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Racismo en las canchas

Los insultos, gestos y acciones racistas son algo corriente en los estadios. Templos del deporte donde mucha gente se congrega para dar rienda suelta a una ira cotidianamente reprimida, antes que para presenciar un juego. Además del árbitro, blanco por excelencia de las injurias, los jugadores del equipo rival suelen ser también víctimas de la intolerancia.

Este comportamiento está tan arraigado, que la decisión de los jugadores del AC Milan de abandonar el campo deportivo durante un cotejo amistoso, asumida como una forma de protesta por los insultos racistas contra uno de sus compañeros de origen africano, no sólo ha sorprendido a propios y extraños, sino que incluso fue criticada por el presidente de la FIFA. Y es que para Joseph Blatter, los insultos racistas no son motivo suficiente para abandonar un partido, ya que, de ser permitida, esta clase de reacciones abriría la posibilidad de abandonar un cotejo cuando se está perdiendo.

Estas declaraciones son reveladoras, pues ponen en evidencia que (según la FIFA) el juego (un millonario negocio) debe continuar, pase lo que pase, independientemente de que se humille a las personas o se promueva actitudes de intolerancia que han segado la vida de no pocos fanáticos. Quizás venga siendo tiempo de cuestionar esta perspectiva.