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Un signo de cohesión

La designación del expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé como embajador extraordinario y plenipotenciario ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya ha sido recibida como un signo de unidad y cohesión del país en torno a la recuperación de nuestra cualidad marítima.

La demanda boliviana ante la CIJ ha motivado un análisis sugestivo del historiador chileno Jaime Parada, difundido por Tv Chile. “Hubo y ha habido maniobras dilatorias de los distintos gobiernos en Chile porque no se ha querido dar una solución, se han tirado voladores de luces, se han ofrecido relaciones, se han hecho una serie de acciones que finalmente no se han concretado en nada, y creo que pese a que no nos gusta este hecho de ser demandados ante la Corte Internacional, sí hay un punto: que tiene que solucionarse el problema marítimo (boliviano) y tiene que ser parte de las agendas presidenciales de este año”.

El historiador opinó que la demanda demuestra el fracaso de la política exterior del Gobierno de Chile, y apuntó: “No vengo aquí a hacer una defensa de Bolivia, pero sí vengo a manifestar una convicción ética de muchas personas que creemos que tiene que haber una solución para la mediterraneidad de Bolivia, eso es lo primero. Lo segundo, esto demuestra el fracaso de la política exterior del Gobierno, para nadie es satisfactorio estar demandado por dos vecinos, faltaría que nos demande Argentina, nomás, en un tribunal internacional de muy alto calibre”.

Roxana Miranda, candidata a la presidencia por el partido de la Igualdad, dice: “En Chile nunca hubo voluntad para atender este conflicto. La tozudez de las autoridades no escucha la voz de la gente. Nosotros consideramos la voluntad de la gente. Para nosotros, Bolivia tiene derecho a retornar al mar. Tenemos que compartir”. Por otra parte, critica que los recursos naturales y los puertos hayan sido privatizados en Chile, y considera que el tema pendiente con Bolivia se inscribe en una política distinta, defensora del Estado, de los recursos naturales y de redistribución del ingreso al desarticulado pueblo chileno.

Coincidiendo con esa posición, el sociólogo chileno Ricardo Jiménez afirma que “es equivocado el planteamiento de que (la demanda marítima) es un asunto bilateral, es claramente un asunto regional, la integración regional necesita superar entre otros escollos este tema pendiente, doloroso y trágico de la mediterraneidad de Bolivia… El pueblo chileno, sus sectores progresistas, sus sectores conscientes, sus sectores que están por la integración regional estamos dando una lucha denodada y que avanza para trascender las campañas mediáticas y políticas, los intereses egoístas, e instalar una nueva actitud que permita esta solución a Bolivia, que yo no tengo ninguna duda que tarde o temprano, y seguramente más temprano que tarde, se tendrá que dar”.

Según el sociólogo, la institucionalidad política de Chile “está en una grave crisis: en las últimas elecciones que por primera vez se estableció legalmente el voto voluntario, más del 60% de los electores no se dignó ir a votar, en una clara y elocuente señal de que el sistema político está en crisis, está deslegitimado, y parte de ello es esta actitud de la clase política chilena de querer estar de espaldas al continente, de espaldas a la integración de nuestros pueblos, de espaldas a la integración regional”.

Al parecer, ha llegado la hora del equilibrio, de los consensos amplios, y una de las buenas señales es la designación del expresidente Rodríguez Veltzé. Quizá en la política exterior boliviana falten otros mandatarios democráticos y sus respectivos cancilleres; quizá sea otra señal positiva la designación de ellos en puestos clave de nuestro cuerpo diplomático.