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La noticia del trimestre

En esta ocasión, su columnista no pudo evitar la tentación de referirse al evento de la coyuntura internacional más importante de lo que va del año. No, no me refiero a la renuncia del Papa, anunciada la temporada de carnaval. Me refiero a la muerte de Chávez, que ha llenado de luto a su familia y a Venezuela. Chávez logró situarse como un líder sudamericano que le dio un giro inesperado a las relaciones de la región con EEUU en lo que parecía el apogeo del neoliberalismo en América Latina, a fines del siglo XX. En ese sentido, fue un símbolo del cambio de época que llegó con Evo Morales en Bolivia, Correa en Ecuador, Lula en Brasil, Ortega en Nicaragua y Lugo en Paraguay.

Seguramente ese legado, ese cambio de tónica en las relaciones internacionales, será algo en lo que van a concordar los simpatizantes y los detractores de Chávez. Algunos aplaudiendo, otros condenando el repentino desacople de los gobiernos progresistas frente a los lineamientos de EEUU, lineamientos que nuestros gobiernos solían acatar con extremos que llegaban a la obsecuencia. Todavía me acuerdo de las declaraciones de un líder político boliviano, hace casi un cuarto de siglo, que, orgulloso, contaba a los periodistas que ya habían logrado el visto bueno del Departamento de Estado de EEUU para la conformación del gobierno de coalición de aquel entonces.

Algunos opinólogos de Facebook festejan porque creen que con la muerte de Chávez se acaba el apoyo venezolano para Evo. Malas noticias para ellos: este Gobierno no depende financieramente de Venezuela. En números, el apoyo venezolano seguramente se mide en varios millones de dólares, que el país está en condiciones de bancar con otras fuentes. Nuevamente, lo más importante del apoyo de Chávez fue su impronta en el cambio de eje de las relaciones con EEUU.

Otros opinólogos festejan porque creen que con la muerte de Chávez se acabó el chavismo en Venezuela. Es un tema que hay que explorar con pinzas: toda la oposición venezolana unida no pudo derrotar a un mito vivo. ¿Por qué creen que ahora van a derrotar a un mito muerto? Un mito que, además, tiene en el imaginario popular la virtud de haber logrado una redistribución de recursos histórica en Venezuela. Una redistribución top–down, como dicen algunos de mis colegas economistas. En todo caso, las consecuencias históricas de la muerte de Chávez nos llaman a la reflexión con relación a cómo los movimientos nacional-populares se construyen alrededor de liderazgos personales tan fuertes.

Lo que sucederá en el corto plazo en Venezuela marcará una tendencia acerca de cómo se reconfigurará el chavismo sin Chávez. Será importante estar atentos. En todo caso, como el peronismo en Argentina, es de esperar que el chavismo se convierta en una pieza fundamental de la política venezolana en las próximas décadas.

PS. No quiero dejar pasar el espacio que me queda para felicitar la excelente iniciativa del colectivo Ponete en sus zapatos realizada el martes en Santa Cruz de la Sierra. Gracias a Miguel Becerra, Alan Figueroa, Álex Bernabé y a todo el colectivo cruceño por la iniciativa pionera que hará que nuestra masculinidad crezca en conciencia y se enriquezca en sensibilidad, para poner fin a la violencia contra las mujeres.