El Señor 10%
El Señor 10%es un ‘recaudador’ de fondos de las máximas autoridades de las instituciones públicas
El Señor 10% pulula en muchas regiones del país y en algunos países vecinos. Ejerce un cargo público, pero en los hechos es un “recaudador” de fondos y recursos para la máxima autoridad ejecutiva. Es un especialista en la coima, en el chantaje, en la presión y, sobre todo, en el cobro de las dádivas sin dejar rastros. No gira facturas, ni firma contratos, ni documentos que lo delate. Cuida todos los detalles para no ser descubierto.
Es militante político, hombre de confianza de la autoridad, muchas veces amigo de infancia, colegio, universidad o simplemente vecino de barrio. Donde el político se acomoda en un cargo público, el Señor 10% es convocado para cumplir con el trabajo que domina.
¿Cuál es el modus operandi de este personaje? La institución pública convoca a licitación para la adjudicación de una obra, material de construcción, servicios u otros requerimientos. Esta convocatoria sólo es para cumplir con la norma, para decir que todo el proceso fue transparente; pues en la realidad muchas empresas que cumplen con todos los requisitos quedan fuera de la adjudicación sin explicación alguna. ¿Cómo ganan las otras aspirantes? Pues ahí está el negocio. El hombre de los billetes exige un 10% del valor total de
la adjudicación por adelantado. Caso contrario, no hay trato.
Los montos no son nada despreciables. No hay obra cuyo costo no esté por debajo de los $us 100 mil. Otras pasan del medio millón de dólares. Calcule el 10% y tendrá un indicio de la friolera que se recauda. Pero no olvide que eso sólo es de una obra. En un año de gestión se adjudican más de una veintena de licitaciones.
Un empleado recuerda que uno de ellos vivía en la zona San Pedro de La Paz y que cada mañana subía a El Alto a trabajar. Era funcionario público, su cargo: “recaudador” de fondos para la máxima autoridadejecutiva.
Otro lamenta que un burgomaestre, galeno de profesión, dejó a varios microempresarios colgados con grandes deudas en El Alto. Le dieron el 10%, pero la autoridad los estafó; pues al final no les pagó la ejecución de varias obras adjudicadas. Ahora no pueden denunciarlo por temor a ser descubiertos como parte del negociado. Pero no descartan el “ajuste de cuentas” como la única salida para recuperar los daños y perjuicios ocasionados. La cosa es seria y peligrosa.
El Señor 10% recorre por todas las instituciones públicas. Hace pocos días me costó creer que eso pasa en una institución paceña de mucho prestigio. ¿Cómo controlar, qué hacer con algo que es vox populi en esferas públicas? ¿Será por eso que todos quieren ser candidatos?