Del Censo 2012 a Bolivia 2025
Es de esperar que a partir del Censo 2012 se concerte una estrategia de desarrollo de largo plazo
Un acontecimiento histórico tuvo lugar en Bolivia el 21 de noviembre de 2012, cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) llevó a cabo el Censo de Población y Vivienda, un hecho singular que brindará abundante información sobre la situación demográfica, económica y social de los bolivianos. ¿Cuántos somos? ¿Dónde y cómo vivimos? ¿Cuál fue la migración interna y al exterior desde el último censo de 2001? ¿Cómo mejoró la infraestructura habitacional, la educación y la salud en el país? ¿Cómo anda la calidad del empleo? ¿Cuántos se han considerado mestizos? Son algunas de las preguntas que serán contestadas o cuya respuesta deberá inferirse de los resultados.
El Censo 2012 tendrá que ver también con cuestiones medulares como las representaciones departamentales ante la Asamblea Legislativa, así como el mayor o menor acceso a los recursos fiscales, en función de lo cual podrá deducirse qué departamentos hicieron mejor las cosas en materia productiva y de de- sarrollo durante el último decenio; y a partir de todo ello estudiar cuáles fueron los factores de atracción o de expulsión poblacional, teniendo en claro que nadie habrá dejado su lugar de origen y su familia para trasladarse a donde lo traten mal, donde no pueda progresar o donde no se pueda realizar como persona.
Del censo obtendremos una fotografía de Bolivia, y es de esperar que sobre tan abundante información se concerte una estrategia de desarrollo de largo plazo con políticas de Estado que vayan más allá de los gobiernos de cara a superar las falencias que aún persisten. Aguardemos que —una vez concluido el ejercicio estadístico— el Censo 2012 funcione como una herramienta de planificación para mejorar la calidad de vida de todos los bolivianos.
Precisamente, en la antesala del censo, un canal de televisión me entrevistó lanzándome lo que tal vez haya sido la pregunta más difícil de contestar durante mis 25 años de vida profesional: ¿Cómo ve a Bolivia en 2025? Le consulté al periodista si quería que le respondiera como economista o como creyente. Me dijo que ambas cosas. Entonces lo difícil se tornó fácil. A continuación comparto con usted mi pensamiento, de buena fe.
Desde el punto de vista económico, haciendo las cosas correctamente desde hoy mismo, y de aquí en más: La pobreza extrema debería estar abatida y no debiera haber hambre en Bolivia; el PIB debiera estar creciendo mínima, sostenida y sosteniblemente al 6% con la industrialización de nuestros recursos naturales, el aumento de la manufactura y servicios, la masiva generación y exportación de alimentos, el uso de la tecnología y la producción de conocimiento, siendo Bolivia un nodo de integración física y energética en Sudamérica, con su gente educada y autososteniéndose con un trabajo digno.
Desde el punto de vista de mi fe cristiana, profetizo para mi país: Una Bolivia plenamente integrada; sin que las diferencias étnicas y sociales —que siempre existirán— sean un factor de división, sino mas bien de cohesión; una Bolivia con paz social y económicamente solidaria; una Bolivia federal, productiva y soberana, fundada en el respeto mutuo y la libertad, sabiendo que “una sociedad que pone la igualdad por encima de la libertad acabará sin igualdad ni libertad” (Milton Friedman, ex Premio Nobel de Economía).
¿Es posible conjugar ambas visiones? ¡Claro! Pongamos a Dios por encima de todo y Él nos mostrará el Camino. Si lo cree y lo desea para sus hijos diga: “Amén”