En primer lugar quiero agradecer a quienes siguen esta columna  y al periódico La Razón, por la paciencia en estos casi tres meses de ausencia, que se explica por mi mudanza a Hanoi, Vietnam, desde donde estaré escribiendo en el mediano plazo.

La primera vez que comenté a familiares y amigos que me venía a vivir a Vietnam, muchas de sus preguntas se referían a la guerra con EEUU; otras, si aún había Vietnam del Sur y Vietnam del Norte; si era un país pacífico o si tenía problemas bélicos y de inestabilidad; sobre su gente y su comida. Todo ello reflejaba la poca cercanía que tenemos en Bolivia con Vietnam, país con el cual deberíamos estrechar muchos más lazos por razones económicas, sociales y políticas.

El objetivo de esta primera columna de 2013 es compartir con los lectores algunos hechos sobre este gran país, que tiene una superficie cercana a los 330 mil km2, similar a la de Santa Cruz, pero con una población nueve veces mayor a la de Bolivia: casi 90 millones de habitantes. Vietnam limita al norte con China, al oeste con Laos y Camboya, y al este y al sur con el océano Pacífico.

Gracias a tasas de crecimiento mayores al 7% en la anterior década, Vietnam ha pasado a ser un país de ingresos medios-bajos, con exportaciones de $us 104 mil millones, y una atracción de inversión extranjera cercana a $us 15 mil millones en 2011, provenientes de cerca de 50 países. Además, se ha convertido en el primer exportador mundial de arroz; figura entre los principales exportadores mundiales de té verde, café, pimienta, cashewnuts. La pobreza es del 15%, principalmente rural, aunque con una buena penetración de servicios básicos como la electricidad, que cubre al 97% de la población.

La República Socialista de Vietnam es el resultado de la unificación de Vietnam del Norte y Vietnam del Sur, después de la guerra con EEUU, que se produjo en 1976. Es muy importante destacar que en 1986, el país asiático inició un proceso de reformas, apertura económica con enfoque de libre mercado, promoviendo la inversión extranjera directa, la industrialización de la economía y la modernización del sector agrícola. A pesar de todo ello, aún en 2011 el 45% de la población económicamente activa trabajaba en el sector agropecuario, en zonas rurales.

Su capital es Hanoi, con una población de 7 millones de habitantes; y la segunda en importancia económica después de la ciudad de Ho Chi Min (ex Saigón). Es una provincia con mucha historia, ya que en 2010 se celebraron los 1.000 años de su fundación. A su vez, la ciudad de Ho Chi Min, al sur, tiene 7,5 millones de habitantes, y constituye el principal centro de actividad económica del país, en los sectores de agroindustria, pesca, acuacultura, servicios financieros, construcción e industria manufacturera.

Entre otras cosas, hay que destacar que Vietnam es actualmente un país muy pacífico, con bajos índices de criminalidad, gente muy amable, que trabaja incansablemente los siete días de la semana. En general, la actividad comercial en las ciudades principales no cierra los fines de semana, y se inicia desde las 07.00 hasta cerca de las 22.00, todos los días. Asimismo, diariamente cerca de 33 millones de motonetas recorren Vietnam, constituyéndose en el principal sistema de transporte. El impuesto a la importación de vehículos es cercano al 200%, y el litro de gasolina cuesta cerca de un dólar (yo gasto cerca de $us 4 a la semana en gasolina, recorriendo un total de 16 km, diariamente).

Son muchos los desafíos para una familia boliviana en Vietnam, pero después de aprender a manejar motoneta en Hanoi, el siguiente desafío es la comunicación. Aprender el vietnamita no es fácil; y el inglés sigue siendo escasamente hablado, aunque su penetración es exponencial, especialmente en la población más joven. He dejado de lado el tema de la comida en esta oportunidad, ya que este será el tema de la siguiente columna, incluyendo los patrones alimenticios y la seguridad alimentaria de Vietnam.