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Chávez: ¿caudillo, líder o estadista?

La imagen de Hugo Chávez es controversial. Desde la oposición fundamentalista se lo pinta como militarote, como antidemócrata, como dictador, como Hitler. Desde el masismo fundamentalista, se lo recrea con la viva imagen del Libertador Simón Bolívar. A continuación, presentaré lo que considero una imagen que pretende ser objetiva. La imagen política de Hugo Chávez emerge a la vida política de Venezuela, cuando lidera un golpe de Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez, y cuando insta, por la televisión, a sus camaradas militares, todavía en armas, a que las depongan, pues el alzamiento había fracasado. Concluyó su discurso con una frase que hizo historia en Venezuela: “Por ahora”. Liberado, forma un partido con el cual vence en siete elecciones.

¿Fue Chávez un caudillo o un líder político? Un caudillo es un gobernante arbitrario, no respeta las leyes, se apoya en una policía represiva y cruel. A su muerte, deja viudas y huérfanos. ¿Respetó o no la Constitución Hugo Chávez? Pongamos dos ejemplos: no defenestró ni persiguió con artimañas leguleyas a los gobernantes opositores democráticamente elegidos, sino que su gobierno funcionó con ellos. Cuando perdió elecciones, no buscó ardides chicaneros para desconocerlas, sino que reconoció su fracaso electoral. ¿Utilizó el camino de la represión, la tortura y la eliminación de contrarios como sistema de gobierno? Es posible afirmar que es uno de los presidentes que casi no dejan viudas ni huérfanos, lo que no podría afirmarse de Carlos Andrés Pérez ni de G. Bush.

Se lo acusa de haber dividido la sociedad venezolana. Me parece que la mejor forma de dilucidar esto es comparando los discursos de Chávez con los de la oposición venezolana. En los discursos de Chávez se encuentra una gran mordacidad contra los opositores, pero el contenido y el tono general era un llamado al diálogo y a la confraternidad. Utilizaba mucho las palabras de Simón Bolívar y también las de la Biblia. Se puede encontrar firmeza, incluso rudeza en sus palabras, pero no creo haber encontrado odio ni en el contenido ni en la forma de ellos.

Según mis observaciones, el odio surgió de los sectores empresariales que estaban acostumbrados a no pagar impuestos. Yo oí al presidente Lusinchi decir por la televisión: “En Venezuela, sólo pagan impuestos ‘los pendejos’”. Con Chávez todo el mundo tuvo que pagarlos, y eso significó millones de dólares que se escurrían de los bolsillos de empresarios o ricos venezolanos. Surgió el odio a ese mulato que les quitaba el dinero.

La imagen de Chávez tiene manchas normales de todo líder, algunas son, a mi criterio, de extrema gravedad. Chávez no supo ganarse a la juventud universitaria, futuro de la nación, sino que se la puso en contra; la administración de la inmensa cantidad de dinero que ingresó a Venezuela por el petróleo fue inadecuadamente administrada, pues empobreció a la clase media y provocó una crisis alimentaria de grandes proporciones. ¿Otros defectos? Consulten con CNN.

Por último, un aspecto fundamental para Latinoamérica. Cambió el espectro político de gran parte de la región: de servil a EEUU a independiente. De patio trasero a Estados libres. Para las oligarquías latinoamericanas, sostenidas por ejércitos corruptos, y para los conservadores norteamericanos, un vuelco de esta magnitud era inimaginable. La revolución de Castro fue aislada por un cerco económico tenaz, inhumano, pero eficaz. EEUU creyó, mediante el Plan Cóndor, que, eliminando a miles de opositores izquierdistas o progresistas, América Latina estaba sojuzgada. Pero surgieron líderes de alta estatura como Lula, Kirchner y Chávez que representaban la nueva voz en Brasil, Argentina y Venezuela. La transformación no surgió de la alianza tradicional orientada al dominio o a la rapiña de los pueblos débiles. Todo lo contrario, fue una lucha para convocar a los pueblos del sur a unirse en la nueva empresa: la liberación del dominio norteamericano y la promoción del nivel de vida de los sectores populares, largamente explotados. En este gran emprendimiento, Hugo Chávez jugó un papel protagónico, con tenacidad, con firmeza y con un constante llamamiento a la creación de la Patria Grande.