El sexto pilar
El futuro comienza hoy con acciones concretas y políticas que aseguren su cumplimiento
La agenda patriótica Bolivia 2025, expuesta por el presidente Morales, propone en lo económico una transición de un país monodependiente en la explotación y comercialización de recursos naturales, hacia una estructura industrial diversificada, que incluya y reconozca a todos los actores económicos como creativos, productivos e innovadores, en el marco de la economía plural.
Esta propuesta retadora lanzada por el Mandatario debe ser entendida como un desafío a todos los sectores productivos, de lo que significaría la mayor transformación de la base y estructura económica de Bolivia en toda su historia. El reto es digno de la concentración de los mayores recursos, esfuerzos y voluntades de progreso de todos los bolivianos. La pregunta es; ¿cómo lo hacemos?
Existen algunas condiciones previas en el corto plazo para alcanzar el tan anhelado desarrollo económico, que el Presidente sueña y todos nosotros con él. Primero, una institucionalidad y marco legal que asegure y proteja las inversiones, independientemente si son públicas, privadas, comunitarias o cooperativas, con una Ley de Inversiones clara y progresista.
Segundo, identificar y consolidar los mercados internos y externos donde se pueda destinar la producción emergente del proceso de industrialización. Para este fin, es imprescindible iniciar una campaña de acercamiento a los posibles demandantes con acuerdos comerciales internacionales y potenciamiento de la demanda interna, incrementando la capacidad adquisitiva de los bolivianos.
Tercero, asegurar los recursos que financien los emprendimientos y establecer con transparencia los mecanismos de acceso a los mismos por parte de los productores, independientemente de su tamaño y forma de organización, velando que se financien actividades capaces de generar empleo de calidad.
Cuarto, facilitar por parte del Estado el acceso a tecnología capaz de mejorar la calidad y productividad de las unidades económicas, y acompañando esta transformación tecnológica con un potenciamiento del talento humano en su capacidad técnica, para el desarrollo de innovaciones y mejoras en la producción.
Finalmente, iniciar el proceso de formalización de la economía, eliminando esa dualidad de pertenencia a una economía legal y otra subterránea, haciendo que los agentes económicos aporten al fisco, aporten a la seguridad social, aporten para la jubilación y a toda obligación que implique ser parte de una economía formal.
El sexto pilar de la agenda patriótica 2025 es, sin lugar a duda, el cimiento del desarrollo económico; y, como lo expuso el Primer Mandatario, es un anhelo su materialización en el bicentenario. Sin embargo, el futuro comienza hoy con acciones concretas y políticas de Estado que aseguren su cumplimiento.