Cáncer y fertilidad
Una paciente curada de cáncer puede quedar embarazada, si antes del tratamiento congela sus óvulos.
Parece curioso que se pueda asociar el cáncer con la fertilidad; y es que recientemente las técnicas de reproducción humana y oncología han avanzado de tal manera que una paciente con cáncer que se cura puede quedar embarazada, gracias a la congelación de sus óvulos o embriones en un periodo previo al tratamiento de la lesión maligna, con el fin de utilizar esos gametos o embriones en una gestación futura.
El 4 de febrero, Día Mundial Contra el Cáncer, la Organización Mundial de la Salud se refirió a esta técnica como uno los avances más significativos. Pues hasta hoy, se destaca el hecho de que una mujer curada de cáncer pueda concebir sin importar su edad ni su estatus climatérico, siempre y cuando haya previsto preservar sus óvulos antes de los 37 años; lo mismo en el caso de los varones y sus espermatozoides.
Estudios científicos han demostrado que la fertilidad de pacientes tratados con cáncer tienen resultados menores, comparados a los que no recibieron ni quimioterapia ni radioterapia. Esto porque la radioterapia, utilizada por debajo del diafragma, reduce la fertilidad de los hombres y de las mujeres. Dañando en el primer caso directamente la producción y la calidad de los espermatozoides, en cuanto al movimiento, cuantía y forma. Y en el segundo, deteriorando el proceso de ovulación e incrementando la posibilidad de menopausia, fenómeno conocido como fallo ovárico. Esto en aproximadamente el 30% de los pacientes. A su vez, la quimioterapia es más nociva para el hombre que para la mujer, pudiendo dejar hasta un 60% de varones infértiles después del tratamiento.
Durante mucho tiempo, el tratamiento empleado para preservar la fertilidad fue realizar cirugías conservadoras del aparato reproductor. Esto cuando la enfermedad lo permitía; por ejemplo para lesiones de bajo potencial maligno o muy iniciales. Otras técnicas quirúrgicas de preservación pretenden trasponer las gónadas a lugares donde la radioterapia tenga menor alcance. Finalmente, con el mejoramiento de la congelación de células, hoy se pueden refrigerar óvulos, espermatozoides, embriones y hasta tejidos del ovario o de los testículos, para su reimplantación futura; procedimientos que si bien no son fáciles implican una real posibilidad de concepción, después de un exitoso tratamiento oncológico.
En nuestro medio, pocos son los centros de fertilidad que congelan ovocitos, espermatozoides o embriones, pero supongo que la necesidad hará que la implementación de dichas técnicas se haga con mayor frecuencia. En conclusión, podemos decir que no todo está perdido cuando nos afecta el cáncer. ¡Y eso sí que es una buena noticia para los pacientes que padecen ese tormentoso mal!