la sentencia en ese caso) sobre el que Bolivia tiene un marcado interés.

En todas las causas en las que la CIJ ha tenido que emitir sentencias sobre delimitación marítima se ha podido advertir una tendencia a los “fallos salomónicos”; y el caso Nicaragua vs. Colombia podría ser uno más de esa tesitura. La Corte de La Haya tiene, sin embargo, el reto de trasladar los principios universales de justicia y equidad internacionales a sus razonamientos jurídicos, y de esa manera garantizar la paz entre Estados contendientes.

Conviene destacar que los agentes de los países en litigio son destacados profesionales que conocen con profundidad estos temas. El embajador Julio Londoño Paredes es el agente colombiano; y Carlos Argüello, el agente nicaragüense que ha permanecido en el cargo de Embajador de Nicaragua en La Haya durante más de una década y ha afrontado varios litigios representando a su país, siendo el caso más emblemático el que Nicaragua lograra que la CIJ condene a Estados Unidos por su intervención financiando a grupos paramilitares de la contrarrevolución sandinista.  Junto a ellos, un equipo de abogados expertos en Derecho del Mar estarán presentes en la solemne sesión del lunes 19 que será presidida por Peter Tomka, el jurista eslovaco que ejerce como magistrado de la CIJ desde 2003.