Tecnología y subvención de carburantes
La industrialización es fundamental para solucionar la subvención de carburantes en Bolivia.
En 2012, el costo de la subvención de los carburantes en el país, como el gas licuado de petróleo (GLP), gasolina especial (GE) y el diésel oil (DO), fue cerca de $us 800 millones; se estima que en 2013 se reduzca en $us 100 millones y que para 2015 baje a $us 450 millones. Tomando las decisiones adecuadas respecto a la industrialización, con fundamento científico, es posible que la subvención se reduzca a la mínima expresión en 2025 (bicentenario del Estado Plurinacional de Bolivia), logrando el ideal nacional de ser autosuficientes energéticamente. Este objetivo no es una utopía como la de Tomás Moro. Al contrario, como todo lo tecnológico, se acerca más al pragmatismo de Charles Sanders.
En Bolivia actualmente hay hitos tecnológicos que nos permiten hablar de una reducción en el costo de la subvención. Por ejemplo, la planta separadora de líquidos de Río Grande. Allí la disociación se da a través de un diferencial de presión, temperaturas criogénicas y por fraccionamiento de sus componentes, logrando un rendimiento de separación de propano de 97%. Así, de una corriente de gas natural de 5,7 MMmcd logramos obtener 361 TMD de GLP. Bolivia consume en promedio Disociación 1.100 TM de GLP, y éramos deficitarios en 150 TMD. No obstante, en la actualidad tenemos un excedente de cerca a 200 TMD para exportar.
Adecuaciones, ampliaciones y modernizaciones en las refinerías Gualberto Villarroel en Cochabamba y Guillermo Elder Bell en Santa Cruz. Desde 1979, ambas refinerías han sido la columna vertebral del abastecimiento de carburantes en el país. Para 2015 se tiene proyectado dejar de importar gasolina especial, gracias a la nueva unidad de crudo y revamping, que permitirá incrementar la capacidad de procesamiento de 27.000 a 46.200 BPD; a su vez, la unidad de reformación catalítica contribuirá a garantizar la disponibilidad de gasolina reformada de alto octanaje (95 RON), e incrementará los volúmenes de gasolina especial (85 RON); por último, una tercera unidad se encargará de transformar nafta liviana en gasolina isomerizada de alto octanaje.
Los proyectos antes mencionados, más la implementación de la automatización en ambas refinerías, serán ejecutados con financiamiento estatal, a través del Banco Central de Bolivia y YPFB Refinación SA, con el fin de reducir la subvención a la importación de combustibles ($us 500 millones anuales) desde 2015.
La industrialización es vital para solucionar la subvención de carburantes en Bolivia; pues, pese a los grandes proyectos, es muy posible que en 2021 tengamos que importar gasolina de alto octanaje, debido al incremento de la demanda interna. Por tanto, para dejar de importar GE a largo plazo, hace falta construir una planta de metanol con una inversión estimada de $us 450 millones, para una producción de 500.000 TMA, de manera que el 50% de esa producción se utilice para producir gasolina a través del proceso MTG (metanol a gasolina), la cual puede ser utilizada directamente o mezclada con la gasolina de refinería.
Como el crudo nacional es de aproximadamente 61°API (crudo liviano), no es técnicamente factible incrementar la producción de diésel oil, por lo que la solución a su subvención actual ($us 540 millones por año) estriba en la implementación del proyecto de industrialización de Gas a Líquidos (GTL) a través del proceso Fisher-Tropsch. En Bolivia, el requerimiento a mediano y largo plazo sería una planta de GTL con capacidad para producir 30.000 BPD, con una inversión aproximada de $us 950 millones, y un consumo de metano de 9 MMmcd. Debido al gran volumen de importación de diésel oil, es importante para el desarrollo del país estudiar la factibilidad del proyecto de GTL.