Cantos xenófobos
En las FFAA de Chile hay una suerte de doctrina de hostilidad hacia los países vecinos.
Precisamente cuando peor parecen estar las relaciones bilaterales entre Bolivia y Chile, o entre Perú y el país trasandino, un video publicado en internet ha tenido el mismo efecto que echar gasolina al fuego, pues muestra a un grupo de soldados en entrenamiento cantando estribillos de abierto odio hacia bolivianos, peruanos y argentinos. La polémica ha sido grande.
En efecto, un video captado por una estudiante argentina en Viña del Mar muestra a un grupo de marinos chilenos corriendo en instrucción mientras corean cánticos xenófobos. Según un diario argentino, la improvisada videasta afirmó que los propios chilenos también se indignaban al oírlos, lo que dice mucho, sobre todo a la hora de generalizar los comentarios. En las imágenes, que fueron difundidas por las redes sociales, se puede observar a soldados chilenos, que mientras trotan por una calle de la ciudad costera cantan un estribillo que dice “argentinos mataré, bolivianos fusilaré, peruanos degollaré”.
El Gobierno boliviano fue el primero en pedir una “condena internacional” para el Estado chileno por esos cánticos xenófobos de sus uniformados; el Viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales afirmó que la expresión de los militares del video es la misma que adopta el Presidente de ese país, añadiendo que “A eso responde la actitud excesivamente conservadora y ortodoxa del presidente (Piñera) de decir no a todo”.
Aunque con menos dureza, y sólo después de conocerse la inmediata reacción del Gobierno chileno para identificar y procesar a los autores del ofensivo estribillo, los gobiernos de Argentina y Perú también condenaron el acto, y saludaron la respuesta del Ministro de Defensa de ese país, quien instruyó dar con los responsables en un plazo de 24 horas y explicó que se trató de un “acto improvisado”.
A su vez, la portavoz del Ejecutivo chileno calificó las imágenes como “vergonzosas”, y dijo que la actitud de los efectivos atenta contra el esfuerzo de relaciones internacionales que lleva adelante el Gobierno hacia sus países vecinos.
Con todo, lo que queda es la inevitable sensación de que, así no sea una opinión mayoritaria del pueblo chileno, hay una suerte de doctrina en Chile, particularmente entre sus Fuerzas Armadas, de hostilidad hacia los tres países vecinos. Para demostrarlo, hay numerosas declaraciones de autoridades y legisladores, actuales y del pasado, que se refieren con desprecio o prepotencia a Bolivia, Perú y Argentina.
Es fácil imaginar que la situación ha causado justificada preocupación en Chile, por el riesgo que entraña para sus habitualmente tensas relaciones bilaterales con los países vecinos. Ojalá que ello produzca un cambio en sus Fuerzas Armadas, forjadas en los años de la dictadura de Pinochet, y que se rehúsan a modernizar su discurso.