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Zanjas en las calles

Muchas de las calles y avenidas de la urbe paceña parecen vestigios vivos de un reciente bombardeo. Ello debido en gran medida a las zanjas que continuamente se abren para la instalación de servicios de alcantarillado y agua potable, pero que se dejan a medio cubrir. Se estima que existen cerca de 250 baches de esta naturaleza.

No se trata de una preocupación menor. Además de perjudicar la normal circulación de los vehículos y acentuar su deterioro, en no pocas oportunidades son causa de accidentes de tránsito. Asimismo, constituyen un riesgo para los peatones. Esto porque los conductores muchas veces invaden el carril contrario o bien frenan de golpe para evitar los huecos; y porque no son pocos los transeúntes que caen víctimas de estas trampas, ya sea por distraídos, por efectos del alcohol o por tratar de esquivar a los automóviles.

Previsiblemente, la falta de institucionalidad de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento está detrás de esta negligencia, que atenta contra la salud y la economía de la gente. Es de esperar que EPSAS cumpla su promesa de contratar a una compañía privada para solucionar este problema, pero sobre todo que se tomen acciones que subsanen el dilema institucional. De lo contrario, las zanjas y los conflictos seguirán reproduciéndose.