Voces

Friday 19 Apr 2024 | Actualizado a 14:34 PM

El cambio de época

Esta elección de Ecuador nos deja al-gunas enseñanzas y nos permite apren-der de nuestra gente.

/ 19 de febrero de 2013 / 07:46

A partir de 2006, cuando Rafael Correa asumió la presidencia de Ecuador, sorprendió a propios y extraños llevando adelante políticas internas novedosas para ese país; políticas de un tenor similar al que hacía ya algunos años otros presidentes como Chávez, Lula o Néstor Kirchner habían comenzado a implementar en sus territorios: fortalecimiento del mercado interno, defensa soberana de recursos naturales, políticas sociales inclusivas, renegociación soberana de la deuda externa, enfrentamiento a las corporaciones. En ese sentido, Rafael Correa, con el planteamiento de la Revolución Ciudadana, siguió el rumbo con iniciativas semejantes en su país y lo profundizó, alineando a Ecuador en la política internacional junto a los países de la región que comenzaron a formar y hacer crecer Unasur, Celac, Mercosur.

Correa supo a todo ello darle su propia impronta a partir de un discurso claro, preciso y pedagógico, lo que le permitió explicar a la sociedad hacia dónde debe encaminarse Ecuador y, sobre todo, cuáles son los caminos que debe emprender la Patria Grande para alcanzar su unidad. Hoy se configura como uno de los grandes líderes de Latinoamérica,  y con sus palabras, sus dichos categóricos, nos permite entender mucho de lo que estamos viviendo en la actualidad. No olvidemos aquella expresión conmovedora y esclarecedora sobre nuestros tiempos: “América Latina no vive una época de cambios, sino un cambio de época”. O aquella frase: “Los europeos deberán explicarle a sus hijos por qué se unieron países tan diversos, con culturas, idiomas, y sistemas políticos tan diferentes. Pero cuando nuestra América esté unida, deberemos explicarle a los nuestros por qué nos demoramos tanto”.

No es para nada menor la actitud de Correa frente a los poderes imperialistas; en 2009 frenó la intervención norteamericana, retirando la base militar de Manta. Más tarde declaró “yo renuevo el convenio de la base americana en Manta, pero si EEUU me permite poner una base ecuatoriana aquí en Miami”. Siempre con ese estilo contundente, desafiante hacia los poderes hegemónicos, ha influido en todos nosotros, quienes trabajamos mancomunadamente por la integración regional. Todo ello sirvió para que los propios ecuatorianos, este domingo, le reconfirmaran su liderazgo y apoyo para continuar al frente de Ecuador por otros cuatro años, con un apabullante 57%, sacándole una ventaja al segundo de más de 30 puntos. La revolución ciudadana continúa. Este triunfo y reafirmación política es muy importante para la región. Es un triunfo que no sólo hay que profundizar sino también, y sobre todo, defender; es que los sectores de la reacción, en Ecuador, Bolivia o Argentina, al ver perder sus privilegios, tratan y seguirán tratando de debilitar, a través de mentiras y operaciones mediáticas, a los gobiernos que tantos cambios lograron para nuestros pueblos. Esto lo sufrió Chávez, Correa, Lula-Dilma y también en nuestro país Néstor y Cristina.

Esta elección de Ecuador, así como también la de hace algunos meses en Venezuela, nos deja algunas enseñanzas, nos permite aprender de nosotros mismos, de nuestra gente. Aunque las corporaciones, las derechas vernáculas o los falsos progresismos del establishment sigan realizando operaciones nefastas para mantener su poder, la ciudadanía sigue y seguirá apostando con sus votos y su confianza a los gobiernos que en los últimos diez años cambiaron la cara de Latinoamérica y supieron marcarle al mundo de qué manera se sale de las crisis y se crece.

Entendemos entonces que es fundamental este triunfo, que ganando Correa nos fortalecemos todos y todas; que también nuestros pueblos han entendido que para llevar transformaciones estratégicas y estructurales, muchas veces, debe darle continuidad a estos proyectos políticos. Los gobiernos de Venezuela, Uruguay, Brasil, Ecuador o Argentina tienen mandatos que se prolongan por más de diez años y quizás esto también sea una característica propia de nuestros países para hacer cumplir sueños, alegrías y reales transformaciones que superen las condiciones de desigualdad. Tal vez como también el propio Rafael Correa proclamó después de ganar su primera elección: “Después de muchos años de tinieblas, nos pudieron robar muchas cosas, pero no nos robaron la esperanza y hoy esa esperanza ha vencido”. Esa esperanza continúa y se materializa en el acompañamiento por parte de la ciudadanía; hoy Correa puede saludar a sus votantes y ratificar: “En Ecuador manda el pueblo, y ya no mandan ni la bancocracia ni el poder mediático; la democracia, las revoluciones se consolidan en nuestra América”.

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La patria, ante una encrucijada

Ariel Basteiro

/ 25 de mayo de 2023 / 09:21

Este 25 de mayo, en la República de Argentina se conmemora el aniversario 213 del primer gobierno patrio que surgió a partir de las luchas independentistas que empezaban a darse en todo el continente con el objetivo de liberarse del yugo español y empezar a escribir desde estas nuevas tierras una nueva historia que llevara a los nuevos patriotas a fijar nuevas formas de gobierno, libres, independientes y autónomas.

Este año también en Argentina se recuerdan los 40 años de la recuperación democrática luego de la larga noche de terror que generó la última dictadura militar que llevó adelante un golpe de Estado para terminar con un gobierno democrático, aplicando la estructura represiva más sanguinaria y salvaje que se tenga memoria en Argentina, el continente y el mundo.

Esta dictadura dejó 30.000 desaparecidos, exiliados, presos políticos, más de 500 niños robados a sus familias y apropiados directamente por los amigos o familiares de los mismos torturadores.

Lea también: La Embajada de Argentina celebra el Día del Malbec

También, como una casualidad de la historia, este 25 de mayo se dan dos fechas simbólicas en el calendario de los gobiernos populares en Argentina. Un 25 de mayo de 1973 asumía Héctor El Tío Cámpora, con quien se terminaban 18 años de proscripción al peronismo en una Argentina en la que durante todo ese tiempo estaba prohibido nombrar a Perón; creyendo, desde ese poder agazapado que siempre existió, que un decreto, una ley, podían hacer acallar y olvidar a un pueblo de su líder, de aquel que había permitido con su gobierno darle dignidad a los trabajadores, a la niñez y a la ancianidad.

Y también este 25 de mayo se cumplen 20 años de la llegada de Néstor Kirchner al gobierno, abriendo una etapa en la historia reciente que permitió terminar con el neoliberalismo salvaje que azotó a la Argentina durante la década de los 80, 90 y terminó con la crisis de 2001.

Néstor Kirchner asumió el gobierno con apenas un 22% de votos y en apenas un año, a partir de buscar reformas profundas a políticas que el establishment no quería modificar desde hacía años, logró un gran apoyo popular que fue ganando terreno paulatinamente entre la sociedad argentina, que vio en este flaco, llegado desde la Patagonia más profunda, valentía y agallas para desendeudar al país, aplicando políticas de reparación, memoria, verdad y justicia; y alineándose con Latinoamérica, bregando por la patria grande y mejorando la calidad de vida de los trabajadores y los más necesitados.

20 años después de Néstor, 50 años desde el gobierno de Cámpora, 40 desde la recuperación de la democracia y 213 desde el primer grito libertario, Argentina se apresta este 25 de mayo a vivir una jornada especial que muchos creemos histórica. Allí, Cristina Fernández de Kirchner, desde la histórica Plaza de Mayo con el centro de Buenos Aires repleto de pueblo, ella que hoy está proscripta, empezará a escribir el futuro para darle pelea a la derecha y extrema derecha ante un año electoral que no solo prevé el futuro para Argentina sino para toda la región.

Los 25 de mayo, Día de la Patria, siempre el pueblo ha sido determinante para escribir el futuro y hoy, no será la excepción.

(*) Ariel Basteiro es embajador de Argentina en Bolivia

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Malvinas, 41 años

/ 3 de abril de 2023 / 00:43

El 2 de abril conmemoramos el Día de los Veteranos, Veteranas y de los Caídos en la guerra de las Malvinas; claro que no es la única fecha que existe en el calendario malvinero, pero sí es en esa historia de lucha que lleva adelante un pueblo por la reivindicación de soberanía en territorios que les pertenece. Es la última y más significativa; 650 soldados argentinos caídos en combate, las Islas y el mar así lo confirman. Hablamos de Malvinas y la República Argentina como una unidad conceptual, reivindicando la integridad territorial como el derecho que nos permite reclamar soberanía sobre esas Islas.

Hace 41 años se iniciaba la guerra de las Malvinas. La decisión tomada por la dictadura militar en Argentina hizo que mediante una operación militar se ocupara ese territorio, decisión asumida en soledad por esa junta militar y que, pese a ello, el pueblo acompañara la medida por ser una reivindicación histórica de Argentina, nunca atendida por el Reino Unido, que permanentemente se negó a entrar en negociaciones o atender el reclamo.

Todo el proceso de usurpación se inicia en enero de 1833 y, a lo largo del tiempo, Argentina nunca dejó de hacer los reclamos correspondientes. Incluso, en los últimos tiempos hubo que salir a desmentir la “teoría” británica que dice que en el acuerdo firmado en 1849 entre la Argentina y el Reino Unido, cuando finalizó el intento de libertad de navegación por los ríos argentinos que quería imponer la potencia colonial; en ese tratado de paz solo se referenció al tema de los ríos Paraná y Uruguay, nada se especifica sobre Malvinas y el reclamo de soberanía que nuestro país siempre sostuvo.

A partir de ello, todos los gobiernos argentinos siguieron levantando el reclamo de soberanía sobre las islas, y ya con la creación de Naciones Unidas, se lleva el pedido a ese ámbito, habiendo logrado la política exterior argentina firmes y claras resoluciones de asambleas de la Organización de Naciones Unidas (ONU), acompañando la demanda argentina de iniciar negociaciones por la soberanía de las Islas.

La causa Malvinas es una política de Estado que Argentina lleva adelante desde siempre, incluso es el único tema de política exterior fijado como precepto en la Constitución Nacional, y en todo ese proceso hubo una sola interrupción llevada adelante por el gobierno de Mauricio Macri, que firmó el escandaloso y vergonzante comunicado conocido como Foradori–Duncan, mediante los vicecancilleres de ambos países en 2016, y que el gobierno de Alberto Fernández hace pocos días dio por caído al atentar contra los intereses nacionales.

Para que pueda haber más avances en el tema de fondo hay que mantener una posición que trascienda a los gobiernos y trace una visión latinoamericana en el uso y protección de recursos naturales en el Atlántico Sur y en el acceso a la Antártida.

Malvinas ya no solo es una cuestión de interés argentino, es una causa latinoamericana y de los países libres del mundo que nos dicen que el reclamo por Malvinas nos recuerda que, en pleno siglo XXI, aún queda colonialismo en el mundo.

Ariel Basteiro es embajador de Argentina en Bolivia.

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Campeones

/ 19 de diciembre de 2022 / 02:40

No todos los años hay mundiales, una verdadera desgracia, como dice mi nieto, debería haber mundiales todos los años. Y mucho menos es habitual que un equipo representativo de un país… Lo gane seguido, más vale solo una vez que se repitió un bicampeonato. También poco habitual que para un argentino promedio uno lo vea fuera del país, salvo que con previsión haya sacado los ticket de entrada y tenga la solvencia para verlo desde Qatar, lo otro verlo reunido con amigos, en familia, solo, acompañado, en un bar, en una casa dentro del país, o como muchos de los argentinos que vivimos en La Paz en la residencia de la embajada argentina, en donde partido a partido se fue poblando de amigos muchos argentinos, también bolivianos y representantes de otros países que vinieron, como dice la canción muchachos, a alentar a Lionel, como hace el Diego desde el cielo… La fiesta que se fue generando partido a partido en el barrio de Sopocachi hará que quede como hermoso recuerdo de este Mundial que ganó La Scaloneta.

Del balance de este torneo, podemos decir muchas cosas y hasta ponernos en analistas deportivo y decir que el equipo fue de menor a mayor, que Messi deslumbró, tanto como Julián Álvarez o el ‘Dibu’ Martínez, De Paul, o Di María…. A decir verdad, todos los que entraron poco o mucho al terreno de juego cumplieron con el cometido de aportar el grano de arena para hacer la muralla defensiva rechazando y atajando casi todo lo que le tiraran, la amalgama en el medio campo o destruir defensas atacar y convertir. Hoy, todos ellos son tan campeones como el mismísimo Messi, quedarán en el recuerdo de muchas generaciones de argentinos y se ganarán con el correr de las horas un lugar en el Olimpo de los dioses, que en Argentina siendo jugador de fútbol y campeón mundial está muy cercano a lograrse. Lo de Scaloni es un punto aparte, sin experiencia de dirigir en primera división, con el periodismo en contra que lo fustigó durante los últimos tres años y 11 meses, recién se dieron cuenta del manejo del grupo y la perspicacia y profesionalismo del técnico cuando contaron los 36 partidos invictos y cuando en Qatar más allá del tropiezo con Arabia, les ganó a todos los que se le cruzaron.

Siempre es bueno ganar y festejar, Bilardo técnico del Argentina 86 a como diera lugar, Menotti técnico del campeón 78 haciendo juego bonito como premisa, Scaloni es la complementación de ambos, garra, lucha, toque y golazos a través de jugadas perfectas.

Lo de Messi para destacar siguió sorprendiendo, rompiendo récord y logrando lo único que le faltaba una copa del mundo…. Ahora sí está para discutirle a Maradona el liderazgo del mejor en la historia del fútbol mundial… Y sino como argentino, mejor decir que ambos comparten el cetro…

Argentina campeón mundial, alegría y felicidad para que le sirva al pueblo argentino para avanzar con toda la fuerza después de estos años de pandemia y neoliberalismo de macrista, triunfos de este tipo ayuda a cambiar el humor social y como hicieron estos jugadores campeones, como hizo el Diego, hacerse grande contra los que se dicen poderosos…

Ariel Basteiro es embajador de Argentina en Bolivia.

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Cristina

/ 7 de diciembre de 2022 / 01:17

Denuncio la corrupción de la Justicia argentina, manipulada por una oligarquía antipatria que ha creado un Súper Estado para supeditar los intereses argentinos a los de un pequeño grupo de mafiosos que se hacen pasar por empresarios y que lucran con las vidas del pueblo trabajador.

Este Súper Estado es un Estado sobre otro Estado. Es un Estado que nadie eligió pero que opera sobre las instituciones de la democracia.

Es un poder que se ejerce fácticamente mas no legalmente, mucho menos legítimamente.

Este poder es el que maneja los hilos de los medios de comunicación, la Justicia y la economía, sin haber ganado el voto de la mayoría de los argentinos.

Es un poder que se consolidó en el gobierno de Mauricio Macri con el endeudamiento desproporcionadamente irracional con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Es el mismo poder al que se enfrentaron Néstor y Cristina cuando trataron de regular al principal monopolio mediático de Argentina, Clarín, y al sector sojero del país que mediante su política de monocultivo extranjeriza un recurso estratégico para su pueblo.

Este mismo poder, mafioso, es el que ha vuelto para cobrar venganza. Llegando incluso a financiar, por parte de un grupo de empresarios amigos de Macri, a un grupo violento para matarla.

Contra el pueblo trabajador que osó disputarle la riqueza de su fuerza de trabajo a esa corporación de delincuentes. Pero también es el mismo pueblo que volvió a elegir a Cristina y a un gobierno popular, después de cuatro años desastrosos de Macri.

Eso no se lo perdonan al pueblo que se atrevió a elegir nuevamente a su lideresa.

Pretenden escarmentar a Cristina por representar los intereses del pueblo argentino.

Para dejar en claro que quien se atreva a tocar los intereses de la mafia del Súper Estado oligárquico, pagará con su libertad.

Pero Cristina no está sola, y mucho menos su pueblo la abandonará. El próximo 12 de diciembre, en la convocatoria del acto en el que Cristina será la única oradora, será el momento para demostrarlo.

A Cristina tratan, fundamentalmente, de sacarla de las elecciones. La verdadera sanción no es que vaya presa, sino que no pueda ser candidata. Los jueces contra toda lógica, sin elementos, terminaron dándole seis años de cárcel, buscando ilegalizarla.

No la castigan por cosas que supuestamente habría hecho mal. La castigan por haber hecho las cosas bien, en favor de su pueblo.

Ariel Basteiro es embajador de Argentina en Bolivia.

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El Deber de informar y hacer justicia

/ 26 de septiembre de 2022 / 01:49

El último lunes 12 de septiembre, con estupor vimos cómo un periodista de El Deber, desde su cuenta de Twitter (@msuarez_ED), decía: “Eso le faltó al anterior, ensayar”, en respuesta al tuit del periodista Carlos Montero donde citaba una noticia que titulaba “Vandalizaron un monumento a Néstor Kirchner: ¿Fue atacado a balazos?”.

Ante este gravísimo hecho al que podemos calificar como apología del delito, nos comunicamos con el director general del diario El Deber para solicitarle que se repudiara o se acusara que no se compartía dichas posturas.

La respuesta fue que el sacaría una aclaratoria al respecto y quedaba a disposición para que desde la Embajada tuviéramos derecho a réplica sobre otros artículos publicados en el diario en cuestión. Desde el día 14 al día de hoy, fue infructuoso poder comunicarnos con el señor Rivero, por lo cual nos vemos en la obligación de contestar ante tamañas agresiones publicadas en un diario que dice ser democrático y respetuoso del debate de ideas y pluralidad de opiniones, hechos que no son asumidos cuando se solicita acusar actos graves como estos.

A más de tres semanas del intento de magnicidio a la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, la solidaridad del pueblo boliviano no solo se hizo sentir con los mensajes de sus principales autoridades nacionales, sino también por la ciudadanía en general y sus organizaciones sociales en las puertas de la Embajada Argentina en Bolivia, el pasado viernes 2 de septiembre.

El pueblo argentino se viene movilizando por más de cuatro semanas en defensa de la Vicepresidenta desde que la Fiscalía colonizada por Mauricio Macri pretende dictar una sentencia de 12 años de prisión, sin tener pruebas y usando la figura de “asociación ilícita”, mecanismo ya reconocido en la justicia argentina para procesar a alguien cuando no hay pruebas.

Los fiscales pretenden hacer creer que Néstor Kirchner fue electo presidente en 2003 y Cristina Fernández en 2007 y en 2011 con el 54% de los votos, con el único objetivo de crear una asociación ilícita, con el agravante de que todos los actos de esos periodos hubieran sido ilícitos, incluso el nombramiento del fiscal Lucíani cuya designación fue firmada por Cristina y hoy es quien la acusa.

¿Pero por qué este poder judicial sometido los grupos concentrados de la economía y los monopolios mediáticos, se enfrenta alevosamente contra Cristina Fernández?

Cristina representa la amenaza a los intereses de corporaciones monopólicas en Argentina y a los sectores especulativos de las finanzas, que tienen un prontuario de políticas de endeudamiento odioso en países subdesarrollados; sometiéndolos a reajustes económicos que afectan al bolsillo del pueblo trabajador.

Cristina, durante su gobierno, logró que los trabajadores se beneficien en la distribución de la riqueza con un 51% a su favor y 49% para las patronales. Esos números, durante el gobierno de Macri, se revirtieron en 57% en favor de las patronales y 43% para los trabajadores.

Hay algunos voceros que pretenden enlodar el legado de Cristina con falsas acusaciones, pretendiendo justificar el intento de magnicidio. Véase el artículo escrito por Javier Medrano en el periódico El Deber, “¿Quién es Cristina Fernández? Una política del melodrama y el teatro”, donde el autor afirma que:

“Lo sucedido en Argentina, con el intento de magnicidio de Cristina Fernández de Kirchner… es una clarísima muestra del riesgo de estos hechiceros de la política, que pueden conducir a la gente a realizar actos de violencia pura, como es el intento de un asesinato”.

Por “hechiceros” no se refiere a los medios de comunicación y políticos que echan leña al fuego todos los días para alimentar los discursos de odio y la división en las sociedades, no, sino que para el autor: “…Lo único cierto es que ella (Cristina) es culpable de haber abierto una grieta profunda de odio y revanchismo.”

Intentan convertir a la víctima en victimaria, curiosa forma de analizar un intento de magnicidio.

Si uno dice defender a la democracia y sus instituciones, lo primero que debe hacer es defender la presunción de la inocencia, y así no caer en la lapidación mediática que lo único que busca es inocular odio en las sociedades para justificar magnicidios.

En definitiva, si uno dice defender a las instituciones, lo último que puede hacer es justificar un intento de magnicidio a una autoridad electa por el elemento más sagrado de la democracia: el voto.

Todo esto, sin sumar la actitud de algunos “periodistas”, que en sus redes sociales inflan la llama del odio con comentarios que por lo menos deberían ser repudiados por los medios en donde trabajan.

Ariel Basteiro es embajador de Argentina en Bolivia.

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