Chávez visto desde abajo
Los de arriba, cuando critican a Chávez, omiten hacer referen-cia a la crisis del capitalismo financiero.
Las ideologías son las palabras que encubren los intereses. En consecuencia, Hugo Chávez, como cualquier otro mandatario, es visto con la ideología de los de arriba, a quienes les duele no haber podido utilizar la inmensa riqueza venezolana a su favor desde 1999, y por tanto su ira se refleja en el aparato mediático de su propiedad.
Mientras que desde la perspectiva de los de abajo, durante la gestión presidida por Chávez, surgen algunas preguntas como las siguientes. ¿Disminuyó la pobreza, la desnutrición, el analfabetismo, el déficit habitacional y la brecha entre los más ricos y los más pobres? Las Naciones Unidas dicen que sí, y más que en ningún otro país de la región. ¿Se incrementó el salario mínimo por sobre la inflación? Sí, y pasó a ser el más alto de Sudamérica. ¿Aumentó el número de universitarios? Sí, Venezuela se sitúa entre los países con el mayor porcentaje de su población con matrícula universitaria en el planeta (¡antes de Chávez no existía en Venezuela la carrera de Ingeniería Petrolera!). ¿Creció el comercio interregional y se desarrolló la integración regional? Sí, y exponencialmente con Brasil y Cuba; además, se creó el Alba, se consolidó el Mercosur y la provisión de petróleo con precios y formas de pagos solidarios a diversos países de la región.
Respecto a Bolivia, el presidente Chávez dejó muy en claro su solidaridad militante con nuestro país en el tema marítimo; y ante las amenazas internas, expresó también su total solidaridad. Tan sólo con esto debería bastar para el reconocimiento permanente de toda la bolivianidad hacia Chávez.
Ahora bien, no cabe duda de que el Mandatario venezolano y el Partido Socialista Unido de Venezuela tienen gigantescas tareas pendientes de cara a la industrialización, a la seguridad ciudadana, a la eficiencia y a la lucha contra la corrupción en las empresas y entidades estatales, entre otros desafíos. Pero, ¿no existían esos problemas en igual o mayor dimensión antes de Chávez?, o incluso peores, como la desaparición forzosa de miles de opositores políticos en la Cuarta República.
Sus emprendimientos fueron financiados por la riqueza petrolera del Estado venezolano. Quien está más consciente de ello es el “bravo pueblo”, y es él justamente quien lo aprobó democráticamente en más de 14 elecciones desde 1999. Los de arriba, cuando critican a Chávez, omiten hacer referencia a la crisis del capitalismo financiero, sistema que permite, in crescendo, la acumulación aberrante del capital en pocas manos, a cambio de la expropiación metódica de los de abajo.
Culmino esta crónica y reconocimiento con las palabras de nuestro señor Jesucristo, reproducidas en el Evangelio de Mateo (25:40), y que enuncia luego de identificarse con aquellos que sufren hambre, sed, frío y carecen de un techo donde descansar, es decir, con los de abajo: “…de cierto os digo que todo cuanto hicisteis a uno de mis hermanos o hermanas, a mí me lo hicisteis”.