País bisagra
El objetivo de fungir como un ‘país bisagra’ para facilitar la integración de la región ha sido lanzado
Desde el 15 de junio, Bolivia está a cargo de la Secretaría General de la Comunidad Andina (CAN) por cinco años, con el compromiso de impulsar la reingeniería de dicho bloque comercial, conformado además por Colombia, Ecuador y Perú.
El desafío planteado no resulta sencillo, si se considera que todo proceso de integración que busque consolidarse en el largo plazo, alcanzando el objetivo de desarrollo común de sus miembros, debe priorizar la coordinación de sus políticas fiscal y monetaria, a fin de evitar desajustes cambiarios que perturben el comercio entre sus economías.
En otras palabras, para que los países que conforman un bloque comercial se beneficien mutuamente del proceso de integración, es necesario que éstos puedan comunicarse en un mismo idioma entre sí (económicamente hablando); y justamente ésta es la principal debilidad que tiene la CAN en la actualidad. Por un lado están Perú y Colombia que, con Chile y Costa Rica, forman parte de la Alianza del Pacífico, un proyecto de integración regional que asoma con fuerza para reavivar el espíritu del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), ocho años después de su desaparición. Precisamente, en ocasión de la VII cumbre de dicha organización, celebrada en mayo de 2012 en Colombia, los gobernantes de los mencionados países coincidieron en que el proceso de integración que están conformando sólo será posible si se deja actuar a las fuerzas del mercado, bajo la consigna de que las economías nacionales crecen si están abiertas.
Por el otro están Bolivia y Ecuador, que forman parte de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), un proyecto de colaboración y complementación política, social y económica entre países de América Latina y el Caribe, enmarcados en el llamado socialismo del siglo XXI. El desafío es mayor si se considera que Bolivia también está dirigiendo sus esfuerzos para adherirse al Mercosur como miembro pleno, con la consigna de no dejar la CAN. Al respecto, cabe hacer notar que si bien muchos países pertenecen a dos o más tratados a la vez, no es usual que un país forme parte de dos procesos de integración diferentes (en este caso de un mercado común y de una zona de libre comercio) al mismo tiempo, y menos en una misma región.
No obstante, el objetivo de fungir como una especie de “país bisagra” para facilitar la integración latinoamericana ha sido lanzado. De cumplirse, se habrá conseguido un hito en la historia del comercio internacional, digno de ser considerado en la literatura que se difunda sobre la materia a futuro. Caso contrario, se confirmará la reconfiguración del mapa regional, al influjo de los dos mencionados enfoques de integración.