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El Musef: de Ramiro a Elvira

El sexenio de Ramiro Molina Rivero en el Musef ha sido muy fecundo y creativo, por su manejo de colecciones permanentes y temporales y las multiplicadas actividades complementarias. Ha mantenido y fortalecido a la vez esa característica tan laudable y única de nuestro museo que es su permanente apertura a los sectores populares. En su gestión, el Musef ha celebrado sus 50 años, los 25 años de la RAE (Reunión Anual de Etnología) y, como colofón, en octubre se realizó en Sucre el VIII Congreso de la Red Latinoamericana de Antropología, todo un desafío financiero, organizativo y de coordinación internacional e interinstitucional. Constaté cómo, estando él tan absorto en esa tarea, el Musef seguía funcionando como una seda en sus demás actividades. Es que ha logrado además cohesionar y dar confianza al equipo para que así ocurra. ¡Gracias por todo, Ramiro!

Este miércoles 27, tomó posesión su sucesora, Elvira Espejo Ayca, para cinco años. Por primera vez la dirección ha recaído en un(a) indígena, en este caso aymara, y así lo ha resaltado todo el ceremonial de posesión. He ahí el perfil de Elvira. En los años 90, el lingüista aymara Juan de Dios Yapita y su esposa, la antropóloga británica-boliviana Denise Arnold, fundadores del Instituto de Lengua y Cultura Aymara (ILCA), se habían instalado en Qaqachaka (Oruro) para sus valiosas y variopintas investigaciones, sobre todo con adultos, en esa región aymara. Un buen día se les acercaron algunos niños y niñas y les reclamaron: “¡Están ignorando nuestra sabiduría!”. Empezó así un largo y rico intercambio también con ellos. Elvira Espejo, entonces de diez años, tenía una habilidad especial para narrar cuentos, con sus propios toques, hasta el punto que una recolección de éstos fue presentada al concurso de Literatura Indígena de la Casa de las Américas en La Habana, Cuba. Acabó finalista y pronto fue publicada por Unicef.  Ya entonces Elvira expresaba su tensión entre hacerse una diestra tejedora local y/o abrirse a nuevos horizontes en la escuela. Así la conocí.

Asociada desde entonces a ILCA, se hizo excelente tejedora y a la vez acuciosa estudiosa de otros tejidos. Egresó de la Academia Nacional de Bellas Artes y ahora es también una creativa artista plástica, pintora, cantautora, poetisa, narradora oral y escritora, que profundiza permanentemente sus raíces andinas y las combina con su gran apertura intercultural, dentro y fuera de Bolivia. Ha publicado ya varios libros y dos CD de canto moderno; su poemario aymara, quechua y castellano Phaqar kirki / T’ikha takiy / Canto a las flores fue premiado en el IV Festival de Venezuela en 2007. Sobre tejidos actuales y arqueológicos ha hecho pasantías en museos especializados de Bolivia, Perú, Chile, EEUU y en el British Museum… Todo ello explica con creces su nombramiento como directora del Musef. ¡Adelante Elvira en este tu nuevo desafío de combinar tus preciosas experiencias con la continuidad del Musef, que en 50 años ha tejido también su propia historia y estilo!

Queda un tercer actor, el Banco Central, que recién ha concluido su nuevo Plan Estratégico Institucional (PEI) y, dentro de ello, está renovando también la directiva y estilo de su Fundación Cultural. Tal vez por eso en los últimos cambios en la dirección del Musef y del Archivo Nacional se ha detectado todavía alguna falta de fluidez y diálogo. Habrá que revisar quizás algunos procedimientos para facilitar el desempeño, la continuidad y las transiciones.