Periodistas hablando de economía
Si bien existe libertad de prensa, se debe exigir una mayor transparencia en el uso de la información
Me llamó la atención el artículo Inversión Extranjera Directa (IED) publicado por El Diario, en el que se mencionaba un documento del FMI elaborado por Christian Ebeke y Dilan Ölçer, sobre cómo el ciclo electoral influye en la política fiscal en los países de bajos ingresos. Pero más me sorprendió la conclusión del autor del mencionado texto, quien señalaba que ésa era la causa del por qué Bolivia, a su entender, se sigue endeudando, a pesar de recibir mayores ingresos. Al respecto, me pareció importante esclarecer ciertos puntos.
En primer lugar, el artículo no habla de la IED, por lo que desde un inicio pierde cierta validez y confunde al lector respecto a sus propósitos. En segundo lugar, no es verdad que la deuda haya aumentado; por el contrario, el endeudamiento público como proporción del PIB ha ido disminuyendo de manera sistemática en estos últimos años, hasta alcanzar niveles muy inferiores al promedio del resto de países de la región.
La curiosidad me obligó a revisar el trabajo de Ebeke y Ölçer, quienes encuentran evidencia estadística de que en ciertos países el gasto electoral antes y después de contiendas electorales tiende a un comportamiento cíclico muy marcado. Aumenta el consumo del gobierno y genera déficit durante los años electorales; en los siguientes dos años luego de los comicios la inversión pública sufre recortes y aumentan los impuestos, lo que se traduce en costos macroeconómicos que producen severos ajustes fiscales y una disminución en el crecimiento económico, aunque son mitigados parcialmente en países con reglas fiscales.
Valdría la pena analizar si este fue el caso de Bolivia. Entre 2006 y 2012, el crecimiento promedio de los gastos anuales fue de 18,8%, porcentaje mucho menor al promedio del crecimiento de los ingresos fiscales, que rondan el 21%. Esto ha generado un superávit promedio anual de 2% para el periodo analizado. Si bien el gasto del Gobierno se incrementó, éste fue destinado a inversión pública en lugar de gasto corriente. Entre 2006 y 2012, el gasto corriente aumentó un 18%, mientras que los gastos de egresos de capital subieron a una tasa de 19,5%.
Asimismo, cabe hacer notar al autor que el documento al que hace referencia es un estudio para los países de bajos ingresos, de los cuales Bolivia dejó de formar parte, puesto que ahora se encuentra dentro de las naciones con ingresos medios, justamente gracias a la administración fiscal responsable de sus finanzas públicas y el crecimiento sostenido; por tanto, sus deducciones son equivocadas.
En un intento de querer extrapolar los resultados de la investigación realizada por el FMI sobre el cambio de la política fiscal en situaciones pre y postelectorales, el autor del artículo que se hace mención confunde el concepto de inversión pública con deuda, a fin de sustentar su falaz hipótesis de que el endeudamiento en Bolivia aumentó producto de la mayor ciclicidad electoral, omitiendo el horizonte temporal y descontextualizando la coyuntura actual del país. Si bien existe libertad de prensa en Bolivia, el ciudadano tiene derecho a estar bien informado. En este sentido, se debe exigir mayor transparencia en el uso de la información, dándole una mejor lectura a los documentos de publicación internacional, evitando sesgar la información, con el propósito de confundir a la población.