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Césped sintético o privatización

/ 20 de diciembre de 2012 / 04:59

Me encuentro en Llallagua, distrito minero del Norte de Potosí, son las 6 de la tarde, siento frío, camino hacia la terminal de buses, antes de llegar a dicha infraestructura, a mi izquierda una gran porción de espacio me llama sobremanera la atención, es una cancha de césped sintético, llena de niños jugando, hay parejas sentadas sobre el plástico que pretende simular la naturaleza, más allá padres enseñando a sus hijos los pases propios del fútbol, miniequipos disputando un partido de fútbol, cada metro cuadrado está ocupado por personas que practican el deporte, horas más tarde la cancha seguirá ocupada por la gente alumbrada por reflectores, tomo una imagen fotográfica para el recuerdo.

La cancha de césped sintético me llama la atención por el simple hecho de estar llena de gente, de todas las clases sociales, de todas las edades, no tenía rejas alrededor ni puertas metálicas cerradas con grandes candados que evitasen el paso y el uso por parte de la población, era un espacio abierto para todos. Ese hecho marcaba la diferencia con el resto de las canchas de césped sintético existentes en todo el país, espacios que han sido privatizados  —salvo excepciones— ya que sólo los que tienen dinero pueden usar las canchas de césped sintético, cobrándose  por partido, entre Bs 100 a 250, monto percibido por alguna organización social, sea la liga deportiva, sea la junta de vecinos o alguna otra organización que ha sido beneficiada por el programa Evo Cumple, programa que entre otros proyectos de infraestructura, se encarga de construir canchas de césped sintético en toda Bolivia.

Se puede discutir mucho sobre el destino de los recursos obtenidos por el alquiler de las canchas con césped sintético, pero es más importante saber que dichas obras fueron construidas con fondos públicos,  provenientes del préstamo de la República Bolivariana de Venezuela o fondos del Tesoro General de la Nación (TGN), por lo tanto, no debería cobrarse ningún “derecho de uso”; para evitar malos entendidos, el presidente Evo Morales debería establecer con claridad (inclusive mediante decreto supremo) que las canchas de césped sintético tienen un fin social, por lo tanto, debería prohibirse cualquier tipo de cobro; también al momento de la entrega de la cancha debería mostrarse un letrero con grandes letras y de tamaño visible, conteniendo la prohibición. Caso contrario, la construcción de canchas deportivas de césped sintético —como se ha visto— sólo implica que quienes pueden pagar por el uso, pueden hacer deporte.

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Software en Bolivia

Si bien la Ley de Telecomunicaciones establece el software libre en Bolivia, su implementación carece todavía de políticas públicas. Al menos dos oficinas del Estado experimentan la plataforma, aunque hay mucho trabajo que hacer. El software libre es un derecho humano

/ 7 de abril de 2013 / 04:02

La visita de Richard M. Stallman a Bolivia y sus exposiciones públicas sobre la filosofía del software libre y las reuniones sostenidas con autoridades de gobierno para evaluar el proceso de implementación del software libre establecido en el artículo 77 de la Ley de Telecomunicaciones y las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) (1) marcan un punto de inflexión en Bolivia.

La Ley de Telecomunicaciones puede ser calificada como una de las más avanzadas de Sudamérica, ya que declara como derecho humano básico el acceso a internet de calidad y en relación al software libre establece que el Gobierno promoverá y priorizará la utilización del software libre y estándares abiertos, en el marco de la soberanía y seguridad nacional.

El software libre debe reunir cuatro características para poder ser identificado como tal:

1) La libertad de ejecutar el programa para cualquier propósito.

2) La libertad de estudiar cómo funciona el programa y la posibilidad de adaptarlo de acuerdo a las necesidades del usuario (el acceso al código fuente del programa es una pre-condición para esto).

3) La libertad de distribuir copias como acto de solidaridad con el vecino.

4) La libertad de mejorar el programa y hacer esas mejoras públicas, para que toda la comunidad se beneficie.

Una y otra vez repite Stallman: “Es un software ético, distribuido de manera ética. Un programa privativo es un yugo, una trampa. Si tiene funcionalidades atractivas son el cebo de la trampa para que la gente abandone su libertad. El privativo no debería existir. Su existencia, su uso, es un problema social. Y deberíamos eliminarlo, pues suele tener funcionalidades malignas”.

Quizás su posición pueda entenderse como extremista, pero si se analizan las diferentes variedades de malware y virus que afectan al software privativo, desde ocultar un archivo hasta capturar las contraseñas de cuentas bancarias, se debe iniciar una reflexión personal sobre el uso de software privativo. Así también en lo macro se debe reflexionar sobre los sistemas informáticos gubernamentales, tomando como ejemplo la existencia del malware Flame, software diseñado para el ciberespionaje en Oriente Medio. Dicho software tiene la capacidad de propagarse a través de redes LAN y memorias USB. Las características de Flame deberían poner en alerta a los servicios de seguridad nacional de cualquier país, Flame puede grabar audio, capturas de pantalla, pulsaciones de teclado y tráfico de red, entre otras capacidades (2).

Cultura libre. La filosofía del software libre se ha extendido a otras áreas. Lawrence Lessig, reconocido científico estadounidense, teorizó sobre el copyleft (por oposición a copyright), que comprende a un grupo de derechos de autor caracterizados por eliminar las restricciones de distribución o modificación impuestas por el copyright, con la condición de que el trabajo derivado se mantenga con el mismo régimen de derechos de autor que el original.

Incluso la filosofía del software libre es la base de la “cultura libre” concebido como un movimiento social que promueve la libertad en la distribución y modificación de trabajos creativos, basándose en el principio del contenido libre para distribuir o modificar trabajos y obras creativas, usando internet así como otros medios. Es un movimiento que se opone a las medidas restrictivas de las leyes de derechos de autor que varios miembros del movimiento alegan que también obstaculizan la creatividad.

En Bolivia, en relación al copyleft y la cultura libre, existe el proyecto de Ley del Libro y de la Lectura Óscar Alfaro. Es cuestionado por organizaciones de la sociedad civil debido a que confunde derechos de autor con derechos de copia, promueve el registro obligatorio de derechos de autor en contradicción al Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, favorece la industria editorial en vez de la producción bibliográfica bajo las distintas formas económicas y culturales reconocidas por la Constitución Política del Estado (CPE) (3).

Implementación del software libre, una decisión política. Los procesos de migración e implementación del software libre dependen de la decisión política de altos mandos gubernamentales. Son importantes las palabras de Ignacio Lula da Silva en el X Foro Internacional de Software Libre (4): “Recuerdo la primera reunión que hicimos en la Granja do Torto, en la que yo no entendía absolutamente nada del lenguaje que hablaba esta gente y había una tensión enorme entre aquellos que defendían la adopción del software libre en Brasil y aquellos que creían que nosotros deberíamos hacer las mismas cosas de siempre, mantenernos de la misma forma, comprando y pagando por la inteligencia de otros, y gracias a Dios, prevaleció en nuestro país la cuestión y la decisión del software libre. Teníamos que elegir: o íbamos a la cocina a preparar el plato que iríamos a comer, con los condimentos que nosotros le queríamos poner y darle un gusto brasileño a la comida, o nosotros íbamos a comernos aquello que las empresas de software libre quería vendernos. Prevaleció, sencillamente, la idea de libertad”.

En Sudamérica, estos procesos fueron liderados por las máximas autoridades de gobierno: Rafael Correa en Ecuador y Hugo Chávez en Venezuela, guiados por un concepto de seguridad y soberanía nacional en la informática. En Bolivia, pese a la existencia del artículo 77 de la Ley de Telecomunicaciones, no hay una instancia administrativa que lidere el proceso de implementación, que debería establecer metas, plazos, gestionar recursos económicos y definir la contratación de recursos humanos en las diferentes instituciones gubernamentales, entidades autónomas, entidades descentralizadas y otras. Aunque se debe reconocer los esfuerzos de la gestión de Evo Morales para dotar de laptops con software libre a los maestros, así también los proyectos pioneros de utilización de software libre en la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) y el proyecto GeoCarto Bolivia. La utilización del software libre debe ser asumida como política de Estado.

La comunidad de software libre en Bolivia. Las conferencias de Richard Stallman en Bolivia han sido coordinadas por la Comunidad de Software Libre (5), que, articulada mediante listas de correo electrónico, wikis y herramientas de la web 2.0, organizaron eventos de asistencia masiva en La Paz, Potosí, Cochabamba y, mientras lee estas líneas, en Santa Cruz.

Un cambio positivo es la atención de la prensa, que concedió a  la visita de Stallman, a sus discursos y a su propuesta el carácter de noticia nacional. En días próximos se celebrará en varios puntos del país, al igual que otros en Latinoamérica, el Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre (Flisol) y se tiene prevista la visita de Ramón Ramón Sánchez, experto internacional en software libre. La comunidad de software libre boliviana es fuerte en la medida de las acciones de sus miembros, quienes se guían por un concepto, la defensa y la propagación de la libertad.  

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Derribando mitos

El cartel de telecomunicaciones fija precios altos por servicios deficientes y se asegura ganancias elevadas

/ 30 de junio de 2012 / 06:29

Las revelaciones de la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) sobre las ganancias de las empresas telefónicas en Bolivia muestran interesantes datos:  Bs 1.200 millones  ingresaron a las arcas de las telefónicas durante la pasada gestión. También se menciona que por concepto de servicios de valor agregado las telefónicas habrían recaudado la suma de Bs 752 millones; es decir, que Bolivia es un interesante mercado con la capacidad de generar ingresos por Bs 2.000 millones; para efectos de comparación, la suma es equivalente al total de exportaciones de plata metálica durante 2011 (ver: Exportaciones plata metálica en 2011, INE).

Estos datos derriban un mito convertido en aseveración por las empresas y algunas autoridades gubernamentales sobre el tema, cuando pretenden justificar la baja cobertura de servicios de telefonía móvil e internet y la deficiente calidad en el servicio, señalando que “Bolivia no es mercado para nuevas inversiones, por lo tanto no se puede mejorar la provisión y calidad en el servicio de telecomunicaciones”; en palabras simples, el cartel de telecomunicaciones fija precios altos por sus servicios, asegura ganancias elevadas y presta servicios deficientes.

Al respecto, una nueva tarea de la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) debe ser la verificación del cumplimiento de las inversiones, de las metas de expansión en cuanto a cobertura y calidad de servicio de las empresas proveedoras de servicios de telecomunicación; esta acción debe ser apoyada por la ciudadanía con el fin de eliminar prácticas monopólicas del cartel de telecomunicaciones (ver: Un cártel contrario al desarrollo de Bolivia, en www.rebelion.org/noticia.php?id=147214).

Con este tipo de acciones, creemos que se puede cambiar la perspectiva sobre el estado de las telecomunicaciones en Bolivia, actualmente signada por los mitos de la mediterraneidad, mercado de bajo poder adquisitivo y otros, por un horizonte en el que se considere a nuestro país como un nodo articulador de las telecomunicaciones de Sudamérica, aprovechando nuestra condición geográfica y las características del mercado boliviano, generando un sistema de telecomunicaciones con capacidad de brindar conexiones de 1 Mbps de velocidad mínima de internet sin límite de consumo, a un costo menor de Bs 140, y capacidad para proveer telefonía celular con un costo de un centavo de boliviano por segundo a todas las familias bolivianas. Estas son metas factibles que dependen de la acción de la ciudadanía.

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