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Inversión extranjera en 2012

/ 26 de mayo de 2013 / 04:57

De acuerdo con el informe anual sobre el comportamiento de la inversión extranjera publicado por la CEPAL, la Inversión Extranjera Directa neta (IED) recibida en Sudamérica alcanzó en 2012 un nuevo máximo histórico de $us 143,8 mil millones, lo que representa un crecimiento del 12% respecto a los ingresos registrados en 2011. Brasil, Chile, Colombia, Argentina y Perú, en ese orden, fueron los países que mayor IED recibieron, y representan el 95% del total de inversión recibida en la región. Perú, Chile, Paraguay y Argentina son las naciones con mayor crecimiento de IED respecto de 2011, en tanto que Venezuela, Ecuador y Brasil registran una caída.   

Según el mencionado informe, Bolivia habría recibido $us 1.060 millones de IED en 2012, que si bien es un 23% superior a la recibida en 2011, apenas representa el 0,70% del total de flujos de inversión recibidos en la región, al igual que en 2010 y 2011.

De acuerdo con cifras del Banco Central (únicamente disponibles para el primer semestre de 2012), el 63% de la IED recibida en el país se dirigió al sector de hidrocarburos; 12%, a la industria; 7%, a intermediación financiera; 7%, a transporte, almacenamiento y comunicaciones; 6%, a minería y el saldo a otros sectores. Cabe mencionar que la IED en el sector de la industria registra una caída superior al 40% con relación a la recibida en 2011.

Por otra parte, según las mencionadas cifras, el 98% de la IED recibida proviene de la reinversión de utilidades por parte de las empresas extranjeras que operan en el país y no así de nuevos flujos provenientes del exterior.  

En un nuevo año con niveles históricos de IED en Sudamérica, Bolivia no logra mejorar su participación en el total de ingresos de inversión extranjera recibidos en la región ni atraer nuevos flujos de capital. Asimismo, preocupa que en 2012 se haya incrementado de manera significativa la IED en los sectores de materias primas, cuando los precios de las mismas vienen registrando una caída que podría afectar las utilidades de las empresas que son la principal fuente de la IED en el país.     

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Política y mercados

El comportamiento de los mercados se ha visto afectado por eventos políticos todavía inconclusos.

/ 23 de abril de 2017 / 02:00

Luego de la victoria electoral de Donald Trump, los principales mercados bursátiles estadounidenses registraron constantes alzas, alcanzando niveles históricos. A su vez, el dólar se apreció debido a las expectativas que despertaron las ofertas electorales del nuevo Presidente de reducir los impuestos, una mayor inversión en infraestructura pública, y una flexibilización regulatoria, que impulsarían el crecimiento de la economía estadounidense.

Sin embargo, desde que el Mandatario estadounidense se vio obligado a retirar el proyecto de ley que presentó al Congreso (por la falta de apoyo de los asambleístas de su propio partido) para modificar el sistema de salud implementado por el expresidente Obama, los mercados bursátiles y el dólar han perdido impulso. El fracaso de la iniciativa para modificar el sistema de salud ha puesto en duda la capacidad de la administración Trump para gestionar las modificaciones legales que se requerirían para implementar las medidas prometidas, sin las cuales es poco probable que la economía estadounidense crezca un 3% y se generen presiones inflacionarias que motiven a la Reserva Federal (FED) a elevar la tasa de referencia más allá de las dos oportunidades esperadas para lo que resta del año. Por ahora, las expectativas son que la FED considerará elevar la tasa de referencia en la reunión que mantendrán sus miembros en junio.   

Por otra parte, las tensiones geopolíticas generadas por el ataque de Estados Unidos a Siria, lo que ha deteriorado sus relaciones con Rusia, y las provocaciones de Corea del Norte han debilitado el dólar frente a las divisas de las principales economías, y han impulsado el oro como activo refugio, cuyo precio registra una ganancia cercana al 12% en lo que va del año, muy superior a la ganancia generada por los mercados bursátiles estadounidenses y europeos.

Estos últimos mercados han sufrido caídas en las pasadas dos semanas producto de la incertidumbre generada por las elecciones presidenciales este fin de semana en Francia, en las cuales dos de los cuatro candidatos con posibilidades de participar en una segunda vuelta (es poco probable que algún candidato obtenga la mayoría en la primera vuelta) son contrarios a que el país galo se mantenga en la Unión Europea. Diversos analistas estiman que si alguno de esos dos candidatos llega a ganar los comicios, los mercados bursátiles podrían registrar importantes pérdidas, y el euro podría llegar a cotizarse a la par del dólar.

Durante la semana que concluye, la primera ministra británica, Theresa May, sorpresivamente convocó a elecciones generales anticipadas, que se celebrarán en junio (su gestión debía culminar en 2020). La inesperada convocatoria inicialmente debilitó la libra esterlina frente al dólar y el euro, pero se recuperó rápidamente al entender los mercados que de reflejarse en las elecciones los sondeos que actualmente favorecen a la Primer Ministra, el partido conservador del cual forma parte podría aumentar su presencia en la Cámara de Representantes, y reducir así la dependencia que actualmente tiene de los otros partidos para negociar la salida del Reino Unido de la Unión Europea, lo que contribuiría a que dicho proceso se pueda llevar de una manera menos conflictiva.

En lo que va del año, el comportamiento de los mercados bursátiles y de divisas se ha visto afectado por expectativas sobre eventos políticos todavía inconclusos, por lo que si los resultados o su evolución no son los esperados, es posible que la volatilidad retorne a los mercados.

* es analista económico y financiero.

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La FED y el petróleo

Si el precio no repunta, es posible que los productores vayan a acordar nuevos recortes.

/ 12 de marzo de 2017 / 13:13

Al comenzar el presente mes, la presidenta del Banco Central de Estados Unidos (FED), Janet Yellen, indicó que si la inflación y el empleo avanzaban de acuerdo con sus expectativas era probable que la FED subiría la tasa de referencia en la reunión que sus miembros mantendrán la próxima semana. Durante la semana que concluye se conoció que, en febrero, el sector privado generó 298.000 empleos, por encima de lo estimado y de los empleos generados en enero. Con el buen desempeño que viene mostrando el mercado laboral y una inflación en línea con el objetivo del 2%, es altamente probable que la FED eleve la tasa de referencia la próxima semana del rango 0,50%-0,75% en el que se encuentra desde diciembre de 2016 hasta el rango 0,75%-1,00%. Diversos analistas pronostican que si la economía estadounidense continúa mejorando su desempeño es posible que la FED eleve en el transcurso del año en dos oportunidades más la tasa de referencia, en un 0,25% en cada una de ellas.

Un nuevo incremento en la tasa de referencia hace más atractivos los activos financieros estadounidenses frente a los activos de otras economías que representan un mayor riesgo (por ejemplo, los bonos soberanos estadounidenses a 10 años están pagando una tasa del 2,60%). Ello puede ocasionar que capitales, tanto extranjeros como locales, se retiren de esas economías y se inviertan en Estados Unidos. Si ello sucede, las monedas de esas economías se depreciarán frente al dólar, sus reservas internacionales se reducirán y en las mismas se tenderá a subir las tasas de interés para compensar el mayor riesgo que representan a fin de evitar una mayor salida de capitales. Por otra parte, una apreciación del dólar encarece los precios de las materias primas que se cotizan y pagan en esa moneda, lo que puede incidir negativamente sobre su demanda.

En la semana que concluye también se conoció que las reservas de petróleo en Estados Unidos subieron por novena semana consecutiva, alcanzando su nivel máximo histórico luego de que en la semana pasada crecieran más de cuatro veces lo esperado.  Los mercados reaccionaron ajustando el precio del WTI de los $us 53 en los que se encontraba el precio del barril a por debajo de los $us 50, su nivel más bajo en lo que va del año. En noviembre del año pasado, los países productores de petróleo miembros de la OPEP y algunos que no lo son, como Rusia, alcanzaron un acuerdo para reducir su producción a fin de reducir el exceso de oferta de crudo y así apuntalar su precio.

Luego del acuerdo, el precio del WTI subió de $us 43 el barril hasta alrededor de los $us 53, por debajo de la expectativa de, al menos, $us 55 que tenían los países productores. A pesar de que desde inicios del año los países productores han reducido su producción, con excepción de Rusia que ajustara su producción hasta abril, los inventarios en Estados Unidos han crecido continuamente debido a mayores importaciones y a que un mejor precio del crudo ha reactivado las inversiones y la producción del petróleo no convencional (shale oil). Hace un par de años atrás, las empresas que explotan el shale oil necesitaban un precio de $us 70 el barril del WTI para ser rentables, pero pareciera que, en la actualidad, algunas de ellas, gracias a las inversiones realizadas en tecnología que les habría permitido reducir sus costos, con un precio de $us 50, ya lo serían. Si el precio no repunta, es posible que los países productores vayan a acordar nuevos recortes. 

Es analista económico y financiero.

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Señales de nerviosismo

Ante un contexto de incertidumbres, los inversionistas optan por activos menos riesgosos.

/ 12 de febrero de 2017 / 03:39

Luego de conocida la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses, los mercados bursátiles de ese país registraron constantes alzas llegando algunos de ellos a alcanzar sus mayores niveles históricos. Las expectativas de un mayor crecimiento económico como consecuencia de las ofertas electorales de reducir los impuestos, mayor inversión en infraestructura pública y flexibilización regulatoria habrían impulsado a los inversionistas a optar por las acciones como alternativa de inversión. Sin embargo, en lo que va del presente mes los mercados presentan una relativa volatilidad asociada a la incertidumbre que comienza a generar posibles eventos políticos y económicos.

Las recientes medidas tomadas por Trump en lo que respecta al cambio de la política comercial de Estados Unidos con el retiro o renegociación de tratados de libre comercio, el posible establecimiento de aranceles y barreras comerciales y las reacciones internas y externas que han generado las medidas que afectan a inmigrantes están comenzando a preocupar a los inversionistas. Por otra parte, han surgido dudas respecto del alcance aún desconocido y el tiempo que podría tomar la implementación de la reducción de impuestos, la mayor inversión pública y la flexibilización normativa ofertadas por el nuevo presidente. También está comenzando a generar preocupación en los inversionistas el próximo inicio de las negociaciones de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en Holanda, Francia y Alemania durante el presente año y la nuevamente delicada situación que enfrenta Grecia.

Recientemente el Parlamento británico autorizó a la primera ministra Theresa May a iniciar las negociaciones para la salida del Reino Unido de la UE, proceso que se iniciaría el próximo mes de marzo y se estima duraría hasta marzo de 2019. Dentro de los procesos electorales a llevarse a cabo en la UE el que mayores preocupaciones está generando es el de Francia, donde la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, con un discurso a favor de la salida de Francia de la UE y antiinmigratorio, viene atrayendo el voto de los franceses. Para complicar el escenario, Grecia se enfrenta a un posible impago (default) y la consiguiente salida de la UE si es que no recibe apoyo para cancelar parcialmente las obligaciones asumidas con sus acreedores (incluido el Banco Central Europeo) en los meses de abril y junio. Pero el apoyo que requiere está condicionado a la implementación de mayores reformas que su primer ministro Alexis Tsipras no estaría dispuesto a hacer si es que la elevada deuda pública que el país helénico mantiene no es reducida, lo que implicaría que sus acreedores tendrían que asumir importantes pérdidas.

Ante un contexto que presenta incertidumbres que podrían generar mayores volatilidades en los mercados, los inversionistas optan por invertir en activos menos riesgosos como el oro, la plata y los bonos soberanos estadounidenses y alemanes. Sin embargo, el comportamiento futuro de las tasas de interés de ambos bonos podría verse afectado por la implementación de las promesas electorales de Trump y los eventos antes mencionados a suceder dentro la UE respectivamente, por lo que la preferencia de los inversionistas se está inclinando por el oro y la plata cuyos precios han subido de manera importante en lo que va del año, lo que favorece a los países productores y exportadores de estos minerales.

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Productores de petróleo logran acuerdo

El precio del barril de petróleo ligero (WTI) superó los $us 50 la semana pasada.

/ 4 de diciembre de 2016 / 04:11

Luego de que en dos oportunidades los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), cuya producción representa un tercio del total de crudo que se genera a nivel mundial, no lograran ponerse de acuerdo para limitar su producción del carburante a fin de impulsar su precio, la semana que concluye finalmente acordaron reducir su producción en 1,2 millones de barriles diarios, el 3,5% de los 33,8 millones de barriles que produjeron en octubre. Arabia Saudita, que en los  dos intentos anteriores se había opuesto a un acuerdo para mantener los precios bajos a fin de desalentar la extracción no convencional (método que en los últimos años ha contribuido a la sobreoferta de crudo), en esta oportunidad fue el miembro que aceptó hacer los mayores recortes, a pesar de las diferencias que mantiene con Irán, país al que se aceptó congelar su producción una vez alcance los niveles que tenía antes de que se le impusieran sanciones por su programa nuclear. Según el convenio alcanzado, Libia y Nigeria quedarían exentas de la reducción, porque están en proceso de recuperar los niveles de producción que tenían antes de que conflictos internos afectaran sus respectivas industrias petroleras.

Huelga recordar que el exceso de oferta hundió los precios del barril de petróleo ligero (WTI) desde los $us 107, su nivel máximo que alcanzó en junio de 2014, hasta los $us 26 en febrero de este año. Posteriormente, ante la expectativa de que precios bajos desincentiven la extracción no convencional de petróleo, con la consecuente reducción de la producción en Estados Unidos (lo que de hecho ocurrió), y a raíz de los problemas de suministro en Libia y Nigeria, el precio del crudo repuntó hasta los $us 50. Empero, el continuo crecimiento en la producción por parte de algunos de los países miembros de la OPEP como Irán, Iraq y Arabia Saudita, y también de países que no son miembros como Rusia, hizo retroceder el precio del barril WTI en torno a los $us 43 durante noviembre. Luego del acuerdo alcanzado y en el entendido de que otros países productores que no son miembros de la OPEP también se plegarían a los recortes en unos 600.000 barriles diarios adicionales a los 1,2 millones acordados (Rusia se habría comprometido a reducir su producción en 300.000 barriles), el precio del barril WTI superó los $us 50 la semana pasada.

Los países productores esperan que, como resultado del acuerdo alcanzado, el precio del barril WTI se situé entre los $us 50 y $us 60, lo que es una buena noticia para los países cuyas economías dependen de las exportaciones de hidrocarburos, aunque dicho rango de precios sea bastante inferior a los $us 107 que el barril WTI alcanzó en 2014.

Sin embargo, por un lado existen dudas sobre la capacidad de la OPEP para hacer cumplir lo acordado a los países miembros, como sucedió en el pasado, y, por el otro, es posible que precios sobre los $us 55 el barril estimule a los productores estadounidenses de esquisto a reanudar sus operaciones, quienes además contarían con el apoyo del presidente electo, Donald Trump, tal como propuso hacerlo durante su campaña electoral.

Por otra parte, ante el buen desempeño que registra la economía estadounidense al tercer trimestre del año y las propuestas de Trump que podrían impulsar más el crecimiento económico y la inflación, es altamente probable que el Banco Central de Estados Unidos (FED) eleve el presente mes la tasa de referencia de sus bonos soberanos, que actualmente se encuentra en el rango de 0,25%-0,50%, lo que fortalecería el dólar, encareciendo en este sentido los precios del petróleo y de otras materias primas que se cotizan en esa moneda.

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Eventos próximos que preocupan

La volatilidad de los mercados bursátiles, de materias primas y de divisas podría retornar estos meses.

/ 6 de noviembre de 2016 / 21:56

En los primeros dos meses del presente año los mercados bursátiles, de materias primas y de divisas registraron una alta volatilidad, debido fundamentalmente al debilitamiento de la economía china. Y pareciera que la volatilidad podría retornar en los dos últimos meses, debido a tres eventos que sucederán antes de que termine este 2016. El primero de ellos y más cercano, las elecciones presidenciales a celebrarse en Estados Unidos la próxima semana, ha ocasionado que los mercados bursátiles de ese país registren más de una semana de caídas continuas, el debilitamiento del dólar y la migración de capitales hacia activos refugio como el oro. La razón de ese comportamiento es que los últimos sondeos de intenciones de voto mostraron que la diferencia que la candidata demócrata llevaba sobre el candidato republicano se habría reducido significativamente, incluso algunos sondeos dan como favorito a Donald Trump. Diversos analistas estiman que si el candidato republicano gana las elecciones, debido a las medidas que pretende implementar, los mercados podrían reaccionar en un inicio como lo hicieron cuando los británicos votaron a favor del brexit, por lo que pareciera que algunos inversionistas están buscando proteger sus recursos ante esta posibilidad.  

El segundo evento que podría atizar la volatilidad de los mercados si Donald Trump gana las elecciones o afectarlos en menor medida si Hillary Clinton es la triunfadora es la reunión que llevaron a cabo a fines de octubre los países miembros de la OPEP y naciones productoras de petróleo que no son miembros con el propósito de concertar un acuerdo para limitar su producción a fin de apuntalar el precio del crudo. Un principio de acuerdo fue alcanzado en septiembre, lo que contribuyó a la recuperación del precio del petróleo liviano (WTI), que llegó a superar los $us 51 el barril en octubre. Sin embargo, en la semana que concluye el precio del barril WTI retornó a los US$ 45, debido a que, por un lado, no parece que los países productores estén logrando acordar las cuotas de reducción de cada uno de ellos y si alguna nación estará exenta de esa reducción y, por otro, a que las reservas de crudo en Estados Unidos registraron la semana pasada un incremento mayor al esperado. Uno de los países productores que habría solicitado la exención para reducir su producción sería Irak, debido a la necesidad que tiene de generar mayores ingresos para solventar el conflicto que enfrenta contra el Estado Islámico. Pero si los países productores no logran finalmente un acuerdo, es poco probable que el precio del barril WTI superé los $us 50, al menos, durante  2017.  

El tercer evento que podría introducir más volatilidad a los mercados, cuya mayor o menor intensidad dependerá de lo que ocurra previamente en las elecciones estadounidenses y si los países productores de petróleo llegan o no a un acuerdo para limitar su producción, es la decisión de subir o mantener la tasa de referencia que deberá tomar el Banco Central estadounidense (FED) antes de fin de año. En la semana que concluye la FED decidió mantener la tasa de referencia en el rango de 0,25-0,50%, pero dejó entrever que podría incrementarla en diciembre. El desempeño que viene registrando la economía estadounidense —que creció un 2,9% en el tercer trimestre gracias al repunte del consumo interno y las exportaciones, la reducción del desempleo y el incremento que registra la inflación— respaldaría el incremento de la tasa de referencia.

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