Nos matan por ser mujeres
Las leyes son necesarias cuando existe una población específica vulnerada en sus derechos, la cual debe ser protegida por el Estado...
El planeta está preso de un sistema de opresiones, que mata la vida o la somete a los intereses de un pequeño grupo de familias y sus patriarcas. Hay muchas opresiones, entre las que podemos citar a las de clase y de raza, por ejemplo. Pero existe una opresión específica que ataca a la mitad de la población humana, es la opresión por ser mujer. Es decir que el hecho de ser mujer agrava estas opresiones sobre sus cuerpos; la violencia se estrella de diferente manera. Los hombres ejercen violencia contra las mujeres de su misma raza, su misma clase y cultura.
Es decir que sufrimos las mismas opresiones que los hombres, pero agravadas por la condición de ser mujer. O sea que somos oprimidas el doble y el triple más que los varones; pero además somos oprimidas y violentadas por los propios hombres también oprimidos.
Históricamente, el machismo de la sociedad, los Estados patriarcales y las leyes han negado la existencia de la opresión por ser mujer. Nuestro país vive un momento fundacional en el proceso de cambio revolucionario, un momento en el cual un gobierno elegido por el pueblo puede concretar su compromiso con la justicia social y la reparación histórica a la mujeres, que somos la mitad de cada pueblo.
Históricamente nuestras abuelas, ancestras rebeldes, han resistido organizándose y autodefendiéndose. En la actualidad, desde los años 80, las mujeres hemos luchado por una ley que prevenga y sancione la violencia de género. Esta lucha fue traicionada por las ONG y los gobiernos neoliberales, promulgando la Ley 1674, denominada, ley contra la violencia intrafamiliar, y no ley contra la violencia hacia las mujeres. Esta traición al movimiento de mujeres fue hecha con los mismos argumentos que hoy esgrimen los diputados y diputadas miopes e insensibles que plantean una ley contra la violencia en general. Argumentando que, con la ley contra la violencia hacia las mujeres, los hombres estarían desprotegidos. Es como decir que por sacar una ley contra el racismo, los racistas estarían desprotegidos. De eso se trata, de identificar y sancionar a los hombres que ejercen violencia contra las mujeres y quienes las matan. Claro que no son todos los hombres; son tan solo algunos, o mejor dicho varios. Por eso necesitamos una ley que proteja específicamente a las mujeres y no a la población en general. No queremos una norma que de nuevo traicione la lucha de las mujeres y sea un saludo a la bandera. Por eso debe ser una ley contra la violencia hacia las mujeres.
Las leyes son necesarias cuando existe una población específica vulnerada en sus derechos, la cual debe ser protegida por el Estado, lo cual no niega los derechos de otros sectores de la población.