El ‘supuesto’ caso Terrorismo
Otra cosa es que se haga uso del caso para reducir políticamente a los detractores
El Gobierno acaba de iniciar una campaña mediática en su afán de recuperar la esencia del llamado “caso Rózsa” o —como algunos medios de información se empeñan en aclararlo— el “supuesto caso Terrorismo”. Ha difundido a través de la televisión y los importantes diarios del país los pormenores del asunto, a manera de reportaje o el mismo texto Terrorismo separatista. Informe conclusivo de la investigación de los hechos y atentados acaecidos en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, de la Comisión Especial Multipartidaria de la Cámara de Diputados.
La divulgación de los documentos coincide con otra campaña, sostenida desde sectores de la oposición al Gobierno, que intenta defenestrar aquellas conclusiones y pretende posicionar ante la opinión pública la idea de que el caso no existió, que fue un montaje de la administración de Evo Morales para neutralizar a sus detractores… una estrategia de “terrorismo de Estado”. La senadora de Convergencia Nacional (CN) Eva Gonzales es la abanderada de esta causa, que develó sistemáticamente en las últimas semanas una serie de videos y audios contra el fiscal del caso, Marcelo Soza, y contra la misma causa judicial. Así, se ha desatado una guerra de baja intensidad en medio del proceso que, hasta ahora, tiene 39 imputados, entre ellos 24 detenidos y 15 prófugos.
El caso se develó el 16 de abril de 2009, cuando un comando de élite policial intervino el hotel Las Américas de Santa Cruz, donde acribilló a tres sujetos (Eduardo Rózsa, Michael Qwyer y Arpád Magyarosi) y detuvo a otros dos (Mario Tadic y Elöd Tóasó), quienes habían sido señalados como miembros de una banda internacional que, junto a líderes regionales, pretendía generar en el país acciones separatistas.
Es difícil creer que el hecho haya sido un montaje, por todos los detalles que se conocieron hasta la fecha. “Ellos me llamaron a organizar o ayudar la defensa de Santa Cruz y la provincia, porque entendemos que habrá una ofensiva del Gobierno central”, le dijo el 8 de septiembre de 2008 Eduardo Rózsa Flores al periodista Andras Kepes.
Tampoco es posible creer que Rózsa haya actuado solo, sin conexión con dirigentes de oposición. Claro, es posible que el Ministerio Público se haya equivocado en involucrar a muchos representantes políticos y cívicos.
Sobre esto último, llama la atención la versión del gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, que hace pocos días admitió que un exfuncionario del Gobierno (aparentemente Luis Clavijo) lo visitó para proponerle salvarse del proceso a cambio de implicar a cuatro líderes cruceños, entre ellos Branko Marinkovic, Guido Náyar y Pedro Yovhio.
Un tercer elemento se deriva de las fotos de Rózsa y sus camaradas publicadas por el Gobierno. A éstos se los ve bien pertrechados, a veces distendidos y en ambientes de la Feria Exposición de Santa Cruz. ¿Será posible que esto también sea una tramoya por parte del Gobierno? No lo creo. A esto hay que añadir el intercambio de cartas electrónicas entre el líder del grupo y algunos empresarios, políticos y cívicos de entonces.
Sin embargo, quedan serias dudas sobre por qué los tres hombres fueron acribillados (se teme que hubo ejecución), considerando que, con vida, pudieron ser fuente de datos sobre sus propósitos y la misma acción de Las Américas. Lo cierto es que hubo el caso. Otra cosa es que se quiera pretender que fue un “supuesto” o que se haga uso de eso para reducir políticamente a los detractores.