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Monday 17 Feb 2025 | Actualizado a 22:20 PM

Prohibido estacionar

La medida busca mejorar el flujo vehicular y la calidad de vida de los paceños.

/ 21 de febrero de 2013 / 06:28

Desde marzo entra en vigencia un reglamento municipal que restringe el estacionamiento de automóviles en el centro de la ciudad de La Paz. La medida, sin duda necesaria, busca mejorar el flujo vehicular y la calidad de vida de los paceños. Sin embargo, no será fácil de implementar, pues previsiblemente encontrará un fuerte rechazo entre varios sectores de la población.

Propios y extraños coinciden en que transitar por el centro de la urbe paceña, en días de semana, se ha convertido en una verdadera proeza, que atenta contra la salud y el tiempo de los ciudadanos, obligados a moverse en medio de la presión de las aglomeraciones, los tropiezos de la circulación, el martilleo de los ruidos y la estridencia de los conflictos.

Es justo reconocer que el Gobierno Municipal ha tratado de ponerle el cascabel a este gato de mil cabezas, con programas educativos como las cebras, y medidas concretas como la restricción vehicular. Ahora, el Reglamento Municipal de Paradas Momentáneas, Estacionamientos y Restricciones de Tránsito, cuya implementación está prevista para el próximo mes, intentará combatir el uso de las vías públicas como parqueos, una de las principales causas de la aglomeración.

Como antes se dijo, esta batalla no se perfila sencilla, pues son muchos los conductores que se sienten dueños de las calles y avenidas. Comenzando por los choferes del transporte público, que recogen y dejan pasajeros a su antojo o a gusto del cliente; pasando por personas particulares que estacionan sus automóviles donde se les viene en gana, incluso en doble vía; por instituciones y comercios que arbitrariamente “reservan” la vía pública para su propio beneficio; hasta las propias autoridades, que entienden su investidura como una prerrogativa (y el hecho de que sus vehículos están a nombre del Estado) para pasarse las normas de tránsito por las narices.

En este sentido, para ser exitosa, esta iniciativa requiere del concurso y el beneplácito de la Unidad Operativa de Tránsito, pese a que el reglamento de marras le otorga a la Alcaldía la facultad para sancionar y hacer cumplir esta normativa. Pero también necesita de alternativas para que los conductores puedan estacionar sus vehículos en áreas relativamente cercanas a sus lugares de destino. Es decir, toda una red de parqueos dentro y fuera del área de la restricción vehicular, que es donde rige la prohibición. Cosa que en la actualidad no existe.

Y por si esto fuera poco, hace falta también —y sobre todo— que la población comprenda que, para su propio beneficio y del resto, debe someterse a la normativa; es decir, respetar y distinguir dónde terminan sus derechos y dónde comienzan sus obligaciones. Una verdadera revolución mental que parece casi imposible de alcanzar, pero que de todas maneras urge encarar.

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La guerra comercial de Trump

La economía mundial atravesará por un período de incertidumbre en el marco de la desglobalización

Jaime Jordán Costantini

/ 16 de febrero de 2025 / 06:02

El artículo de opinión del Wall Street Journal titulado “La guerra comercial más estúpida de la historia” tuvo gran repercusión en el mundo de los negocios. La elevación de los aranceles a China fue de 10% a 15%, en tanto que a México y Canadá fue de 25%, recordándonos el conocido dicho estadounidense “es más peligroso ser aliado de EEUU que su adversario”.       

Vea: Estabilidad de precios y desarrollo económico

El incremento de tarifas arancelarias y los procesos de desglobalización están asociados a menores tasas de crecimiento económico. En un artículo anterior (La Razón 07/01/2025) detallé la evidencia empírica para el caso de los cinco países capitalistas más industrializados (EEUU, Alemania, Francia, Inglaterra y Japón), que entre 1870 y 1914, durante la primera era de globalización, su actividad económica creció en 1,73% anual.

Durante 1914-1939, el mundo experimentó una deglobalización producto de la Primera Guerra Mundial, la crisis de 1929, la destrucción del sistema de pagos internacionales basado en el patrón oro y la Segunda Guerra Mundial, los países mencionados crecieron apenas 1,2%. Después de la Segunda Guerra Mundial se construyó un nuevo orden mundial: la re-globalización y las mismas naciones crecieron a un ritmo de 2,4% del PIB por persona al año.

Obviamente, un mejor desempeño económico de los países industrializados se traduce en un incremento de los precios de las materias primas, que beneficia a los países en desarrollo que las exportan. En 1929, la caída de los precios del estaño produjo una crisis de desempleo en Bolivia, que amenazó la estabilidad política del gobierno del presidente Hernando Siles.

Por lo expuesto, la comunidad de economistas estadounidenses ve las políticas arancelarias de Trump como amenazas al crecimiento económico mundial. Las tasas de interés y la inflación están en niveles poco confortables para EE.UU. Mayores aranceles elevarán los precios, lo que mantendrá las tasas de interés en sus actuales niveles.  Adicionalmente, la deportación de migrantes ilegales puede generar desequilibrios en el mercado de trabajo, aumentando los salarios y afectando la inflación y las tasas de interés.

Un fenómeno de impacto político es el encarecimiento del crédito inmobiliario, que dificulta a las parejas jóvenes acceder a su primera casa, teniendo en cuenta que las nuevas generaciones de la clase media tienen un panorama menos favorable en términos de calidad de vida.

Los golpes resonantes en la mesa de Trump, de los aranceles de 25% para México y Canadá, son para negociar desde una mejor posición. La postura de postergar la aplicación de estas medidas por un mes prevé dejar pendiente una amenaza para cualquier desviación en temas críticos para EE.UU. Por ejemplo, si Canadá pretende vender petróleo pesado a China o si México decide entrar en los BRICS.

La reacción de China fue sofisticada: aumentó aranceles entre 10% y 15%, estableció un control de exportaciones de tierras raras y anunció una investigación anti trust contra Google, Nvidia e Intel, golpeando al corazón de las empresas tecnológicas.

Pero el factor clave en este análisis son las condiciones de China para enfrentar esta guerra comercial: en 2024 obtuvo el superávit comercial más alto de su historia, equivalente a un trillón de dólares americanos (o un millón de millones), cifra que no considera las exportaciones de las empresas chinas que operan en el extranjero (Malasia, Viet-Nam, India u otros países). Su estrategia comercial es invertir en países y desde allí exportar a EE.UU. Otra iniciativa son las obras de infraestructura para avanzar en la denominada ruta de la seda. A China no le sorprende la política arancelaria de Trump, su estrategia se basa en diversos mecanismos de respuesta y no se limita a los aranceles.

En conclusión, la economía mundial atravesará por un período de incertidumbre en el marco de la desglobalización y puede predecirse una desaceleración del crecimiento mundial. Para países en desarrollo y endeudados como Bolivia, las conclusiones no son buenas: tendremos un dólar más fuerte y precios para las materias primas poco favorables, sumados a flujos de recursos de instituciones multilaterales (Banco Mundial, BID) menos importantes.

(*) Jaime Jordán Costantini es doctor en Economía y docente universitario

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Los fondos de garantía de créditos

Wálter Marañón Quiñones

/ 16 de febrero de 2025 / 06:01

El Ministerio de Economía y Finanzas Públicas ha presentado algunos resultados relacionados al sistema financiero en la gestión 2024, destacándose el crecimiento sostenido durante los últimos cinco años en dos áreas: los créditos otorgados al sector productivo, que alcanzan los Bs 105.113 millones y los destinados a la vivienda de interés social que ascienden a Bs 56.435 millones.

Los créditos al sector productivo están dirigidos a sectores estratégicos de la economía, tales como agricultura, manufactura, construcción, turismo, entre otros. Por otro lado, los créditos destinados a la vivienda de interés social tienen como objetivo principal facilitar el acceso a la adquisición, construcción y mejora de la vivienda única sin fines comerciales, además, permiten la compra de terrenos o la obtención de capital para anticrético.

Consulte: Criptomonedas, una alternativa

Ambos tipos de crédito se distinguen por sus bajas tasas de interés reguladas por el gobierno, sin embargo, también se encuentran potenciados por el Fondo de Garantía de Créditos para el Sector Productivo (FOGACP) y el Fondo de Garantía de Créditos de Vivienda de Interés Social (FOGAVISP).

El FOGACP tiene como objetivo principal respaldar hasta un 50% la otorgación de garantías para créditos destinados a micro, pequeñas y medianas empresas del sector productivo, facilitando así el acceso a financiamiento y suplir el aporte propio requerido por las entidades financieras. Esta iniciativa tiene un impacto económico significativo al fomentar la modernización de los procesos productivos y la creación de nuevos empleos, además, contribuye a dinamizar la economía nacional, apoya el crecimiento de las empresas nacionales, reduce la dependencia de sectores tradicionales y fortalece las áreas productivas estratégicas.

Por su parte, el FOGAVISP tiene como objetivo respaldar la otorgación de garantías para créditos de vivienda social, lo que permite sustituir el aporte inicial. Este mecanismo desempeña un papel fundamental en la mejora de las condiciones habitacionales de miles de familias bolivianas, al reducir las barreras de acceso al crédito y permitir que más personas adquieran o mejoren sus viviendas, esto no solo eleva la calidad de vida y favorece la inclusión social, sino que también impulsa el crecimiento del sector de la construcción, promoviendo la creación de empleos en áreas clave como albañilería, carpintería y producción de materiales de construcción, entre otros.

En un contexto económico desafiante, fortalecer y diversificar los fondos de garantía de créditos emerge como una estrategia importante para promover el crecimiento y desarrollo económico. Es fundamental maximizar su impacto mediante la consolidación y expansión de los fondos existentes, así como la creación de nuevos instrumentos financieros orientados a sectores estratégicos o que generen sinergias con los fondos actuales, de este modo, se podrá asegurar la continuidad y el fortalecimiento de la tendencia positiva observada.

(*) Wálter Marañón Quiñones es economista

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Forajido o rebelde de la justicia

Países de la región han tenido a personalidades políticas evasivas a someterse a la justicia

Marcelo Céspedes Cuéllar

/ 16 de febrero de 2025 / 06:00

Las normas están orientadas para regular el comportamiento de las personas para una sana convivencia en las sociedades, su incumplimiento implica la aplicación de sanciones. Es decir, el deber que todas las personas tienen al margen de cualquier condición o privilegio con respecto al cumplimiento de las leyes es substancialmente la obligación de someterse a los mandatos establecidos en las normas jurídicas. Normas que buscan garantizar el orden público, la protección de derechos y garantías constitucionales de las personas.

Este deber no solo conlleva la abstención de realizar conductas ilegales, sino también que obliga realizar acciones que la ley exige. Lo contrario, el desconocimiento a los mandatos legales, conlleva conductas reñidas por nuestras normativas. Conductas relacionadas con la evasión a la justicia implican sustraerse del accionar de las autoridades judiciales impidiendo que se apliquen las leyes, y estén inalterables la impunidad de hechos ilícitos. Estas acciones deliberadas de no sometimiento a la justicia conducen a la perdida de ciertos derechos, además de agravar la situación legal del evasor.

Revise: La ética de la virtud

Ervin Goffman, cuyos estudios se centraron en analizar la interacción social, la comprensión de la delincuencia y la desviación social, identificó a dos tipos de delincuentes; el que se esconde para evitar su detención, y el que se exhibe para obtener reconocimiento y atención. Evadir la justicia genera situaciones de desigualdad, en el que algunas personas con anuencia judicial o política eluden las consecuencias de sus acciones delincuenciales, mientras aquellas que por su precaria condición social o escasa influencia se someten a los dictámenes judiciales. En este ámbito hay aquellos delincuentes comunes que soportan todo el peso de la ley y los que están exentos del castigo de la justicia que gozan de ciertos privilegios, protección e impunidad a sus delitos. La diferencia entre ambos radica en que estos actúan protegidos por la sociedad, por los operadores de la justicia, y por el poder político. En cambio, los otros, los comunes, estos están destinados a su propia suerte.

Hay casos emblemáticos en el mundo de la política, de la farándula, de personajes públicos e influyentes, acusados por diferentes ilícitos como el relacionado con delitos sexuales a menores de edad. Casos que por su repercusión mediática han sido llevados a la pantalla grande, reproducidos en documentales, o libros, como el de la obra “Lolita” escrita por Vladimir Navocof en la que se relata la obsesión pervertida y manipuladora, que tiene el protagonista de esta obra, don Humbert Humbert, por una niña de 12 años, a quien la llama Lolita. Hoy en día lamentablemente vemos a muchos Humbert Humbert en las calles, reincidentes, fugitivos, impunes. Inclusive hay un personaje como el de Humbert Humbert, que ahora se mofa de la justicia, y quien sostenía que quien se escondía o escapaba era un delincuente confeso, no era un perseguido político.

Lamentablemente, hay quienes justifican estas acciones, es decir, pareciera que les da igual que sea malo, da igual que lo que se está haciendo sea inmoral, el hecho es que hay gente que lo justifica y llegan al grado de romantizar las acciones de estos delincuentes. Los bandidos o forajidos en el lejano oeste fueron hábiles en evadir a la justicia, hoy en día este calificativo se ha estilizado; en la jerga jurídica se lo conoce como rebelde. Al margen de estas denominaciones, de rebelde, fugitivo o forajido, que tienen cuentas pendientes con la justicia e independientemente de su condición política o privilegio de la que gozan es imperativo que se sometan a la justicia.

Países de la región han tenido a personalidades políticas evasivas a someterse a la justicia. Bolivia no es la excepción, también tiene al suyo que pretende entrar a la contienda electoral nacional.

(*) Marcelo Céspedes Cuellar es abogado y politólogo

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Me he de comer esa tuna… criminológica

/ 15 de febrero de 2025 / 06:00

En tiempos de intolerancia y que no es ajena a la que el mundo vive, lo particular y concreto tan solo es la representación de lo general y en ella se reproduce el poder, dice Foucault.

El título no alude a la canción de Jorge Negrete. Sucede en Macondo, donde todo es posible y transcurre en un surrealismo digno de análisis.

Área verde es un espacio público, o sea del público, o sea… de todos. Cuando existe ausencia de Estado o Estado fallido, ese ideario se debilita y viabiliza que el funcionario pueda rascarse la panza, y, contrariamente, se generaliza la idea de que lo público no tiene dueño y puede sustraerse lo que esté a su mano, como llevarse papel de la oficina pública, por ejemplo; y piedra libre para todos mis compañeros.

En la onírica región de Macondo, por unas tunas —de todos— se movilizó al Órgano Judicial que detuvo indebidamente a un anciano mayor de 80 años; también el gobierno municipal, que saca de los recursos de todos para darle a la pobre víctima; y lo propio hace el supremo dueño del castillo de Grayskull (¡¡¡yo tengo el poder!!!) que lleva en ascensor hasta su sillón desde donde ve y controla todo. ¿Cómo lo electoral transversaliza lo ideológico, no ve?

En el Código Civil se habla sobre la disponibilidad de los frutos, que corresponden a quien alega la propiedad, en este caso, es a todos, porque es público.  Tomar unas cuantas, para saborear, es una cosa; pero llenar su atadijo más el balde… entra a la comercialización. Rousseau señaló que muchos sufrimientos se hayan evitado si se impedía a aquel que toma lo común y dice “esto es mío”. ¿Proceso perverso de acumulación y depredación, tan sólo del homo sapiens?

En esta Macondo, la pobreza sobrepasa el 60% (extrema pobreza +pobreza+pobreza moderada —clase media media y clase media baja que han perdido su capacidad de adquisición considerablemente—); y esto para no entrar en supuestas motivaciones que produjeron el hecho, porque equivaldría a justificar que ese 60% lo haga.

Soñemos (faceta onírica del surrealismo) que esto sucedió al revés. Que alguien de la zona Sur de la hoyada va a El Alto y se saca una tuna de una plaza (aclarando que no hay tunas en sus plazas, pero soñemos). ¿Qué le harían? ¿Nos recordarían la película Mano propia? Es un sueño, por suerte.

En el realismo, es una consecuencia de un imaginario que ha profundizado las diferencias de clase, credo sea religioso o político, color de piel o territorialidad. Perversa utilización dicotómica entre mujer —pobre, indígena, madre— frente al blanco, del ghetto de la zona Sur.

El poder señaló que no fue por las tunas, sí porque maltrataron al niño. Obvio, el poder define qué es negro o blanco. Lo que no define es a cuál o cuáles maltratos se refieren.  A decir de Mario Gabriel Hollweg, cuando aborda la “delegación”, el proceso imperativo —padres- de aprendizaje a hijos— o a Christopher Birbeck, que también trabaja desde la criminología el tema del aprendizaje: victima hoy, potencial victimador mañana. El aprender que lo público puede ser usufructuado sin protocolo alguno y, además, ser premiado por el dueño de la ciudad como también del supremo de Grayskull, mañana no tendrá que usar ni capucha … ¿Será funcionario público?

El poder impone qué es violento o qué no lo es, así sea lo contrario. Lo demás, tan solo son víctimas del oportunismo electoral, son daños colaterales sin importar dignidades.

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Pacto social por la educación Bolivia Bicentenario

Luis Fernando Carrión Justiniano

/ 15 de febrero de 2025 / 06:00

La ingenua pretensión del “educacionismo” de pensar que solo la educación puede llevar al progreso de una sociedad o, lo que es lo mismo, que un buen sistema educativo sea la sola garantía para encontrar las soluciones de un país, es ciertamente reduccionista; sin embargo, también es cierto que uno —no el único— de los aspectos fundamentales para la proyección de una sociedad es garantizar una educación pertinente y relevante para el futuro que vivirán las nuevas generaciones, si no se quiere seguir repitiendo los mismos círculos de rezago y deshumanización.

La educación como tarea de toda la sociedad —no solo de un ministerio del gobierno de turno, como está ampliamente demostrado— debe articularse a una visión de país integral, es decir, a una proyección de mejora de las condiciones internas de su gente y del papel que como estado desea ocupar en la economía, la cultura y la agenda de la humanidad.

Dicho lo anterior, como presupuesto para no dar paso a interpretaciones sesgadas, aprovechando el entusiasmo que va generando el Bicentenario de nuestro país, es que parece pertinente retomar la propuesta de un pacto social que el presidente Luis Arce propuso hace algunas semanas y que hasta el momento se redujo solo a su anuncio.

¿Cuánto de la propuesta de ese pacto social logrará concretarse, así como va la agenda política del país? Ciertamente, además de la parafernalia de la celebración del Bicentenario, es imprescindible hacer un esfuerzo social para repensar la patria, con base a las lecciones de estos 200 años de existencia y abstrayéndonos, en la medida de lo posible, del ruido coyuntural. Se trata de colocar en un paréntesis los petardos de celebración y los de las tensiones sociales y políticas y ser responsables con las generaciones venideras y el futuro del país. Se trata de comprometer a los futuros gobiernos a planificar en torno a mínimos consensuados.

Por las condiciones de conflictividad actual, es necesario pensar que el proceso para un pacto social sea liderado por instancias libres de sospecha de una posible politización coyuntural y electoralista; quizá una estrategia para lograrlo sea la de iniciativas sectoriales o temáticas: educación, salud, justicia, economía, medio ambiente, ciencia y tecnología…

En el caso de un deseable pacto social por la educación Bolivia Bicentenario, éste podría ser liderado por instancias de la sociedad civil articuladas con representaciones técnicas de organismos multilaterales con presencia en el país, para convocar a representaciones plurales de la sociedad boliviana y expertos en educación, sistematizar las bases del pacto y desarrollar una agenda de socialización y discusión en todos los ámbitos para conseguir las adhesiones necesarias, incluidas las de los futuros candidatos a las elecciones 2025, que coloquen en todas las agendas los acuerdos priorizados y se conviertan en compromisos de respetarlos.

Si bien la educación, por sí sola, no podrá ser la solución a todos los problemas sociales, ni un pacto social garantiza una visión y acción conjunta de todos los actores de la sociedad, bien podría ser un punto de partida para dejar de ir a la deriva y retomar un horizonte común para encarar el futuro como país.

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