Sólo en publicidad para el país y antes del inicio, ayer, del Rally Dakar, Perú ha ganado 520 millones de dólares, según informa el ministro de Turismo de ese país, José Luis Silva. En tal monto se calcula la visibilidad mediática, la promoción del país, que ya durante la carrera se multiplicará, pues se calcula que más de mil millones de personas de 190 países seguirán el evento. Sólo en Lima, donde arrancó la competencia, se espera triplicar los 75 millones de dólares que los turistas han movido ya en los hoteles de la capital. Carlos Canales, de la Cámara Nacional de Turismo, ha confirmado que el 90% de los hoteles de 4 y 5 estrellas está ocupado, y que las actividades que se organizan contemplan que el turista deje de 500 a 700 dólares por día, pues se trata de viajeros con alta capacidad de gasto.
Argentina y Chile, que son parte de la ruta deportiva, tienen igualmente altas expectativas. Bolivia tiene las mejores opciones de unírseles. Seguramente cuidando de aliviar el impacto medioambiental; pero jugándose las cartas para no quedar al margen el próximo año. Étienne Lavigne, director de la competencia, ha dicho que está en los planes la inclusión del país. Perú ha convertido el tema deportivo en un tema de Estado y ha planificado para aprovecharlo más allá de la competencia. Los buenos ejemplos hay que imitarlos.