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Integrarnos: seis desafíos

La primera cumbre conjunta entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), en Santiago de Chile, ha permitido el encuentro y confrontación de diferentes visiones respecto a la integración entre ambos continentes. Allí, ante 60 mandatarios reunidos, el presidente Evo Morales planteó un principio fundamental y seis desafíos.

El principio tiene que ver con la Historia. Nadie duda de la importancia y necesidad de la integración. Condición ineludible para ello es la confianza. Algunos mandatarios europeos entienden ésta como sinónimo de “seguridad jurídica de las inversiones extranjeras”. El Presidente boliviano, en cambio, plantea que sólo habrá confianza si se termina con el colonialismo interno y externo. En esa lógica se inscribe un primer desafío: nuevo modelo de integración basado no en la competencia, sino en la solidaridad y complementariedad.

Otro desafío es la lucha contra el narcotráfico que, en tanto responsabilidad global y compartida, requiere acciones drásticas como acabar con el secreto bancario. Ante el fracaso de la política de “guerra contra las drogas” es necesario un nuevo rumbo que garantice la dignidad y soberanía de nuestros pueblos. A ello se añade el siguiente desafío: detener la guerra y toda forma de intervención militar, que no deberían producirse bajo ningún “pretexto” (sea narcotráfico, terrorismo o división interna).

La crítica a la economía verde está en la base del cuarto desafío planteado por Morales. En su criterio, este enfoque en torno a la crisis ambiental no es más que la mercantilización de la naturaleza y expresa un nuevo colonialismo. El reto consistiría más bien en que los países desarrollados, que destruyeron el medio ambiente y lo siguen haciendo, asuman plenamente su responsabilidad para salvar el planeta. “No nos vamos a convertir en guardabosques del Primer Mundo”, dijo Evo.

El quinto desafío se refiere a la inversión que tanto preocupa, naturalmente, a los inversores y a los países interesados en atraerla. Al respecto, el Mandatario boliviano planteó que la inversión extranjera es bienvenida siempre y cuando cumpla con dos condiciones esenciales: invertir en recursos naturales no significa convertirse en dueño de los mismos; por un lado, y la inversión debe venir acompañada de conocimiento y transferencia tecnológica.

Finalmente está la crisis financiera internacional, cuyas vías de solución expresan grandes diferencias entre Europa y América Latina. Y es que mientras la eurozona impone fuertes medidas de austeridad que recortan derechos, benefician a los bancos y desmontan el Estado social en varios países, la tónica en nuestra región (sexto desafío) es la democratización de la economía con robusta presencia del Estado y garantía de derechos. Todas estas cuestiones, más allá de la salida soberana al mar, estuvieron en el discurso de Evo Morales.