La población de Bolivia en la región
Antes que poblar el país, resulta priorita-rio redistribuir la población de manera sostenible y realista.
Según el censo de 2012, en Bolivia hay 10,3 millones de habitantes, y el departamento más poblado es Santa Cruz, desplazando así a La Paz, que hasta ahora siempre mantuvo su primer lugar. Al respecto, autoridades de este departamento han manifestado su inconformidad, porque los 2,7 millones de habitantes les parece que no corresponde con la realidad, y suponen que son mucho más.
La polémica sobre la confiabilidad de los datos censales no podrá avanzar mucho más, porque, como sabemos, el INE no realizó la Encuesta de Cobertura Censal para evaluar el Censo de Población y Vivienda 2012, arguyendo motivos un tanto irrazonables como la falta de dinero y de tiempo. Por tanto, no podremos conocer con rigor la calidad de este imponente operativo, cuyo costo ($us 20 millones) fue pagado con nuestros impuestos. Era, pues, demasiado importante haber efectuado los esfuerzos necesarios para conocer el porcentaje de omisión censal. No obstante, los primeros resultados están ahí y sobre ellos deseo hacer un breve comentario.
Somos 10,3 millones de habitantes en Bolivia, y esta cifra conviene relacionarla con los otros países sudamericanos. Mientras Brasil tiene más de 194 millones de habitantes, de lejos el país más poblado de la región, le siguen otro grupo, cuyas poblaciones están entre 29 a 48 millones de habitantes, como Colombia, Argentina, Perú y Venezuela. Chile y Ecuador podrían estar en un tercer grupo, con poblaciones entre 14 a 18 millones. Los restantes cinco países presentan una población menor a la boliviana, con poblaciones entre 0,2 a 7 millones de habitantes, entre los que se encuentran Paraguay, Uruguay, Guyana, Surinam y Guyana Francesa. La población brasilera es el 49% de la población sudamericana.
Se podría decir que cinco de cada diez sudamericanos son brasileros. Mientras que la población boliviana respecto a los 397 millones de sudamericanos no es sino el 2,6%.
En esta lectura comparada hay que resaltar la intensidad de crecimiento demográfico. Bolivia ha ralentizado el ritmo de su crecimiento, ya que según datos del INE la tasa de crecimiento demográfica fue de 2,03% en el periodo 2001 al 2012, mientras que en el anterior periodo intercensal fue 2,7%. Esta tasa promedio de 2,0% es aún muy intensa. Después de Guyana Francesa (2,3%), se encuentra la tasa de nuestro país. La región sudamericana crece a 1,2% promedio anual. Países con mejor desarrollo económico relativo como Brasil, Argentina y Chile exhiben unas tasas demográficas pausadas no más del 1,1%.
¿Cómo se traduce esto en nuestro país? Si Bolivia crece a una velocidad de 2,0% es porque la llamada “transición demográfica”, si bien ha comenzado hace algunos años, es todavía incipiente. Eso quiere decir que la tasa de mortalidad, especialmente infantil, ha iniciado descensos importantes, pero la tasa reproductiva aún es muy alta y la población todavía no tiene la solvencia práctica para autodeterminar el número de hijas e hijos que desea tener. El atraso que golpea a estas poblaciones se expresa en este indicador. A eso se suma que la tasa de migración internacional es negativa, porque Bolivia no resulta ser de atracción para la fuerza laboral no nacida en el país.
Bolivia es un país demográficamente reducido en una importante extensión territorial. Lejos de pensar que lo que se necesita es poblarlo, lo que resulta prioritario es su redistribución sostenible y realista. El ejemplo del traslado hacia Pando con pobladores del Chapare en condiciones de un hábitat no aceptable, promovido por razones principalmente políticas y no económicas ni sociales, no debe repetirse. Muchos de ellos sufragaron en las elecciones generales de 2009 y retornaron a sus comunidades de origen.
Mientras no haya políticas económicas y de desarrollo humano diferentes y diferenciadas, la población continuará concentrándose en Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, los tres departamentos más poblados del país, ya que hasta el momento no se ha podido quebrar el desarrollo desigual.