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Histórica renuncia

Ayer, Benedicto XVI anunció que el 28 de febrero renunciará al pontificado. Según explicó, su avanzada edad (85 años) no le permite ejercer adecuadamente su ministerio, que debe ser llevado a cabo no sólo con obras y palabras, sino también por medio de oraciones y una vida de penitencia. El paso de Ratzinger por el Vaticano no hubiese dejado huella a no ser por su reciente determinación, gesto casi inexistente en la historia de la Iglesia, sobre todo en los tiempos modernos. En efecto, es la primera vez en 600 años que un pontífice decide dimitir. Antes que Benedicto XVI, otros siete papas tomaron la misma decisión.

En su breve pontificado, de sólo ocho años, el Vaticano se vio envuelto en varios escándalos que llegaron a la puerta misma de su despacho, alcanzando a su propio mayordomo. Asimismo, por la gran cantidad de casos de pederastia al interior de la Iglesia Católica, el Sumo Pontífice tuvo que enfrentar esa crisis sin tapujos, promoviendo investigaciones y aceptando la intervención de la justicia ordinaria. Ahora que empieza a barajarse un nuevo sucesor de San Pedro, es de esperar que el Vaticano permita al próximo Papa dar respuesta a temas que no pueden seguir aplazados, como el celibato, el sacerdocio de la mujer y la comunión a los divorciados, entre otros.