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Aire libre de contaminantes

Desde hace más de tres décadas, la humanidad sigue investigando nuevas propuestas que puedan beneficiar a la calidad de vida en las ciudades. Para ello, muchas instituciones, empresas y personas independientes trabajan en soluciones que mitiguen ciertos problemas, como los ambientales, que fueron heredados de la máquina del siglo XX. Así, el nuevo trazado de las distintas metas intenta responder a esa realidad que para muchos es poco relevante. Sin embargo, está afectando (cada vez más) a la población urbana.

“Parecería que el aire al salir de mi casa era más agradable esta mañana”, señaló un taxista al día siguiente del censo, en un agradable intercambio de comentarios. Dicha apreciación (por demás sensible) posiblemente no es particular de esa persona, sino que se trata de una sensación que podría ser extendida (en casos similares) a millones de personas de todas las regiones del planeta. Empero, lo paradójico es que fue percibida por un conductor que colabora en incrementar la contaminación ambiental de la ciudad de La Paz. Pese a ello, esa percepción devela una toma de conciencia acerca de que un día sin el funcionamiento del parque automotor hace la diferencia en el aire de esta urbe.

No cabe duda que la realidad del medio ambiente está logrando el avance de distintos descubrimientos en varios países. Tal es el caso de la “gasolina” del aire, que puede ser utilizada en cualquier vehículo convencional, según afirman quienes escriben sobre esa nueva propuesta. Pero, ¿en qué puede beneficiar aquello a las ciudades? En que es ecológica, pues es un tipo de carburante de hidrógeno que se obtiene a partir de la transformación del dióxido de carbono (CO2) —el principal responsable del calentamiento global— y el vapor de agua; y por tanto constituye una energía renovable que puede contribuir a luchar contra el cambio climático, responden sus proponentes.

Este tipo de combustible, diseñado en un pequeño taller inglés, ha motivado a muchas universidades europeas a su investigación, ya que aparentemente es más limpio y sin residuos. Además, tal parece que la idea no es nueva, por cuanto fue presentada en 1925, para luego reaparecer en 1994 en estudios sobre CO2, pero con otros derivados. El silencio de la ciudad de La Paz, el 21 de noviembre, gustó a muchos ciudadanos, y alteró a otros tantos, pero aún así fue visible la diferencia de ciertas cualidades ambientales.

Asimismo, fue una jornada que posiblemente logró motivar la añoranza del aire puro. Si bien a las urbes no se las puede parar, la toma de las mismas por los habitantes (en algunas de ellas) ha demostrado que el peatón requiere de aceras, pero el ciudadano necesita el disfrute de su ciudad. Para ello, se ha planificado, un día a la semana, el cierre de algún sector vital urbano, que no perjudique a la circulación. Así se busca aminorar el problema ambiental.

Lo urbano es lo denso, mezclado, excitante y propone siempre futuro. No obstante, hoy nos lleva a preguntarnos: “Cómo seguir construyendo las ciudades, pero también cómo y qué preservar al mismo tiempo”.