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Dudas que deben resolverse

Todo parece indicar que la persecución del asesino de Hanalí Huaycho ha concluido. Según ha informado la Policía, las huellas dactilares y las características del cuerpo encontrado en los Yungas, colgado de un árbol, coinciden con las señas particulares de Jorge Clavijo. Además, la vestimenta, accesorios y documentos hallados en los alrededores también le pertenecen. Empero, pese a todas estas evidencias, la familia de Huaycho ha contratado a un perito forense para que corrobore esta hipótesis, pues desconfía de las investigaciones policiales.

Ahora bien, no cabe duda que esta desconfianza debería ser leída como una seria advertencia para la institución llamada a salvaguardar el orden, máxime porque no sólo se limita al entorno de la periodista asesinada, sino también a varios otros sectores de la población. Por ejemplo, en las redes sociales y en las sobremesas se comenta que el hallazgo del cuerpo de Clavijo podría ser un fraude, montado para sortear la presión que se ha instalado sobre la labor policial en las últimas semanas, o —más grave aún— para encubrir al culpable.

Por el bien de la Policía, es de esperar que estas sospechas no sean ciertas, pues, de lo contrario, su ya mermada credibilidad sufriría un fuerte revés del que le sería muy difícil reponerse.