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Paro portuario en Chile

Tiempo atrás ocurrió un hecho que extrañamente no tuvo mucha repercusión en Bolivia y que, sorprendentemente, tampoco provocó la reacción que ameritaba de parte de nuestro Gobierno: el paro de actividades de ciertos puertos chilenos, en los cuales, el país trasandino debería garantizar el libre tránsito de las mercancías bolivianas a perpetuidad; es decir, de manera incesante y sin fin (Diccionario de la Real Academia Española).

En efecto, mediante el Tratado de Paz y Amistad firmado el 20 de octubre de 1904, “la República de Chile reconoce en favor de la de Bolivia y a perpetuidad el más amplio y libre derecho de tránsito comercial por su territorio y puertos del Pacífico” (artículo 6).

Adicionalmente, a través de la Convención sobre Tránsito del 16 de agosto de 1937, el Gobierno chileno se obliga a garantizar el libre tránsito de Bolivia por sus puertos “en todo tiempo sin excepción alguna” (artículo 1).

No obstante, tal como ha ocurrido en varias oportunidades desde que dichos acuerdos fueron suscritos, el libre tránsito del comercio boliviano fue interrumpido en los puertos chilenos debido a la paralización de las actividades portuarias que provocó, una vez más, la cuestionable operación privada de dichos puertos.

En esta ocasión, el motivo fue el desacuerdo entre los trabajadores portuarios y las empresas privadas que operan los puertos del vecino país en cuanto a un pago de media hora de coalición (compensación a los trabajadores portuarios por el menor tiempo para almorzar que tienen en comparación con otras industrias de Chile), que los primeros exigen y que los segundos se rehusaron a reconocer en un primer momento.

Este paro portuario, que provocó grandes perjuicios no sólo al comercio boliviano, sino también al chileno, y que se prolongó aproximadamente dos semanas, es una clara violación de Chile a los convenios suscritos con Bolivia en materia de libre tránsito. Asimismo, demuestra que el actual Gobierno de La Moneda no tiene entre sus prioridades cumplir y hacer cumplir el Tratado de 1904 y sus acuerdos complementarios, tal como tantas veces lo han asegurado sus autoridades.

Es boliviano, economista y diplomático.