Si las elecciones fueran en Facebook
Parece evidente que con la complicidad de los amigos durmientes en Facebook no se gana elecciones
Un conocido programa nocturno de televisión que alimenta sus posicionamientos, “verdades” y debates con una recargada apelación a la voz del soberano (mediante encuestas, llamadas telefónicas, mensajes de texto, sondeos y otras modalidades virtuales de opinión), realizó una curiosa consulta en Facebook acerca de las intenciones de voto con miras a las elecciones de diciembre del próximo año. El resultado, aunque precoz, es por demás revelador.
“Si los candidatos a la presidencia fueran los siguientes seis… Samuel (Doria Medina), Evo (Morales), Juan (del Granado), (Carlos) Mesa, Adriana (Gil), (Rubén) Costas… ¿Por cuál votaría usted? ¿Por qué?”, era la pregunta acompañada de un mosaico con fotografías de los seis supuestos presidenciales, a saber, en su cuarto de hora decisiva en las redes sociales.
Más de 700 internautas, con sobrado interés, respondieron expresando su “voto virtual”, seguido de alguna justificación, que las había desde fundamentadas y creativas hasta prosaicas y extravagantes. Hubo unos pocos que dijeron “nulo”. Otros apelaron al insulto. Y no faltó alguno que, con aflicción, reclamó la inclusión como candidato del prófugo de la justicia Manfred Reyes Villa.
Veamos los resultados de tales preferencias electorales: un rápido conteo “revela” que, con escasísimo apoyo, el actual presidente Evo Morales ocupa de lejos el último lugar, por debajo incluso que la recién autoproclamada candidata Adriana Gil. Con algo más de respaldo están Juan del Granado, del MSM, y el expresidente Carlos Mesa, pero no despegan. Y en la cumbre, disputando cómodamente la victoria con amplio favor ciberciudadano, se ubican el gobernador cruceño Rubén Costas y el jefe de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina.
Se proclama entonces la nueva, soberana, verdad: si las elecciones fuesen ahora y, lo más importante, en Facebook, el próximo presidente del Estado en Bolivia, con probable mayoría absoluta de “sufragios”, sería Doria Medina o Costas. ¿Se imaginan si concurriesen aliados en 2014 en su soñado frente único? Juntos tendrían más de dos tercios de apoyo (nueva hegemonía), con lo que la gobernabilidad sistémica, la democracia pactada, el neoliberalismo, lo pluri-multi y la República estarían plenamente garantizados. El MAS y su candidato Morales lograrían con suerte algunos escaños en la Asamblea.
Aunque parezcan extraños, estos datos de la opinión virtual expresan auténticas intenciones de voto. Por ello son elocuentes, porque muestran una parcela de la realidad. Lo cuestionable es cómo los asumen, leen y presentan algunos medios y sus analistas “independientes”, así como ciertos actores políticos. Y es que a fuerza de repetirlos (y desearlos) terminan por confundir los datos de una consulta en las redes sociales con el sentir de la “opinión pública” o, incluso, con “lo que piensan los bolivianos”.
Para decirlo en otras palabras: el problema con estas consultas de Me gusta, que pueden resultar simpáticas y hasta interesantes, no es tanto que se las realice con tanta frivolidad. Ni siquiera que luego se las pretenda hacer pasar por “la voz del soberano”. El problema es que algunos operadores mediáticos y protagonistas políticos ¡se las crean! O peor: que actúen en consecuencia. Ahora sólo falta que vayan presurosos a medir las cortinas del Palacio de Gobierno.
Hace casi dos décadas, el politólogo italiano Norberto Bobbio aseguró —como alerta, como lamento— que “la sociedad creada por la televisión es una sociedad naturaliter de derecha”.
Puede ser. ¿Podría decirse lo mismo, hoy, de la sociedad virtual creada por las redes sociales? Eso depende. Ahí están, fresquitas en la memoria, la Primavera Árabe y otras indignaciones como contraejemplo. Parece evidente, en todo caso (y habrá que tomar atenta nota), que con el solo “activismo del click” y la militante complicidad de los amigos durmientes en Twitter y Facebook no se gana elecciones.