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¿Cómo rendir 2.380 pruebas con éxito?

Aproximadamente, una persona debe rendir 2.380 exámenes a lo largo de su vida durante el colegio y la universidad, si es que cursa estudios superiores, claro está. Todo ello sin contar otras pruebas cortas, tareas, exámenes sorpresa, trabajos, disertaciones individuales, disertaciones en grupo, entre otros muchos mecanismos de evaluación. En mi columna anterior hacía referencia a la importancia de desarrollar habilidades actitudinales, que permitan mejorar la competitividad personal en el mercado laboral. Respecto a las habilidades de aptitud y conocimiento, resulta igual de importante el proceso de aprendizaje y la adquisición de conocimientos, más aún en estos tiempos de nuevas tecnologías. Pero además, la habilidad de aprender y estudiar eficientemente es tan importante como la habilidad de rendir pruebas y exámenes exitosamente; pues, lamentablemente, no siempre lo primero asegura lo segundo.

Hemos escuchado repetidas veces que estamos en la era del conocimiento, que el conocimiento es el activo más preciado en la actualidad, que quien tiene conocimiento actualizado tiene más oportunidades, etc. La pregunta de fondo entonces es quién está enseñado a nuestros hijos a aprender y a adquirir conocimiento, en una era de nuevas tecnologías de aprendizaje, pero también en un entorno de muchas distracciones para los más jóvenes, debido precisamente a las mismas tecnologías.

Los padres que leen esta columna lo entienden perfectamente. Cada vez es más difícil lograr que los hijos tengan largos periodos de eficiente concentración y de dedicación única al estudio. Los factores de distracción ahora son muchos, además de la Tv, la radio, el celular, el chat en la computadora y en el celular, la música, las redes sociales, los juegos electrónicos, etc. Por eso, aprender a aprehender, así como la capacidad de concentración, no sólo son urgentes, sino que en el futuro cercano serán destrezas de competitividad y diferenciación en el mercado laboral y en el mercado de bienes y servicios.

Herramientas simples como la insistencia en el desarrollo de hábitos de lectura, los cursos de lectura rápida, dactilografía, teatro, oratoria, meditación, etc. son de gran ayuda en el proceso de aprendizaje de técnicas de estudio, así como para rendir pruebas y exámenes exitosamente. Por siempre y para siempre, el aprendizaje de un nuevo conocimiento estará relacionado con metodologías de evaluación y de prueba. Todos los sistemas de movilidad laboral, cualificación, certificación y educación del mundo se basan en sistemas meritocráticos cimentados en pruebas, evaluaciones y exámenes cada vez más sofisticados.

Por lo tanto, estimado lector, la próxima vez que su hijo o hija le cuente que está en periodo de exámenes o que está estudiando, asegúrese de tres cosas: i) que su ambiente de estudio esté libre de distracciones tecnológicas y no tecnológicas, para hacer eficiente la capacidad de concentración; ii) que esté aplicando técnicas de estudio y aprendizaje adecuadas a los distintos tipos de conocimiento; y iii) que esté aprendiendo técnicas efectivas para rendir pruebas y evaluaciones de forma exitosa.

Si el conocimiento es el activo más preciado en los mercados, resulta urgente formar las nuevas generaciones con estas tres habilidades. Asimismo, cabe mencionar que el contenido de esta columna es el resultado de una rápida revisión de distintas fuentes de información, sobre las nuevas técnicas de estudio en un entorno cada vez más digital.