Transparencia
El reciente escándalo demuestra la importancia de practicar la transparencia
El escándalo desatado tras descubrirse que al menos cuatro servidores públicos de confianza en los ministerios de Gobierno y Presidencia habían montado una supuesta red de extorsión, contenido gracias a las señales dadas por la manifiesta voluntad de las autoridades de gobierno para investigar y sancionar el caso, demuestra la importancia de practicar la transparencia.
En efecto, hace dos semanas se denunció la existencia de una supuesta red de extorsión desarrollada por al menos seis servidores públicos con influencia en la burocracia de las instituciones en las que trabajaban, así como en otras relacionadas, como el Ministerio Público y la judicatura, donde podían torcer las investigaciones de los fiscales y hasta los fallos de algunos jueces para favorecer, o todo lo contrario, a sus víctimas.
Fue precisamente la falta de transparencia en la gestión de algunos casos encomendados a estas personas la que les inspiró a actuar por su cuenta del mismo modo en otros casos. Así, los cuestionamientos cayeron en los exministros de Gobierno Rada, Llorenti y Chávez, o el actual titular de esa cartera, por no haber descubierto los malos manejos de esos personajes, y en las ministras de Lucha contra la Corrupción y de Justicia; a la una por no identificar y procesar antes el caso de los extorsionadores; y a la segunda por no impulsar adecuadamente una verdadera transformación de la Justicia en Bolivia, particularmente en el Ministerio Público.
Por otra parte, y como causa concomitante del caso descubierto, el Presidente del Estado denunció la presencia de “infiltrados” en el Órgano Ejecutivo “para hacer quedar mal al Gobierno”. Como coincidiendo, el Vicepresidente afirmó que es hora de crear la Unidad de Agentes Encubiertos para identificar a los responsables de actos de corrupción. Asimismo, al conocerse la extensión del círculo de influencia de los cabecillas de la presunta red, numerosos personajes vinculados con hechos de corrupción se declararon víctimas de los operadores de este grupo. En ese sentido, la Ministra de Transparencia amenazó con investigar por cohecho a quienes reconozcan haber entregado dinero a sus extorsionadores, lo cual en Derecho es correcto, pero contradiciendo al Ministro de Gobierno, quien había ofrecido garantías y protección especial para quienes denuncien otros actos de este grupo; finalmente, prevaleció la posición de éste último.
Precisamente por esta aparente contradicción, pero sobre todo por el hecho de que existe tolerancia a la corrupción entre el común de las personas, y mucho más entre quienes son imputados por cometer actos ilegales, es necesario recordar que, en gran medida, la corrupción será erradicada sólo cuando la gente deje de percibir como potencialmente beneficioso para sí misma tolerar actos ilícitos, y además de rechazarlos los denuncie.